Xenia no entendió.
-¿Qué quieres decir?-
Pensó un poco y entendió qué quería decir Simón. Sonrió y dijo, -Es normal culparme. Me siento culpable también.-
-¿Te sientes culpable?- Simón le preguntó.
Xenia miró abajo.
Sí, se sentía culpable.
Ella también era responsable de su lesión. Si no fuera por ella, él no estaría tan herido. Ella se culpó a sí misma, ¿por qué buscó a Bianca. Aún habían dicho que iban a verse Bianca ya le había dicho que no estaba libre. ¿Por qué la buscó directamente?
Si no fuera al restaurante, ¿no encontraría a Simón?
Cuando recordó eso, Xenia dijo, -Si no fuera al restaurante, no pasaría tantas cosas. A lo mejor señora Bianca y tú…-
Estaban juntos.
-¡No hay esa posibilidad!- Simón interrumpió sus palabras y dijo, -¿Todavía no entiendes?-
-¿Qué?-
-Cinco años. No me divorcio durante cinco años.-
Xenia, -…-
Ahora los ojos de Simón estaban tan brillantes como las estrellas de la galaxia.
Y sus palabras la conmovieron.
Pero… hace cinco años él…
Cuando recordó eso, Xenia dio unos pasos hacia atrás y dijo, -No hablamos de eso. Ahora tenemos que solucionar este problema.-
Ella escapó de este tema otra vez…
Simón no tenía solución y dijo, -Bueno, no quieres hablar de eso, no lo hablamos. Aún día vas a enfrentarte.-
Ya acabaron el tema.
Cuando Raquel volvió a casa, llamó a Rafael a preguntar lo que pasó. Y supo unas cosa. Ya sabía que Bianca hizo daños a Simón primero. Se puso furiosa y llamó a la madre de Bianca, Amaya Alarcón.
Amaya no esperó que podía recibir su llamada tan rápido. Cuando estaba limpiando las lágrimas, habló con alegría, -¿Qué tal, Raquel? ¿Alguna noticia buena? ¿Qué ha dicho Simón? ¿Mi hija Bianca puede salir ahora?-
Raquel no habló nada y Amaya sentía un poco raro, -¿Raquel?-
Después de mucho tiempo, vino el sonido frío de Raquel,
-Nos conocemos desde hace mucho tiempo, ¿no?-
Amaya se sorprendió un poco y dijo, -Sí, sí.-
-Entonces tienes que saber que odio a las personas que mientan.-
De repente le dolía la cabeza por Simón.
Si él rechazara a Bianca con una manera normal, no ocurría estas cosas. Pero lo que pasó esta vez era muy complejo.
O Bianca había pensado mal.
¿O Simón no se lo dijo claramente?
Raquel le dolía la cabeza cuando pensó en eso.
-Raquel, no te culpo. Pero llevo muchos años educando a Bianca. No puedo abandonarla. Si de verdad entra a cárcel, ¿cómo tiene una vida normal en el futuro? Ella no puede aceptar… Ayúdame, por favor. Después de eso, la llevo a tu casa a pedir la disculpa, ¿vale?-
Raquel se sentía un poco suave cuando Amaya le dijo con un tono suave.
Lanzar ácido sulfúrico era una cosa muy odiosa, y también era un delito de herir intencionalmente. Debería ser sentenciado de acuerdo con la ley.
Pero fue ella que la presentó a Simón.
Con el resultado de ahora también era responsable.
-Lo sé. Voy a hablarlo con Simón.-
-Raquel, por favor. Si puedes ayudar a Bianca, haré lo que diga.-
Raquel colgó la llamada y estaba callada con el móvil.
No necesitaba a buscar a Simón. Si quería que Bianca librara, debería contactar a la chica directamente.
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