-¡Mamá! Te he echado mucho de menos.- Bernabé rodeó a Xenia con sus brazos y frotó su cara contra la de ella.
-¿No les dije que volvieran mañana? ¿Por qué estás aquí ahora?- Xenia se arrodilló y alargó la mano para pellizcar la suave mejilla de Bernabé, se sentía especialmente bien al tacto, y alargó la mano para frotarla de nuevo.
Las delicadas facciones de Bernabé se hicieron un ovillo ante Xenia, pero en lugar de molestarse lo más mínimo, se alegró, y tomó la muñeca de Xenia con una mano, -¡Mamá, quiero un beso!.-
Xenia bajó la mirada y le dio a Bernabé un beso en la mejilla. Bernabé finalmente cumplió su deseo y alargó los brazos para rodear el cuello de Xenia.
-¿Puedo vivir con mamá todo el tiempo a partir de ahora?-
Xenia se quedó paralizada un momento y luego asintió, -Por supuesto, a partir de ahora vamos a estar juntos para siempre, madre e hijo, y yo te protegeré.-
-No, no lo haré.- Inesperadamente, Bernabé objetó de repente, -Bernabé soy lo suficientemente mayor para proteger a mamá, no me mandes lejos cuando mamá se meta en problemas en el futuro, quiero quedarme al lado de mamá.-
Xenia, -…-
Sus palabras hicieron que Xenia sintiera el impulso de llorar mientras estiraba la mano y acariciaba suavemente la cabeza de Bernabé, -Bernabé está creciendo y mamá lo sabe todo.-
-¡Pero mamá nunca me creyó!-
Naomí observó a los dos de lado, encontrándolo divertido y no pudo evitar explicar para Xenia, -¿Cómo puede tu mamá confiar en ti? Si viene un malvado de verdad, eres tan pequeño que no podrás resistir, y tu mami no puede ni cuidarse a sí misma, y tiene que cuidarte a ti. Ahora eres demasiado joven, sólo serás un lastre. Tienes que comer más y crecer más alto, y cuando crezcas más que tu mamá y yo, ¡creeremos que eres capaz de proteger a los demás!-
Lo que dijo Naomí era cierto, así que Xenia no lo discutió.
Y también sabía que su hijo no era alguien que no pudiera soportar un golpe tan fácilmente.
Como era de esperar, Bernabé no se desanimó al escucharlo, -¡Tía Naomí sólo sabes reírte de mí, no sé quién me ha rogado que no le diga nada de ella a mi tío!-
En cuanto escuchó esto, la sonrisa de Naomí desapareció y fingió que venía a golpear a Bernabé.
-¿Eres tan joven y sabes que estás aprendiendo por las malas? Todo el día has estado bromeando conmigo sobre tu tío.-
-¡Mamá!- Bernabé se lanzó de inmediato a los brazos de Xenia, aferrándose a ella y pidiendo ayuda.
Xenia detuvo a Naomí con una sonrisa y le preguntó, -¿Cómo es la relación entre tú y mi hermano, por ahora?-
Naomí se sonrojó al instante, -Xenia, ¿por qué preguntas eso también?-
Bernabé respondió inmediatamente, -¡Mamá, he visto a la tía Naomí besando a escondidas al tío!.-
Al escuchar eso, Xenia se sorprendió un poco, -¿Qué has dicho?-
-¡Aaaahhhh!- Naomí gritó de repente, -¡Bernabé, estás diciendo tonterías! Yo no lo hice.-
-¡Lo hiciste!- Bernabé sonrió socarronamente, -Lo vi el otro día, besaste al tío.-
Xenia miró a Naomí y notó que su cara estaba roja como una manzana, era obvio que lo que había hecho era hablado. Si no hubiera besado a Diego, entonces Bernabé no habría dicho eso, y Naomí no habría sido tan tímida.
Esto sólo probó que Naomí realmente besó a Diego.
Ante la idea de que Diego recibiera realmente un beso furtivo de Naomí, ¿habría entonces alguna otra expresión en su rostro siempre tan tranquilo?
Xenia lo pensó en su mente y miró a Naomí con cara de curiosidad.
-¿Puede contarnos con todo detalle?-
-¿Cómo lo hiciste entonces?-
-¿O cuál era la cara de mi hermano en ese momento?-
Naomí, -…-
Xenia dijo, -¡Naomí, vamos, dime!-
-¡No voy a hablar más con vosotros!- Naomí estaba tan enfadada que se dio la vuelta y salió de la habitación. Xenia vio que era demasiado tímida y no siguió con la pregunta.
-Mamá, ¿no me crees? Realmente lo vi ese día.-
Después de ese día, sólo podía besarlo en sus sueños, y el Diego de sus sueños le respondía, y... era encantador y fuerte.
Pero en realidad eso era imposible.
Naomí empezó a molestarse de nuevo y se dejó caer en la cama, enterrando la cara en la almohada.
El teléfono sonó de repente...
Naomí abrió su teléfono para encontrar un mensaje de Xenia, y después de ver lo que había en él, la cara de Naomí comenzó a sonrojarse de nuevo.
Ella respondió en su teléfono.
{¡Tienes que dejar de burlarme!}
{No me estoy burlando de ti, sólo me preocupan los problemas de relación de mi hermano y de mi mejor amiga.}
{¡No te creo! Deberías preocuparte por tú y Simón.}
Hubo un momento de silencio al otro lado antes de que Naomí se diera cuenta de que había dicho algo que no debía, así que se apresuró a responder de nuevo.
{No quise decir eso, sólo que no sigas hablando de ello}
{¿Lo admites?}
Los ojos de Naomí se abrieron de par en par, realmente Xenia le había tendido una trampa para conversar.
Ella lo pensó y simplemente confesó.
{Eso es, lo admito. Siempre supiste que me gustaba tu hermano, así que cuando lo vi ese día, no pude evitar besarlo en secreto.}
{Eres bastante audaz. Que te conviertas en mi cuñada o no depende de cómo te comportes en el futuro.}
Naomí hizo una pausa en su tecleo y comenzó a imaginarse a sí misma casándose con Diego.
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