-¿La verdad del asunto?- Bianca no sólo tenía resentimiento en los ojos, sino también lágrimas. Cuando miró a Xenia, sólo pudo ver a Simón de pie detrás de ella. Un hombre tan poderoso y bueno como él no debería haber estado en un lugar como el centro de detención.
Pero por alguna razón, tal vez Bianca había estado detenida durante tanto tiempo que estaba alucinando.
Bianca sintió que Simón, en ese momento, había incorporado a Xenia a su mundo.
¿Por qué? ¿Por qué?
Bianca estaba al borde de las lágrimas mientras observaba la escena, mordiéndose el labio y mirando a Xenia con resentimiento.
-¿Por qué? Aunque eres bonita, no creo que sea mucho peor que tú. Tú puedes diseñar, pero yo también puedo hacer muchas cosas, ¿por qué te prefiere a ti?-
Bianca lanzó una mirada de agravio mientras miraba a Simón, que había incorporado a Xenia a su mundo frente a ella, y estaba genuinamente molesta en particular.
Xenia permaneció inexpresiva y habló.
-Dices que te robé el novio porque crees que conocí a Simón a través de tus citas, ¿verdad?-
Bianca respondió, -¿No es así?-
-No.- Xenia la descartó de plano, suspiró y continuó, -No lo conocí cuando salías con él.-
-¿Qué quieres decir?- Bianca estaba un poco confundida.
Xenia añadió, -Para ser precisos, lo conocí hace mucho tiempo.-
-Hace mucho tiempo, ¿cuándo fue hace mucho tiempo? ¿Intentas mentirme?- Bianca se mordió el labio inferior, pareciendo aún más resentida.
Xenia sacudió la cabeza mientras pensaba, -En realidad, hace cinco años que no nos vemos. El día que saliste con él fue un reencuentro para mí y para él.-
-¿Qué? ¿Un reencuentro? ¿Cinco años?- Bianca estaba algo incrédula, pensó que había escuchado mal, y sus pálidos labios se separaron con la reticencia a creer, -¿Cómo es posible? ¿Cómo es posible que se hayan reunido ese día? Es obvio que no os conocíais en ese momento, fui yo quien os pidió que os presentarais. ¡Xenia! ¿Me has mentido deliberadamente para que me disculpe contigo?-
En ese momento, Amaya, a su lado, también miró a Xenia con cierta sorpresa.
¿Realmente conocía a Simón desde hacía cinco años? Esta verdad fue realmente sorprendente.
-Tu disculpa no me importa. Porque ni siquiera me importa que te quedes encerrada aquí, a quien de verdad le importa es a tu madre. Señorita Bianca, ese día, Simón y yo sí nos reencontramos, y sí le conozco desde hace más de cinco años, lo cual ya lo he explicado, ¿y todavía crees que te robé el novio? Además, tu cita, desde el principio, ¿simón te dio alguna vez esperanzas?-
Bianca inclinó la cabeza.
¿Simón le había dado alguna vez esperanzas?
No.
Nunca.
Desde el primer minuto en que Bianca conoció a Simón, pudo sentir que todo su cuerpo la rechazaba. Simón no quería salir con ella, pero debido a su repetida insistencia, accedió.
Fue Bianca la que había quedado tan atrapada en su propia y maravillosa fantasía que pensó que podía tener a ese hombre.
Ni siquiera pensó en los sentimientos de Simón ni en si le gustaba.
Y cuando Xenia apareció, vio la esperanza en los ojos de Simón.
Sí, ¡eso era esperanza!
Raquel asintió con fuerza.
Bianca sonrió de repente, -Así que es la ex mujer de Simón, no es de extrañar, no es de extrañar que Simón la mirara de forma diferente aquel día, no es de extrañar que mencionara el nombre de Xenia y que accediera a reunirse conmigo. Pensé que después había cambiado su actitud hacia mí y que posiblemente podríamos estar juntos, pero para mi sorpresa, resultó que lo hacía por Xenia.-
-No sabía que Xenia iba a aparecer de repente, y siempre pensé que eras una chica muy simpática que debía entrar en el corazón de Simón. Pero este incidente del lanzamiento de ácido es tan grave que, aunque fuera yo, no podría perdonarte. Eres una niña y no deberías haber hecho una cosa tan viciosa.-
-Tía Raquel, yo…- intentó defenderse Bianca, pero no le salió ni una palabra.
-Tu madre hizo mucho para salvarte, y si todavía no te arrepientes de tu error, entonces te quedas en detención. Tienes dos horas, piénsalo.-
Con eso, Raquel le dio una palmadita en el hombro a Bianca y luego se fue también.
El sol brillaba en el exterior y el viento agitaba el largo cabello de Xenia. Miró la bulliciosa calle, pero su mente se calmó lentamente.
Xenia se preguntaba si ella era Bianca, si sentiría lo mismo que ella, que le habían robado a su novio.
Sinceramente, sin saber la verdad, Xenia pensaría definitivamente lo mismo.
Pero, ¿habría arrojado Xenia ácido a la chica?
Xenia cerró los ojos y respiró profundamente.
Ella se prometió que no lo haría.
Después de todo, tras ver a la amante de su ex marido Kevin en su primer matrimonio, había huido Xenia en desgracia y no había podido defenderse en absoluto.
¿Por qué? Porque…
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