¡No podría ser!
Simón lo hizo por Frida. Por eso ella no podía dejar que él asumiera la culpa.
Al pensar en eso, Frida no dudó, se adelantó al frente de Leonardo, dijo, -Abuelo, Simón no tiene la culpa de este asunto, todo fue culpa mía.-
-¿Qué dices?- Leonardo entrecerró los ojos mirando a Frida, en su tono aprareció un poco de peligro. -¿Qué tienes que ver con este asunto?-
-Ese día fui yo...-
-Fui yo quien no dejaba a ella ir a buscar a Nico Fernán. La familia Freixa no hace negocio con la familia Fernán. Si tienes algo que no te satisface, hablarémos en la junta directiva.- Simón le interrumpió a Frida con un tono frío de repente.-
Frida se quedó aturdida, se volvió a mirar a Simón con una cara increíble.
¿Qué le estaba pasando?
¿Por qué a ella no le dejó decir la verdad a Leonardo, además... ocultó la verdad por ella?
-¿Simón?-
-Alárgate.- la mirada de Simón levantó levemente, cambió muy feroz repentinamente, -¿A tí te toca hablar cuando la gente de la familia Freixa habla?-
Frida se mordió el labio inferior, su rostro estaba pálido y se movió hacia un lado, y luego las manos que colgaban de ambos lados se mantuvieron juntas con fuerza, su labio inferior estaba casi a punto de sangrar por la mordida.
Simón se sintió un poco doloroso cuando la vio.
Leonardo se enojó mucho por las palabras de Simón, este pendejo, sabía que no convocaría junta directiva, porque los personales de la junta directiva apoyaban a Simón, todavía no había llegado a ese punto...
Pero Leonardo no planeaba dejarlo así.
-Simón, no creas que no me atreva a pegarte.-
Simón se veía indiferente, levantó su cabeza y miró a Leonardo. –La empresa está aquí, abuelo... usted puede convocar la junta directiva cuando quiera. Siempre y cuando... que ellos te obedezcan.-
Después de decir eso, levantó las comisuras de sus labios.
Esa sonrisa, se veía con mucha arrogancia y tranquilidad.
Aparentemente él tenía mucha confianza en sí mismo.
Era cierto, aunque Simón tenía que andar en una silla de ruedas, su estilo de tratar los asuntos siempre fue inesperado y con frecuencia hizo algunas acciones sorprendentes, lo que sucediera después le demostraría que sus acciones fueron las correctas.
Los mayores de la junta directiva sabían que desde el primer día en que Simón entró en la empresa, él fue menospreciado por ellos.
Poco después de que Simón ingresó al Grupo Freixa, obtuvo muchos éxitos excelentes, lo que hizo que la junta directiva lo admirara, y todos sabían que Simón estaba discapacitado solo de sus piernas, no de su cerebro.
-No se maltrata a la familia Fernán, Simón, ya que lastimaste a Nico, tienes que darle una explicación.-
Los dos viejos de la junta directiva que vinieron aquí, vieron que la situación estaba grave, les preocupó que se expandiera, tuvieron que ponerse a hablar.
-Es verdad. Está bien que no colaboramos con ellos, pero ¿por qué lo lastimaste?-
-Que le dejé su vida de perro ya fue con misericordia.- dijo Simón sin piedad.
Estas palabras despiadadas cambiaron el rostro de las personas presentes, y la reacción del Leonardo fue la más intensa. -¡Eres un hijo rebelde! ¡Cómo pudo tu papá tener un hijo como tú!-
-¡Abuelo!- Al ver que realmente iba a pegarle, Óliver dio un paso adelante y bajó su brazo. -No se frustre, seguramente Simón tiene su razón para no colaborar con la familia Fernán. Él siempre ha sido único en sus ojos, además Simón es siempre un miembro de la familia Freixa, y no hará nada perjudicial para nuestra familia, así que no se preocupe.-
-¿En serio? Eso no es necesariamente cierto.- respondió Simón con una mirada fría.
Frida tenía dolor de cabeza al escucharlo, sentía que Simón estaba enojando deliberadamente a Leonardo, y cada palabra que dijo era muy apuntada, con razón... ¡Leonardo estaba tan enojado!
-Óliver, escucha... ¡escucha lo que acaba de decir! ¿No es absurdo?-
-Abuelo, regrese a casa primero, mando al chófer que le lleve.- Óliver no dijo nada más, solo ayudó a Leonardo a salir, y al ver esto, los otros dos los siguieron.
Se recuperó el silencio en la oficina.
Frida se quedó quieta, su rostro aún pálido y su labio inferior mostraba signos de haber sido mordido por ella.
-¡Fuera!- La ordenó de repente Simón.
Pero Frida no se movió.
-¿No entiendes lo que te dije?-
Frida parpadeó sus ojos y se volvió hacia Simón de repente, -¿Por qué me ayudaste?-
Al escucharlo, Simón levantó los ojos y arqueó las cejas.
-Obviamente fue mi problema, ¿no? ¿Por qué no me dejaste decir la verdad a abuelo? ¡Obviamente fue mi culpa!-
-Je...- Simón se burló de repente, -¿Tienes una autoestima muy alta?-
-¿Qué?- Frida no entendió, solo estaba confundida, ¿qué estaba pasando con él?
-No me dejes decirlo por tercera vez, lárgate.-
Frida no quiso irse, además se adelantó un poco, tuvo los puños bien cerrados, dijo, -Simón, ¿qué te está pasando? ¿No te disgusto? ¿Pero por qué me ayudaste? Si lo aclaré a abuelo sobre lo que pasó, no se habrían haber discutido, todo fue culpa mía.-
La primera vez cuando Nico la coqueteó a Frida, Simón ya rechazó la colaboración con la familia Fernán.
La segunda vez, también fue por ella, Simón lo lastimó mucho a Nico.
Si veía los dos asuntos juntos, de todos modos, sería problema suyo.
Pero... él no mencionó nada sobre eso, además ¡le había cortado a Frida cuando ella quería decir!
-Je, mujer, lo piensas de tu propia ilusión. Yo decido con quién colaboro. En cuanto a ti... yo, Simón Freixa, nunca necesito una mujer que me defenda. El problema está entre abuelo y yo. No le toca a un forastero intervenir, ¿entiendes?-
Frida hizo una pausa.
-¿Quieres que diga algo más feo? Para gente de segunda mano como tú, ¿ crees que hice esto por ti? O, ¿en qué estás pensando? Deshazte rápidamente de esas ideas absurdas. Y fuera de mi vista.-
Las palabras cayeron, la cara de Frida se puso muy pálida.
Ella no esperaba.... que él le dijiera cosas tan feas.
Las manos que colgaban de ambos lados se tensaron en silencio, el cuerpo suyo tembló y luego se mordió el labio inferior, -Yo, ya sé...-
Después de hablar, bajó los ojos, sus largas pestañas cubriendo las emociones en sus ojos.
-Lo siento, yo he pensado demasiado, y nunca lo volveré a hacer. Simón, si no tienes nada que decirme, salgo ahora.-
Simón no habló, pero el temperamento frío obviamente mostró la intención suya que se fuera rápidamente.
Frida se volvió, marchó hacia afuera, con su cuerpo derecho, sus pasos fueron muy pesados.
No se daba cuenta de la mirada complicada de Simón hacia ella.
¿Qué pasó con esta mujer? Siempre quería saber lo que él pensaba, ¿se consideraba a sí misma como su esposa?
¡Qué poca consciencia tenía!
Solo que... cuando la vio que sus largas pestañas cubrieron los ojos, parecía tan desprimida, su corazón palpitó, y él sintió un dolor...
Tal vez fuese una percepción equivocada.
Una mujer presumida como ella, intentaba a seducir a él todo el tiempo.
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