¿Cómo podría Naomí no estar de acuerdo con estas palabras?
Ella había estado trabajando al lado de Xenia durante los últimos años y había visto con sus propios ojos todas las cosas buenas que Diego hacía por Xenia, y le daba envidia. Sólo que ella no quería ser la amiga de Diego, y al principio no le gustaba especialmente Diego, hasta que más tarde ...
Pensando en ello, Naomí volvió a sus cabales.
-Tienes razón, probablemente no sabe cómo sentirse. O quizás no es que no entienda, es que no tiene ningún sentimiento.- Naomí apoyó sus manos en la barbilla y dijo con una mirada amarga, -Tal vez nació para ser un desalmado, debería ser imposible para mí perseguirlo.-
-No deberías abandonarlo tan temprano, de hecho creo que esto es algo bueno para ti.- Xenia tomó la mano de Naomí y se rió ligeramente, -Sin ninguna mujer a su alrededor, y todas las posibilidades son tuyas, ¿verdad?-
-¿Mi?- Naomí parecía confundida, -¿Dónde tengo una oportunidad?-
Al ver su mirada confusa, Xenia no pudo evitar estirar la mano y tocarle la barbilla, recordándole suavemente.
-¡Quien parte y reparte se queda con la mejor parte! ¿por qué no tienes oportunidad?-
Naomí se quedó aturdida durante mucho tiempo, pero de repente reaccionó y reapareció con una sonrisa.
-Tienes razón, ahora estoy con Bernabé todos los días, tan cerca de él... Xenia, eres demasiado amable, me lo has recordado. ¡Bien! He decidido que, aunque Diego sea un desalmado, ¡definitivamente le haré sentirse afecto conmigo!-
Después de decir eso, Naomí de repente entrecerró los ojos y pensó en un buen plan, y reunió a Xenia y dijo, -¿Crees que debería drogarlo antes de hacerlo, o simplemente intimidarlo?-
Sus labios se crisparon y Xenia se vio incapaz de retomar una sola palabra.
-Bueno, puede que no sea capaz de intimidarlo, ¡mejor drogarlo primero antes de llevarlo!- La parte de Naomí seguía hablando de la solución por su cuenta, así que Xenia la dejó hacer, de todos modos, ella sabía que esta chica no se atrevía
-Bien.- La expresión de la cara de Naomí se volvió repentinamente seria, -¿Cómo estás manejando tus problemas de relación?-
Xenia no quería mencionarlo, así que lo evitó.
-No hay nada que tratar, eso es todo.-
Al escuchar las evasivas en sus palabras, Naomí no la presionó más.
La mañana pasó rápidamente, y al mediodía los dos dejaron su trabajo y se prepararon para ir a la cafetería a almorzar cuando entró una llamada telefónica.
Xenia miró el número de llamadas y le pareció algo familiar.
-¿Hola?-
-Señorita Xenia, soy Rafael.-
¿Rafael? Xenia se detuvo un momento, ¿por qué se llamaría a sí mismo?
-El señor Simón me pidió que le entregara la comida a usted, ahora estoy abajo, ¿le conviene venir a recogerla?-
La oficina estaba en silencio, por lo que Rafael pudo escuchar lo que Naomí le dijo a Xenia, y dijo con los ojos muy abiertos, -¿Por qué no se entregará la comida arriba ¿Y tiene que bajar a buscarlo ella misma?-
-La recepcionista de su empresa, no me deja entrar.- Rafael se quedó en la puerta y lanzó una mirada de impotencia a la recepcionista.
No entregó inmediatamente la bolsa, sino que susurró, -¿Recuerdas lo que te dije antes en el aparcamiento?.-
-¿En el aparcamiento?- Naomí se rodeó el pecho con los brazos y le miró con expresión fría, -No entiendo de qué hablas.-
-Fue lo que yo quien te preguntó por qué volvía.- Ella lo negó ahora, adivinando que estaba realmente furiosa. Mirando a la niña frente a él, que no la había visto después de cinco años, pero cuyo temperamento había crecido, Rafael dijo con cierta impotencia, -Esas palabras estuvieron mal por mi parte, y te pido disculpas. Durante tantos años, el corazón del señor Simón siempre ha tenido a la señorita Xenia, y subconscientemente siempre la he tratado como su esposa. Pero tú eres su buena amiga, luchas por ella, y por la misma razón yo soy el asistente de él, debo estar del lado del señor, y debo tener más que un poco de resentimiento hacia la señora Xenia, pero ...-
-¡Para!- Naomí extendió la mano para impedir que siguiera, respiró profundamente y abrió la boca con calma para explicar, -No me importa de qué lado estés, aunque esté del lado de Xenia, no te hice esas preguntas, ¿verdad? No hace falta que me expliques demasiado, de todas formas no me importa. Los sentimientos sólo los conocen los dos implicados, y una persona ociosa como yo no quiere involucrarse, así que dame las cosas y vete.-
Parecía que Naomí no quería hablarle mucho, así que Rafael no tuvo más remedio que entregarle la bolsa del almuerzo, y después de que Naomí la cogiera, se dio la vuelta y se alejó sin dejarle ni una sola mirada.
Mirando la espalda decidida de la niña mientras se alejaba, Rafael recordó la escena de hace cinco años cuando esta chica estaba borracha, cuando se abrió la puerta y ella se pegó a él para abrazarle y frotarse, los suaves labios de la niña impresos en su nuez de Adán, y el tacto en su mano cuando después la llevó a su habitación.
A partir de entonces, los sueños de Rafael mostraban a menudo la figura de cierta chica.
la señora Xenia había desaparecido desde hacía cinco años, y el señor Simón estaba desesperado por encontrarla.
Pero Simón no era el único que estaba loco. Rafael también recordó siempre a la chica llamada Naomí, sólo ...
Era solo un asistente...
Todo debería seguir siendo lo primero para Simón, por lo que dejó de lado sus propios asuntos.
No esperaba volver a verse con la chica, pero ahora ambos bandos parecían haberse convertido en enemigos.
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