Xenia habló con Naomí durante un rato más antes de terminar la llamada.
A continuación, se conectó a la página web de la empresa de la familia Carlos y encontró un mensaje de notificación no leído en su cuenta.
Xenia hizo clic en él y descubrió que había recibido una respuesta al CV que había enviado.
Le dijeron que debía asistir a una entrevista mañana a las 8 de la mañana.
El estado de ánimo de Xenia mejoró por fin cuando vio el anuncio de la entrevista.
Significaba que estaba un paso más cerca de su objetivo.
***
El día siguiente
Al día siguiente, Xenia llegó puntual a la oficina de Carlos. Habló con la recepcionista en un inglés fluido, pero para su sorpresa, la recepcionista le habló en español.
-¿Eres español? ¿Has reservado una entrevista hoy?
Xenia asintió con cierta sorpresa.
-Estás de suerte, el Grupo Carlos es el mejor grupo y el personal está bien pagado.
Al oírla decir eso, Xenia sonrió, -Sí, sólo solicité el trabajo por la buena paga.
-Jaja, eres muy exigente. Por cierto, ¿a qué puesto ha venido a solicitar?
-Asistente de secretario.
-Vaya, de verdad eres para solicitar el puesto de asistente de secretaria, que desde que vino ese hombre, cada vez hay más gente que solicita trabajo en nuestra empresa. Eres tan guapa, ¿por qué te presentas al duro puesto asistente?
A pesar de lo que le dijo la recepcionista, le indicó la dirección correcta, -Coja el ascensor C hasta la quinta planta, allí se realizará la entrevista.
-Gracias.
Xenia asintió con la cabeza y se dirigió al ascensor C.
Pero la recepcionista le susurró a su colega, -¡Qué lástima!
Xenia no tardó en encontrar el ascensor, pues estaba lleno de gente. Se sorprendió un poco porque todas eran chicas jóvenes y bonitas.
Lo más importante era que todas olían mucho a perfume.
Xenia pensó en su embarazo y dio unos pasos hacia el exterior. Se alejó de la multitud y miró la pantalla del ascensor.
-Disculpe, ¿es usted española?
De repente, Xenia oyó que alguien a su lado le preguntaba esto.
Xenia se dio cuenta entonces de que había una chica junto a ella, algo diferente a las chicas que estaban a su lado y que llevaban perfume. Llevaba una ropa muy bonita, pero llevaba algo sencillo y simple, y tenía unos rasgos muy bonitos y parecía muy joven.
La chica la miró para que Xenia estuviera segura de que le estaba hablando a ella.
Xenia asintió con la cabeza.
La chica se alegró y le ofreció la mano.
-Me llamo Lolita Jiménez, ¿y tú?
Lolita... Xenia sabía que era el nombre de la protagonista de un libro, pero pensó que encajaba con la encantadora chica que tenía delante.
-Hola, me llamo Xenia Leguizamo.
-Estupendo, ¿también has venido a solicitar un puesto de asistente de secretaría? Soy igual que tú, podemos ir juntos.
-Tiene sobrepeso -Alguien de dentro dijo, y como Xenia fue la última en entrar, los ojos de todos convergían ahora en ella.
Toda la gente del ascensor miró de repente a Xenia y ella se sintió un poco avergonzada porque, efectivamente, era la última en entrar, pero antes de que pudiera salir, oyó que alguien en el ascensor empezaba a regañarla, -¿Qué pasa? El ascensor ya tiene sobrepeso, ¿por qué no estás fuera?
-¿Crees que el ascensor seguirá funcionando como siempre si no te vas?
Xenia frunció el ceño y salió.
No había tenido tiempo de reaccionar ante el grupo de mujeres…
Parecía que las personas que habían venido a solicitar trabajo hoy eran todas muy hostiles entre sí y se trataban realmente como competidores.
Xenia salió del ascensor y Lolita pareció sentirse fuera de lugar, así que tosió ligeramente y la siguió.
-Estoy bien, no tienes que estar aquí conmigo a propósito, puedo coger el siguiente ascensor.
Lolita no entró y le guiñó un ojo, -Está bien, ahora somos amigos, esperaré el ascensor contigo.
Desde que Lolita dijo eso, Xenia no volvió a rechazarla. Pero después de esperar a que saliera el ascensor, Lolita se acercó de repente a su lado y le susurró.
-Sé de otro ascensor por aquí que va al quinto piso.
-Ven conmigo -Lolita le cogió de la mano y caminó en la otra dirección.
Xenia tuvo que seguirla.
El lugar era mucho más tranquilo y cuando llegó a su destino, Xenia se dio cuenta de que este ascensor era diferente al que acababa de subir porque no había nadie.
-Podemos ir al quinto piso desde aquí.
Dicho esto, Lolita la condujo al ascensor.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Esposa falsa de Simón