¿Qué andaba extraño?
Xenia miró sorprendida a Rubén, que estaba frente a ella, creyendo que algo andaba extraño, pero no era la persona a su frente, y luego parecía que sí.
Cuando ella se dio cuenta de algo por un rato, Rubén abrió el grifo y se lavó las manos con calma como de costumbre mientras la recordó sonriendo.
-Por cierto, aquí es el baño de hombres, ¿estás segura de que no sales?
Las raíces de las orejas de Xenia se enrojecieron y la sangre brotó de las plantas de sus pies casi instantáneamente. Volvió la cabeza y vio a varios de pie junto al urinario tomando los pantalones nerviosamente y mirándola con expresiones asustadas.
Se topó con el baño de hombres ansiosamente.
-¡Perdón!- con picazón y vergüenza, Xenia se apresuró a salir después de decirlo.
Al lado del baño de hombres, estaba el de mujeres. Después de salir del de hombres, ella entró al de mujeres para engalanarse. Al confirmar que respiraba ya normalmente, Xenia se limpió el sudor frío de su frente y se lavó la cara con el agua.
“Vuelvo a pedir una taza de agua al camarero para limpiarme la boca.” pensó Xenia.
Pero Xenia no esperaba que tan pronto como salió del baño, vio a Rubén contra la pared.
Al verla salir, sus ojos estaban pegados a su rostro inmóviles, y la preguntó con una sonrisa ligera, -¿Todo listo?
Xenia no pensó que hubiera ido al baño equivocadamente, ni se hubiera encontrado con él. Al acordarse de que le había dado una servilleta y recordado que era el baño de hombres, la boca de Xenia movió, -Gracias por lo que hiciste.
Luego, dio un paso adelante y caminó directamente frente a él.
Al verlo, Rubén enarcó las cejas y sus labios delgados se alzaron ligeramente, -¿Ya te vas?
Al oírlo, Xenia se paró y la miró con una expresión dudosa, -¿Algo más?
-¿Por qué estás aquí?- Rubén se acercó a ella con una sonrisa ajena, entrecerró los ojos como si estuviera pensando detenidamente, y de repente puso una expresión de despertar, -Recuerdo la última vez que nos vimos, ¿no dijeron Simón y tú que la boda estaba a punto de tener lugar? ¿Cómo? ¿Aún no es hora de la ceremonia de la boda?
Tan pronto como se acercó, su olor se extendió rápido, muy desconocido.
Xenia frunció las cejas desconscientemente y dio dos pasos hacia atrás, manteniéndose a cierta distancia de él.
-¿O no se atreven a invitarme a la boda?
Xenia levantó la cabeza y su mirada coincidió con la de Rubén en el aire.
Después de un rato, Xenia sonrió irónicamente, -¡Sobre esta pregunta, creo que deberías saber ya sin preguntar!-
Para la familia Espinar, no era difícil saber las cosas de Simón. Lo importaba era si estaba fingiendo no saberlo o ser estúpido ante ella para satirizarla.
Zoe había perseguido a Simón, y las dos mujeres se habían encontrado en el acto. Si le pasara algo malo a Simón, las personas que se alegraran primeras serían Rubén y Zoe.
-¿Qué?- Rubén tenía demasiada curiosidad para saberlo, o tal vez fuera demasiado aburrido. No había esperado ver un poco de diversión, así que quiso divertirse un rato, -Creo que aunque no quieran invitarnos a la boda, no debería tener esta actitud, ¿verdad? ¿Tal vez...la familia Espinar y ustedes tendrán la oportunidad de cooperar en el futuro?-
Las cejas de Xenia se volvieron cada vez más apretadas, porque según el comportamiento de Rubén frente a ella, se parecía demasiado que quería burlarse de ella.
Fue fotografiada por los medios de comunicación en la boda sola y fue al aeropuerto sola, y al mismo tiempo, Simón tuvo un accidente en el avión y se desconoció su paradero. Ahora era miembro de la familia Carlos.
“¿Rubén acaso no conoce todo esto?
Olvídalo, no te molestes. ¿Qué es la diferencia si lo sabe o no?
De todos modos, no tiene nada que ver conmigo, y solo tengo que recordar que vine por Simón. ”
Pensando en esto, Xenia ya no se enojó más y las emociones en sus ojos se desvanecieron, -No sé si habrá alguna cooperación o no, tengo algo que hacer, ya me voy primero.
-Gracias, ya estoy bien.
-Pero estás un poco extraña, cuñada, aquel plato es la especialidad de la tienda, el más auténtico en este restaurante. ¿Por qué vomitas al oler?-
Xenia no dijo nada por supuesto, porque estaba embarazada y no podía oler a algo muy untuoso.
El bebé en su estómago era sensible. Estaba bien para ella comer normalmente, pero una vez olía este tipo de platos, se le revolvía mucho el estómago.
-Lo siento, no he sido intencional. Tuve un repentino malestar estomacal, y no sé si fue porque bebí algo malo por la mañana.
Al oírlo, el rostro de Anthony instantáneamente cambió.
-¿Entonces quieres que te lleve al hospital?-
-No, gracias, solo necesito descansar un rato.
A Anthony se le ocurrió algo, se levantó de inmediato, y le pidió al camarero agua tibia. Xenia se sintió muy conmovida porque él pensó en todo lo que ella no había esperado.
-Estás muy atento.
Anthony se tocó la cabeza con mucha vergüenza por su elogio y dijo con una sonrisa, -¿Cómo puedo ser? Solo porque has sido tú, y no puedo ser demasiado descuidado...
¿Qué podría explicárselo a Simón si a ella pasara algo terrible?
Por fin se terminó la comida sin problemas, aún un poco tortuosamente. Después de despedirse de Xenia, Anthony condujo directamente a la casa de Carlos y encontró a Simón.
-Maldita sea, te envié mensajes en Whatsapp, ¿por qué no respondiste? ¿Sabes cuántos pretextos tomé para retenerla?
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