Esposa falsa de Simón romance Capítulo 821

Los dos son hermanos.

Sería una mentira decir que Rubén no se angustió al ver a su hermana llorar así.

Pero, aunque tenía el corazón roto, no podía consentir que ella hiciera esas cosas incorrectas. Así que la gran mano de Rubén acarició suavemente la espalda de Zoe y la engatusó con suavidad.

-Sé buena, no llores. No es el único hombre en el mundo. Te presentaré a más buenos. Además, no es lo suficientemente bueno para ti, es su falta de visión, ¿eh?

Zoe sollozaba en sus brazos, las lágrimas le caían por la cara, sacudiendo la cabeza todo el tiempo, y Rubén sólo podía seguir engatusándola.

Cuando por fin la chica paró, mirando el brazo de Rubén mientras sollozaba. La herida aún sangraba, tenía un aspecto grave y horrible.

-Hermano, lo siento... he sido realmente demasiado impulsivo, ¿te duele? -preguntó la chica.

Rubén le acarició la cabeza y sonrió con amargura.

-Mientras no vuelvas a hacer ninguna tontería, no importa cuántas veces te deje morder así, no es que esta pequeña herida me vaya a matar de todos modos.

-Lo siento, hermano, no voy a hacer así de nuevo.

Cuando Rubén escuchó esto, el corazón que había estado colgando en el aire se liberó finalmente.

-Es bueno que puedas pensar en ello, ese tipo de hombre no vale la pena.

-Hermano, estoy bien, ve a curar la herida antes de que sea demasiado tarde -Dijo Zoe, y levantó la mano para secar las lágrimas de las comisuras de los ojos con fiereza, instando a Rubén a seguir adelante.

Rubén miró dubitativo detrás de su espalda, luego dijo, -Entonces me voy, más tarde le pediré a alguien que venga a ayudarte a limpiar tu habitación, tú ve a descansar primero, y toma una ducha para calmarte, luego te sacaré a pasear y te presentaré a más hombres buenos.

-Vale, ve a buscar al médico -Zoe le empujó por las escaleras.

Mientras observaba la espalda de Rubén, la expresión pobre de Zoe cambió al instante, y una fría sonrisa se dibujó en su cara.

Extendió el dedo índice, se limpió las lágrimas de la comisura de los ojos.

Su hermano tenía razón; si seguía montando una escena así, no serviría de nada, salvo que sólo haría que la gente la mirara. Por mucho que destrozara y llorara por aquí, Simón no la vería ni le gustaría.

Contra este tipo de hombre, parecía que ya no podía utilizar las viejas formas del pasado.

Ella todavía creía en el destino, y ya que Dios le había dado una oportunidad más, se aferraría a ella con fuerza y nunca la dejaría ir.

"Simón, espera y verás, aunque no me ames, me acordaré de tu rechazo, y haré que tomes la iniciativa de suplicarme que me case contigo."

La sonrisa de Zoe se volvió sombría cuando se decidió.

Los sirvientes que se escondían en las sombras no pudieron evitar un escalofrío al ver esta escena, y varios de ellos se miraron entre sí e intercambiaron susurros, -¿Está bien la señorita? Esa sonrisa de hace un momento daba miedo.

-¿Quién sabe? Cuando nuestra joven ha crecido y no ha sido tenida en alta estima... No puedo creer que haya sido rechazada esta vez, creo que debe estar muy irritada, ugh ......-

-Espero que la señorita se haya recuperado rápidamente, si sigue haciendo berrinches como este, creo que todos estaremos demasiado lesionados más tarde.

-Ojalá...

***

Por otro lado, hacia el final del día, Xenia fue a la oficina a entregar la información, y por lo que le había dicho Simón, no se quedó en la oficina, sino que la dejó y se dio la vuelta para irse.

Pero, Simón la dijo, -Espérame después de salir del trabajo.

Los pasos de Xenia se tambalearon y volvió a mirar hacia él con cierta incertidumbre.

-¿Qué?

Simón frunció sus labios y entrecerró los ojos hacia ella.

-¿No quieres?

Simón frunció el ceño, la expresión de su rostro seguía siendo de descontento.

Se quedó sin palabras.

Xenia estaba realmente desconcertada, obviamente había frenado deliberadamente y esperado por él, ¿por qué este hombre seguía pareciendo infeliz? Tras pensar un momento, Xenia reaccionó rápidamente.

-Me estás pidiendo que te espere en la oficina para salir contigo, ¿verdad?

El hombre frunció los labios en una línea recta y guardó silencio, ya que la respuesta era un sí obvio.

Xenia se quedó sin palabras por un momento y, tras abrocharse el cinturón de seguridad, retiró la mano y miró hacia otro lado.

-Eso no funcionará, no puedo salir de la oficina contigo-.

Simón tensó al instante las cejas ante estas palabras.

-¿Qué, tienes miedo de que la gente te vea conmigo?

Xenia asiente con sinceridad.

De hecho, tenía miedo de que la gente los viera a los dos caminando juntos, y entonces no habría manera de que ella manejara los chismes o cualquier otra cosa.

Al ver que la chica lo había admitido sin dudarlo, el ceño de Simón se frunció más.

-¿Tienes tanto miedo de que la gente se entere? ¿No puedo salir con esta cara tan guapo así? ¿Eh?

Xenia no quería estar con él porque tenía miedo de que el bando de Jorge se enterara, y no pensaba en otra cosa.

Ahora que se daba cuenta de que Simón no estaba de buen humor, sabía que podía haber dicho algo incorrecto.

-No es lo que piensas, yo... -ella explicó con pánico.

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