Esposa falsa de Simón romance Capítulo 904

Después de ducharse, Naomí pasó por la habitación de Bernabé, y le vio preparando sus maletas. Todavía faltaban unos días para el Año Nuevo, así que era muy pronto para que se prepara para el viaje.

Naomí entró en su habitación, y le dijo, -No hace falta que tengas tanta prisa para preparar el equipaje. Nos quedan mucho tiempo para hacerlo.

Sin embargo, él no la hizo caso, ni siquiera levantó la cabeza para verla. Estaba muy concentrado en sus cosas.

Sintiéndose ignorada, Naomí le llamó por su nombre con mucha ira, lo cual obligó a Bernabé a volverse para verla.

Dijo Bernabé, -Siempre hago las cosas con anticipación para asegurarme. No quiero procrastinar lo todo como tú. No tomas las acciones a menos que sea urgente, así que siempre cometes errores y olvidas las cosas importantes.

Ante tales críticas, Naomí se sintió ofendida y le pidió que hiciera la disculpa a ella misma. No obsante, Bernabé rebelde le dijo que no sentía culpable por lo que había dicho, porque su mamá Xenia también había hecho comentarios similares sobre Naomí.

Ella se sorprendió de la buena memoria que tenía Bernabé para recordar lo que Xenia había dicho hace tanto tiempo. Aunque era verdad, todavía quiso defenderse por su autoestima. Por lo tanto, dijo:

-Los niños deben respetar a los mayores. No deberías criticar a los demás. Soy muy enojona, tú lo sabes. Te advierto ahora que tus críticas me han defendido, y te exijo que me pidas una disculpa. Si no, no te llevaré al aeropuerto. Jamás podrás ver a tu mamá.

Bernabé no tenía miedo de ir solo al aeropuerto, pero con su menor edad no le dejarían subir al avión al extranjero sin un tutor a su lado.

Bernabé no tuvo más remedio que obedecerla para poder reunirse con sus padres y su bisabuelo Jorge. Tenía que agradarla, así que dejó de preparar las maletas, y comenzó su “actuación”.

Se acercó corriendo a Naomí, le abrazó un muslo, y le suplicó, -Tía Naomí, lo siento mucho. Perdóname por mis tonterías anteriores. Siendo la más linda del mundo, deberías ser la futura esposa de mi tío...

Naomí se sintió contenta de lo que había hecho y dicho, y le dijo con mucha alegría, -¡Qué palabras más bonitas! Haré lo posible por llevarte a ver a tus queridos, pero... con una condición extra. Que me defiendas si tu madre me regaña por llevarte al extranjero.

Bernabé la aceptó de inmediato, prometiéndole, -Contaré a mi mamá que eres el inocente. Todo se debe a mi amenza con la muerte.

-¡Así es! ¡Perfecto! Inventa más para que tu madre no me mate.- dijo Naomí, quien estaba muy satisfecha con la inteligencia de Bernabé.

Al ver a Naomí airosa, Bernabé no quiso arrebatar su felicidad con decirle la gruel verdad: era imposible que Xenia la creyera por estas mentiras tan tontas. La inocencia de Naomí se convirtió en objeto de burlas de Bernabé. Por supuesto, en esta etapa tan clave, Bernabé solo las hicieron a su espalda.

Unos minutos pasados, Naomí se puso muy seria y le advirtió, -Por cierto, tu tío Diego todavía no sabe nada de eso. De ninguna manera se lo cuentas. Una vez que se entere de nuestro plan, nos impedirá a realizar nuestro viaje.

En realidad, Naomí quería que Diego fuera con ellos, eso le dría a ella una oportunidad de desarrollar una relación con él durante el viaje. Sin embargo, ella se preocupaba por la reacción de Diego después de enterarse de su viaje secreto. Todo el mundo sabía que Diego consentía tanto a su hermana Xenia y no haría nada contra voluntad de ella. Xenia no permitía que Bernabé saliera al extranjero, por lo cual él no lo permitiría. Si invitara a Diego a viajar con ellos, él haría todo posible para impedirlo.

El siguiente segundo, los dos se quedaron callados sin saber cómo seguir su conversación. Naomí se preguntó por qué había un ambiente tan incómodo, ¿era por la discusión anterior? Naomí tardó un rato en escoger un tema para matar este silencio tan extraño. Al final, preguntó, -¿A qué se debe esta visita? ¿Necesitas ayuda?

Rafael asintió y le dijo que se sentara para charlar tranquilamente. Luego, él sacó su tarjeta de identidad y la dejó sobre la mesa. Tal gesto desconcertó totalmente a Naomí. “¿Qué está pasando aquí?”ella se preguntaba. Ella preguntó, -¿Por qué hiciste eso?

Rafael estaba haciendo todo esfuerzo para organizar bien las palabras en su mente, pero no encontró la manera adecuado de explicarse. Al final, decidió ir al grano, diciendo, -¿Vas al extranjero a buscar a Xenia y Simón?-

Naomí se congeló, e inmediatamente preguntó cómo lo sabía. Al terminar la pregunta, ella se dio cuenta de que su pregunta ya la había vendido, porque preguntarle cómo lo había sabido era una respuesta de sí, sí iría al extranjero por Xenia y Simón. “¡Qué tonta soy!” ella se decía en secreto. De inmediato, cambió el tono y agregó, -No, ¿de dónde ha salido ese rumor?

Cuando Rafael vio lo torpe y graciosa que era, se esforzó mucho para no soltar la risa, porque necesitaba mantener su cara muy calmada y seria en esa situación. Respondió, -Tengo mis maneras para sacar esa información. Supongo que Diego aún no sabe tu plan, ¿verdad?

Naomí se puso tan nervioso que apretó los puños sin darse cuenta. No sabía cómo responderle, pero sabía perfectamente que este hombre había venido preparado.

Rafael tomó su silencio como afirmación, así que añadió, -Si Diego no lo sabe, seguro que no has avisado a Xenia.

Naomí frunció el ceño y le dijo melostada, -¿Qué quieres? ¿Has venido solamente para confirmar tus suposiciones? ¿Acaso quieres impedirme? ¿O quieres delatarme ante Diego y Simón?

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