Naomí puso el vaso de agua frente a Diego e inmediatamente se alejó.
Las cejas de Diego se fruncieron inconscientemente y miró a Naomí, quien inmediatamente dijo, -Recuerdo que aún no he arreglado bien mi ropa, así que me voy por eso.
Después de hablar, rápidamente se dio la vuelta y volvió a la habitación.
Tanto Diego como Xenia se quedaron sin palabras.
Después de que los dos vieron a Naomí entrar en la habitación, Xenia no pudo evitar decir, -Hermano, no seas tan aterrador, le asustaste a Naomí mucho.
Al escucharla, Diego la miró con frialdad, -La amiga tuya ha sido muy valiente, se lo llevó a venir aquí sin decirme nada.
Xenia se mordió el labio inferior y decidió encubrir a Naomí.
-De hecho, ella no quería venir sola, pero sentía que no había ningún progreso por mi parte, así que le envié un mensaje a Naomí y le pedí que trajera a Bernabé para que estuviera conmigo.
Diego no creyó en sus palabras, solo levantó las cejas cuando escuchó eso, -¿Vas a asumir la culpa con ella?
-Hermano, no es así... de verdad envié un mensaje para pedirle que viniera.
-¿Tienes alguna evidencia? –dijo Diego.
Xenia se quedó sin palabras.
No esperaba que Diego preguntara esto, y se quedó atónita durante mucho tiempo antes de murmurar y explicar, -Eso... envié un mensaje, pero la memoria del teléfono se borró.
-¿En serio? -preguntó Diego lentamente sin apurarse.
Xenia de repente no supo qué decir, porque sintió que no importaría lo que dijera, no podía encubrir la verdad. ¿Cómo pudo Diego no saber su personalidad? Ella no dejaba que Bernabé viniera antes, porque quería resolver el asunto sola, con la esperanza de recoger a Bernabédespués de que Simón recuperara la memoria.
Pero ahora, Simón aún no recuperó su memoria, pero ahora dijo que fue ella quien envió un mensaje para pedirle a Naomí que trajera a Bernabé aquí.
Nadie la creía.
Dejó de hablar, porque sabía que Diego no creyó en lo que había dicho.
Ella bajó la cabeza, su estado de ánimo de repente se deprimió.
Diego se quedó atónito por un momento. Pensando en lo que le había dicho, parecía que su tono había sido demasiado duro. En este momento, al ver a ella tan deprimida, de repente se culpó a sí mismo.
-Lo siento... no usé este tono intencionalmente para tratar contigo, solo que...
-Lo sé -Xenia lo interrumpió-, Sé que solo estás preocupado por mí, pero soy un adulto y puedo hacer lo que quiera, incluida Naomí, ella sabe lo que está haciendo, ya que se atrevió a llevar a Bernabé a venir aquí, eso significa que esto no fue solo de su voluntad.
Diciendo esto, Xenia levantó la cabeza y se encontró con los ojos de Diego.
-Ya que fue Bernabé quien lo quería, ¿por qué deberías culparla a Naomí, hermano?
Diego pudo ver que Xenia estaba decidida a defender a Naomí. No podía culparla más a Naomí. Antes Diego quería hacerle admitir su error. No importaba lo que ella quisiera hacer, pero lo que más le importaba a él fue que ella se llevó a Bernabé a venir aquí sin decirle nada.
¿Y si hubiera pasado algo en el viaje?
Pensando en esto, la voz de Diego se suavizó un poco.
-Si esto es lo que esperabas, ya lo sé.
-No es lo que esperaba yo -Xenia lo interrumpió-, solo estoy diciendo la verdad. Si quieres culpar a Naomí, entonces Bernabé tampoco será una excepción. Después de todo, puedo decir que el coraje de Bernabé fue el más grande entre estas dos personas. Si Bernabé no hubiera pedido a Naomí, Naomí nunca se lo habría llevado a venir a buscarme.
Parecía ser correcto lo que dijo Xenia.
Pero... Diego frunció el ceño y miró a ella, en realidad no se puso al lado de su hijo.
¿No te preocupaba que él culparía a Bernabé?
Pero esto no era lo que debería preocupar, Diego no habló más y la tranquilizó, -Está bien, lo sé, no te enojes.
Xenia bajó los ojos y no respondió.
-No -Diego miró el lugar donde Naomí acababa de desaparecer-, que me acompañe ella.
Xenia quería decir algo, pero después de pensar, ¿no sería esta una buena oportunidad para Naomí?
Acompañando a Diego a comprar ropa, nadie más, ¿deberían pasar mucho tiempo solos?
Después de que este pensamiento pasó por su mente, Xenia asintió con su cabeza de inmediato.
-Está bien, entonces hablaré con Naomí más tarde.
Xenia se levantó y caminó hacia la habitación de Naomí después de hablar. Diego bajó la cabeza, sus pestañas cubrieron los ojos sombríos.
Aunque la intención de lo que le dijo Xenia no fue más que decirle que no culpara a Naomí, pero... algunas cosas tenían que quedar claras.
Ya que no podía decírselo delante de su hermana.
Pues llevaría a ella afuera y se lo diría.
Después de que Xenia regresó a la habitación, le contó la noticia a Naomí. Cuando Naomí lo escuchó, su rostro instantáneamente se puso pálido y la rechazó.
-¡No quiero ir!
Al escuchar eso, Xenia se sorprendió un poco, -¿Por qué? Qué buena oportunidad, ¿no sales con mi hermano?
-Xenia, no me atrevo... le tengo miedo ahora, debe estar muy enojado conmigo.
-No te preocupes, ya se lo dije hace un momento, y prometió no buscarte problemas.
-¿En serio? -Naomí sospechaba un poco-, pero... todavía tengo miedo.
-¿De qué tienes miedo? Van a estar solos, sal con él a comprar ropa, una oportunidad tan rara que realmente no la quieres?
Al ver que Naomí todavía estaba vacilando, Xenia planeó hacer algo más directo, se dio la vuelta y salió, diciendo, -Entonces le diré que no quieres ir.
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