Esposa falsa de Simón romance Capítulo 97

-Frida, este vestido ha sido elegido en persona por el señor Simón.-

Rafael no pudo aguantar decirlo.

-¿Ah?- Frida obviamente tardó un segundo en reaccionar. Con dudas, ella di un vistazo a Simón, quien la primera vez se escapó de su vista, burlándose, -¿he escogido? ¿Por qué yo no lo sé?-

Rafael reaccionó, -... Sí, sí, lo he escogido, es que me lo he equivocado, Frida.-

Frida se calló, -…-

Rafael se quejó a sí mismo, “Señor Simón , ¿podría ser más tímido?”

Rafael no entendió muy bien la actitud de Simón hacia Frida, pero como su asistente, él tuvo que fingir no saber nada.

-¿Por qué todavía no vamos?- Simón se lo recordó a Frida, por eso, ella di un paso adelante para empujar su silla de ruedas.

Los tres subieron al ascensor juntos, y luego al auto. Pronto llegaron al salón del banquete.

Sin embargo, en el camino, Frida no encontró el lago del que había hablado Simón hasta que llegaran, de repente, ella reaccionó con lo que pasó.

¡Había sido engañada por Simón!

¡Sin lago, simplemente le mintió!

Pensando en esto, Frida lo empujó airadamente hacia adelante, -¡Me mentiste otra vez! ¡no vi ni un lago cuando vine!-

Al oírlo, Simón no pudo evitar la sonrisa en los labios, -Tonta.-

Debido a su baja voz, Frida no pudo oírlo con claridad, subconscientemente inclinada hacia adelante, -¿Qué?-

Simón la miró hacia atrás, ni más ni menos vio su pecho un poco expuesto al inclinarse, en un instante sofocante, él ordenó, -Mira hacia arriba.-

Frida no sabía por qué, pero levantó la cabeza según su orden.

-No bajes la cabeza.- Aquí había un montón de visitante, así que se expuso la parte privada cuando ella bajó la cabeza.

No importaba lo que vea, pero el pensamiento de que los demás también podían verlo, a Simón le molestó mucho, no solo por fuera sino también por dentro.

¡Maldita sea! Simón pensó que debería elegirle un vestido conservador.

Frida estaba perpleja, -¿Qué ha pasado?-

-¿Podría ser una buena mujer?-

Al oírlo, Frida preguntó con los ojos fijos, -¿Qué crees que soy mala?-

Cuando miró hacia abajo su falda, Frida rompió a reír con ira, -Simón, ¿es la falda que escogiste? ¿no? Y ahora dices que soy una mala mujer, ¿todavía te ha quedado la vergüenza?-

Simón replicó, -Rafael ha reconocido que la escogió él mismo.-

A su lado, Rafael añadió, -Lo siento, definitivamente, la próxima vez elegiré un vestido con más tela.-

Simón le di una mirada de advertencia a Rafael, quien sólo pudo quejarse por dentro.

La aparición de Simón produjo sensación. A pesar de quedar en la silla de ruedas, su presencia trajo la atención de innumerables personas, dado que La familia Freixa en la Ciudad Norte se trataba de La Primera familia antigua y bien conocida y además, Simón era el presidente del Grupo Freixa. Por eso su aparición atrajo naturalmente la atención de innumerables personas.

Cuando las luces y las miradas se enfocaron en Simón, inevitablemente, cuya compañera tampoco se dejó sola. Después de todo, ese día Frida llevaba un vestido largo, de color azul y gris claro, con el pelo suave encantadoramente cubierto sobre sus hombros, mostrando un aspecto pacífico y saludable.

Sin duda, Frida también llamó la atención de los señores y señoras presentes.

Simón asistió pocas veces a banquetes. Hacía muchos años desde su asunción del presidente del Grupo Freixa, durante este período, sólo se presentó 5 o 6 veces en las fiestas.

Frida tenía un poco de sed y sentía un poco de tambaleo de los pasos.

Simón le encontró rara, entrecerró los ojos y preguntó, -¿Qué pasa?-

Frida lo negó con la cabeza, -Nada, no pasa nada.-

Pero su voz estaba temblando levemente.

Simón frunció las cejas, de repente, recordó lo que le había pasado en la tienda del Centro Comercial. Cuando enfrentó a las acusaciones de la gente, no pudo resistirlo, con los ojos dispersándose gradualmente, incluso se iba a caer.

Si Simón no la hubiera recogido a tiempo, ella podría haberse desmayado.

Frida sólo sentía que los ojos se oscurecieran poco a poco, sin embargo, tuvo que persistir con el labio inferior mordido.

La mano se calentó de repente. La gran palma de Simón desde atrás cubrió la mano pequeña y fría de Frida. Él dijo en voz baja, -¿Por qué estas nerviosa?-

La voz metálica era profunda y poderosa. En comparación con su mano pequeña y fría, la palma grande era ardiente como una bola de fuego, directamente quemándole la sangre que penetró el corazón en una vez.

Frida acababa de estar nerviosa, pero al oírlo, se quedó calma, con los párpados temblorosos, mirando la parte de atrás de la cabeza de Simón.

Parecía que él todo lo sabía, de ahí que añadiera, -Estoy aquí, nadie se atreve a hacerte daño.-

¡Explosión!

Como una campana antigua, esta frase di un golpe fuerte al corazón de Frida.

Se notó que el pulso aceleraba repentinamente. La imagen de Simón se volvió grande, y el poder de ser cuidado la hizo menos temerosa. Un momento después, cuando volvió a levantar los ojos, todo frente a Frida se volvió claro.

Frida nunca sabía que sus síntomas de nervio podían curarse. Ya que… después de que eso sucedió, a Frida le dieron mucho miedo las ocasiones abarrotadas de gente, especialmente las de que todas miradas se enfocaban en ella.

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