Esposa falsa de Simón romance Capítulo 976

Naomí seguía tocando los ajos, y luego los cortó en varios pedazos rápidamente.

Mirando a los ajos, Xenia preguntó con curiosidad, -¿vas a comerlos?

-¿Hay algún problema? -contestó Naomí.

-No, por supuesto que no, lo que quería decir es que… ¿te gusta el sabor de ajo?

Tras sus palabras, Naomí reaccionó en seguida, y dijo, -tienes razón, mi media naranja todavía está aquí, no debo comer los ajos. Si tendré una oportunidad de hablar con él en privado, el aliento de ajo estará muy mal para él, cuando abro mi boca.

Pensó en esto, Naomí tiró los ajos cortados al contenedor de basura inmediatamente.

Y luego, limpió el cuchillo de cocina y la tabla rápidamente.

-Menos mal que me adviertas -Naomí murmuraba.

Le dio un vistazo a Naomí atentamente, Xenia no encontró ningún señal de esquivar sus ojos, parecía que había olvidado todas las palabras entre ellas.

-¿No le importan, o por descuido? -Xenia pensó y dijo-, pues… ¿has oído lo que dije?

-¿De qué? -Naomí contestó.

-Quizás, Rafael esté celoso -Dijo Xenia.

-¡Eso es imposible! -gritó Naomí.

-¿Cómo lo sabes? También estás sospechosa, ¿no? Solo no estás segura, y nada más -Respondió Xenia.

-Tienes razón, estoy un poco sospechosa, pero lo considero atentamente, creo que es imposible que Rafael se enamorara de mí. Nos conocemos desde hace mucho tiempo, si le gustara, me lo diría. Sin embargo, lo negó cuando le preguntó en aquel día. De verdad, me arrepiento de que le preguntó por impulsos rápidos, tengo mucha vergüenza por hacer una pregunta así.

-Bueno, no sé qué puedo decir con ella. Es mejor que no me meta en su asunto -Pensaba Xenia.

Y Xenia no habló nada más, las dos personas estaban cocinando silenciosamente.

En ese momento, Simón quedó dormido, por eso Xenia preparó una ración de comida para él de antelación, cuando se despertó, sería más conveniente para él a comer.

Cuando Xenia cogió justo las comidas en el refrigerador, oyó que Diego Leguizamo había dicho algo.

-Mañana vuelvo a mi país -Dijo Diego.

Tras sus palabras, los palillos que habían estado en la mano de Naomí cayeron al suelo.

Parecía que el tiempo no había transcurrido, después de un poco, Naomí bajó su cabeza embarazosamente, y preparó a coger los palillos que habían resbalado.

Pero una persona actuó más ágil que ella, Rafael cogió los palillos y los puso sobre la mesa, y luego se levantó a la cocina para tomar otro par de palillos para Naomí.

Cuando recibió los palillos, Naomí estaba incómoda, y dijo, -has…

-No eres capaz de coger los palillos bien, qué torpe -Reprochó Rafael en voz baja.

En seguida, Naomí abrió sus ojos furiosamente.

Pero no tenía ganas de prestar atención a su ofensa, Naomí giró sus miradas a Diego, y preguntó intensamente, -cuando subimos al coche, dijiste que te quedaría unos días, ¿no? ¿Por qué mañana saldrás? Tienes mucha prisa, ¿es fácil de reservar asientos?

-Carmen Rubio lo gestionará bien -Contestó Diego.

Al oír el nombre de Carmen, Naomí quedó en silencio, y pensó -sí, ha pasado tantos días, ya es la hora para Carmen a empezar a trabajar. Podrá arreglar todos los asuntos perfectamente que se encarga.

Dentro de poco, Naomí dijo, -¿pues puedo volver contigo? Voy a reservar los asientos ahora.

Tras las palabras, no comió nada más, y dirigió a la habitación para coger su móvil, dejando el tazón y los palillos sobre la mesa.

Todas las personas quedaron en un silencio.

Xenia echó un vistazo a Rafael sigilosamente, estaba en duda por sus expresiones normales, parecía que para Rafael no había ningún cambio de humor. Pero después de pensar un rato, Xenia disipó la sospecha, al fin y al cabo, Rafael trabajaba bajo la dirección de Simón Freixa, para ellos, su alegría e ira eran invisibles.

-¿Por qué tienes mucha prisa, Diego? No sabía que saliere mañana -Preguntó Xenia, y le cogió un tazón de caldo a sí misma.

Diego giró sus miradas a su hermana, y dijo en tono más suave, -se ha ocurrido algo espinoso en la compañía, tengo que volver y deshacerlo. Pensaba que podría quedarse unos días más acompañándote, pero no me permite la situación actual. Ten cuidado, sé que es difícil para ti a estar en un país extranjero solamente. Si tienes dificultades, no las aguantas solamente, soy tu apoyo más fuerte.

Al decir esto, Diego paró. Sus labios estaban moviendo ligeramente, parecía que tenía algo en la punta de la lengua.

Tras un rato, dijo lentamente, -aunque la familia Carlos es fuerte, La familia Leguizamo no es tímida, ¿me entiendes?

Xenia quedó atontada, sí, le entendió bien.

Xenia pensaba, -Diego tenía miedo de que Jorge Carlos le reprobaría a Xenia, incluso con la fuerza de su familia, lo que quería decir a mí es que si necesito la de La familia Leguizamo, me ayudará y no retrocederá, pase lo que pase.

-Tengo un hermano mayor como Diego que es una gran suerte, el cual es tan buena, me parece que hubiera salvado al mundo -Pensó Xenia.

Dijo Xenia con los ojos llenos de lágrimas, -Diego.

-Vale, vamos a beber el caldo -respondió Diego.

Xenia bebía el caldo, bajando su cabeza, pero Rafael lo miraba en ese momento. No pensaba que Diego le tratara de Xenia de manera tan tierna.

-Pero el modo que hablaba con Naomí era tan frío.

-¿Sería la razón por lo que Naomí estaba tan triste?

-No obstante, no soy nadie, no tengo la posición apropiada de reprocharle. En realidad, no he jugado con los sentimientos de Naomí, mi actitud es clara.

-Si Naomí sigue perdiéndose en sus emociones, se buscará las dificultades a si misma -Pensaba Rafael.

Al pensar en esto, Rafael le dolía mucho el corazón.

-Si Naomí se sigue enamorado de Diego, siendo tan impenitente como yo, ¿qué podrá ser? -Pensaba Rafael.

-¡Oh, no! ¿Por qué no queda ningún asiento vacio para mañana? -gritó Naomí, salió de la habitación frenéticamente con el móvil en su mano, corrió y chilló, -no pensaba que no quede más asiento disponible para mañana, ¿por qué hay tantos pasajeros quieran volver a su país por la mañana? Es muy raro.

Mientras que Naomí decía eso, se ponía en pie al lado de Diego, mirando a él con las miradas dolorosas, y dijo, -¿podrías quedarte unos días más que todavía no tienes el suficiente tiempo a charlar bien con Xenia?

Rafael frunció su entrecejo, y contestó, -hay una urgencia en la compañía, tengo que salir.

Al oír su tono, Naomí consideró que no tendría más posibilidad, se mordió sus labios, y volvió a su asiento, bajando la cabeza.

Todo podía observar que Naomí perdió su animo.

Cada persona estaba pensando sus propias cosas en el almuerzo.

Terminó el almuerzo, Xenia no tardó mucho en volver a su dormitorio.

Hasta la noche, Dylan Pliego vino por el mando de La familia Carlos, y invitó a todos los presentes a cenar en su casa.

Al pensar que Diego saldrá por la mañana, Xenia accedió a su solicitud que tenía que discutir sobre algún asunto con Jorge precisamente.

-Desde luego, no es una cosa insignificante, deberé expresarlo bien ante Jorge. Con el esfuerzo de Bernabé, no sé si estaré más simpática para él -Pensaba Xenia.

Naomí no estaba de humor de hacer nada por la partida de Diego, cuando el resto decidió a cenar en la casa de Jorge, lo rechazó.

Diego no tenía ganas de ir, pero no podía ignorarlo, teniendo en cuenta las relaciones entre sí y Xenia.

-Como un miembro de La familia Leguizamo, tengo que ir -Pensaba Diego.

Por fin, lo que quedaba era Rafael y Naomí.

Rafael intentaba ir con ellos, pero cuando salió de la casa, Simón le hizo un profundo gesto, y dijo, -¡quédate!

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