Esposa falsa de Simón romance Capítulo 994

-¡Me has entendido mal! -explicó inmediatamente Anthony.

Xenia aún recordaba lo burro que estaba Anthony cuando lo conoció en el ascensor.

-De todas formas hay que mantener las distancias con mis amigas.

-Vale, ¿pero si están interesadas? ¿Qué debo hacer? -bromeó Anthony vacilante.

Xenia puso los ojos en blanco.

Sonó el móvil de Anthony, era una chica que le había presentado su abuelo.

Le dijo a la chica que podían ser amigos y para su sorpresa ella le envió un mensaje.

Antonio sabía que las princesas tan ricas se encaprichaban y no quería enamorarse todavía.

Así que no respondió al mensaje.

Un momento después, Naomí y Rafael regresaron y antes de que Xenia pudiera reaccionar, Anthony se levantó inmediatamente y abrió la puerta.

Los dos se congelaron al ver a Anthony.

-¿Me he equivocado? -Naomí estaba confundida.

-No, déjame a mí -Anthony tomó con entusiasmo lo que ella sostenía.

Luego explicó, -Encantado, me llamo Anthony.

Naomí estaba aún más desconcertada.

Rafael dio un paso adelante, -Disculpe, pero...

Estaba a punto de preguntar quién era Anthony, cuando vio a Xenia de pie en la puerta, -Bienvenidos a casa.

Naomí entró entonces, y Antonio suspiró por la oportunidad perdida de ofrecer su hospitalidad.

-¿Cómo te llamas? Señorita, soy Anthony, amigo de Xenia y Simón.

-Me llamo Naomí.

-¿Y cuál es tu apellido?

Naomí se avergonzó un poco y no contestó.

-¿Vas a cocinar con nosotros? -Rafael interrumpió a Anthony con el ceño fruncido al ver que seguía coqueteando con Naomí.

Anthony se quedó atónito, -¿Están en pareja?

-Te ayudaré -Rafael sonrió.

-Tengo que decirte que, aunque has hecho mucho por mí estos días, no me gustas -dijo Naomí con frialdad.

-Pero me encanta, por nada -Rafael se sintió un poco decepcionado pero no le importó.

-¿De verdad? -Naomí le fijó-. ¿Y para qué lo que hiciste esa noche? No soy una tonta.

Rafael se rió, -Si eso te molestó, te prometo que no lo volveré a hacer.

Naomí no le creyó, ni siquiera había esperado que la besara de sopetón aquel día.

Y Rafael pasaba tiempo con Naomí todos los días, lo que hizo que Naomí pensara que la estaba persiguiendo.

Pero a ella sólo le gustaba Diego.

Especialmente en este tiempo de tristeza.

-Te advierto que no intentes aprovecharse de la situación.

-¿Así que puedo perseguirte cuando ya no estés triste? -Rafael sonrió como si entendiera lo que ella quería decir.

Naomí le miró y guardó silencio.

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