Esposa Pecadora romance Capítulo 389

Observándola como un campeón que mira al derrotado, el hombre rebosaba un aura espantosamente dominante.

"No deberías hacerme perder el tiempo, a menos que desees una muerte muy dolorosa", advirtió con frialdad.

Meredith tosió dos veces, por el gusto de hacerlo, y alzó la vista con dificultad. "Yo... sé que no debí mentirte, Jeremy. Pero... te juro que el amor que siento por ti es real. Te amo, Jeremy, de verdad...".

"Déjate ya de tonterías", le interrumpió Jeremy, con frialdad.

Meredith se desplomó boca abajo en el suelo y se mordió el labio. "Está bien, te contaré...".

Con la cara gacha, los ojos de Meredith relucían con falsedad. 'Si no puedo conseguir a este hombre, Madeline, ¡entonces olvídate de conseguir una pizca de su amor!'.

Apretó la mandíbula y maldijo, internamente, antes de abrir la boca para decir: "Hubo una optativa que tomé con Madeline, en mi primer año, y había una chica con el apodo de Linnie, en esa clase. Madeline y yo habíamos echado un vistazo accidentalmente a su diario, y descubrimos que compartía un pasado contigo, Jeremy. Así que yo...",

Meredith se detuvo, antes de continuar: "La chica fue transferida por alguna razón, pero me las arreglé para hurtar su diario, antes de que se marchara. Creo que Madeline quiso fingir ser esa chica, también, pero no pudo porque yo estaba un paso por delante de ella".

Con eso, extendió la mano para tirar de la pierna del pantalón de Jeremy, y suplicó con una humildad recién descubierta. "Por favor, Jeremy. Por Jack, déjame ir...".

"¿Cómo te atreves a mencionar a Jack? Jamás fuiste adecuada para ser su madre, en absoluto".

Jeremy pateó a Meredith, con frialdad, mientras hablaba. Luego, se volteó para irse, llevando consigo el frío que transpiraba.

"Jeremy, Jeremy...", Meredith se lamentó con la garganta tensa, pero el hombre se esfumó lentamente de su vista...

Al abandonar el centro de detención, Jeremy se puso en camino a toda velocidad, hasta llegar a la puerta de un cementerio.

Prendió un cigarrillo y miró con tristeza al vacío.

Lo que dijo Meredith, le recordó algo que Madeline le había contado hace años.

Lágrimas corrían por su rostro mientras yacía a sus pies, acusándole de haberse retractado de la promesa que le hizo, cuando eran chicos. Estaba conmocionado y a punto de creer que Madeline era realmente la chica de hace años, cuando Meredith había aparecido de repente con sus astutas palabras, que le convencieron de que Madeline mentía y que era una mujer malvada.

Sin embargo, el hecho era que Madeline no era, en realidad, una persona así.

Había entregado, sin pensar en la retribución, una virtud difícil de conseguir.

¿Cómo podía una mujer así espiar el secreto de un diario ajeno, y luego robar su identidad?

El corazón de Jeremy latía con fuerza en su pecho. Tras dar una larga fumada al cigarrillo, exhaló una bocanada de humo blanco.

Entonces, tuvo una revelación. Una explicación que resolvía todas las dudas y la confusión en su mente.

Durante una fracción de segundo, no podía definir la oleada de emociones que sentía.

Justo en ese momento, su mirada captó una figura blanca que se levantaba, lentamente, de lo que debía ser la tumba del abuelo de Madeline. Su figura era idéntica a la de sus recuerdos.

Recordó la misma silueta que había visto, la última vez, aunque no pudo descubrir quién era exactamente la mujer que había dejado las flores.

Su corazón se aceleró y, de inmediato, apagó el cigarro y se acercó.

Tras dejarle flores a su abuelo, Madeline se levantó y se acercó a la tumba, para tocar el nombre grabado en la lápida.

"Sé que siempre quisiste ayudarme a encontrar a mis padres, abuelo, y ahora que por fin los he encontrado, no sé si debería reconocerlos o no".

Ella sonrió, pero sintió que el borde de sus ojos se amargaba.

"Resulta casi hilarante que, mis padres más queridos y el hombre al que más amaba, hayan tenido en estima a la malvada mujer que te mató a ti, a mi hijo y casi a mí”.

"Pero no te preocupes, abuelo. Linnie está muy cerca de vengarlos a los dos".

La apasionante sensación de venganza se encendió en los ojos de Madeline, mientras sonreía levemente.

Se giró para encenderle una vela, y descubrió a alguien de pie no muy lejos de ella, en el momento en que se dio la vuelta...

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