Ex esposa vuelve a mi romance Capítulo 12

Valentina tomó asiento frente a Lucius, pero tuvo temor, quizás traer a alguien, que ahora más que nunca sabía era un verdadero desconocido, le inundaba de recelo

—¿Vas a hablar?

Él la miraba con ojos grandes, y ella se puso nerviosa

—Habla ahora, o debes marcharte —aseveró

Él llevaba una mochila, y la abrió, tensando los nervios de Valentina, pero cuando la abrió, sacó de ahí un sobre amarillento, lo abrió con rapidez

—Valentina, he dicho que no soy un desconocido para ti, y, además, cuando dije que jamás te lastimaría, ten por seguro que no he mentido.

Ella le miró con estupor

—¿Qué tratas de decirme?

—Fui amigo de tu padre, Valentina —dijo con seguridad, ella abrió ojos enormes y arrugó el gesto, si era así, ¿Por qué ella no lo conocía? —. Tu padre y yo fuimos inseparables, antes de que nacieras, luego tuve que alejarme, me fui a vivir a otro país, y supe de su lamentable muerte —Lucius bajó la vista, como si su mirada sintiera dolor

Valentina sintió que temblaba, recordó a sus padres, recordó el dolor de saberlos muertos de tan horrible manera

—¡¿Qué es lo que quieres, Lucius?! ¡Dímelo de una vez! Porque siento que enloquezco de ansiedad.

Lucius se levantó y tomó su mano con fuerza, mirándola fijamente con sus grandes y severos ojos verdes

—Tus padres fueron asesinados, Valentina, el incendio fue provocado, y el criminal tiene un nombre en común.

Ella le miró perpleja, sintió que su corazón latía tan apresurado, que casi podía salir de su pecho

—¡Habla! ¡No puedo más! ¿Quién es el culpable?

—Diana Brighton, y toda su familia está involucrada.

Valentina estaba boquiabierta, negó de prisa, no podía ser cierto, ella no podría creerlo, Diana era como su propia abuela, la cuidó y la quería, todo este tiempo, ahora estaba enojada por como se dio la separación de Scott, pero, ella jamás podría creer algo así, soltó su agarre con apuro

—¡Mientes! Es imposible, ¿Cómo puedes decir algo así?

El hombre tomó unas fotos y se las mostró

—Míralo por ti misma, esta foto es del video de seguridad, observa a Diana salir de la casa Dion, fue la última en salir, y después ocurrió el incendio, ¿Acaso no es suficiente prueba? Estoy seguro de que ella los mató.

Valentina sostuvo la foto en sus manos, era nítida, ahí Diana Brighton salía de la casa, y la fecha podría verse en la foto, sus ojos se volvieron llorosos, ¡Era imposible! No, esa mujer estuvo con ella, cuidándola junto con sus padrinos, después de la muerte de sus padres

—Esto no es cierto, ¿Por qué razón lo harían?

—También tengo la respuesta, mi niña, míralo, los Brighton están arruinados, su empresa farmacéutica sufrió un revés económico, y están a punto de la quiebra, todo lo que les queda es su sembradío de manzanas, pero, ellos tienen un as bajo la manga; tu fortuna.

Ella le miró perpleja, tragó saliva, un miedo proveniente de sus entrañas, congelaba su cuerpo.

—¿Qué dices?

—Claro, ¿Acaso Diana no tiene acceso total a tu fortuna? ¿Acaso no te la dará hasta que cumplas veintidós años? Pero, ¿Tú has leído las cláusulas del testamento? No, ellos no te lo permitieron, ¿Sabes por qué? Si lo supieras, no hubieses estado tanto tiempo a su lado, y tampoco te hubieses casado con Scott Brighton.

Diana se acercó a él y lo abrazó, le dolía verlo tan mal

—Ella volverá, Valentina siempre ha sido una niña buena, nunca ha guardado rencor en su corazón, ella lo escuchará todo, pídele perdón, quizás el camino sea difícil, pero, estoy segura de que te perdonará, quizás si tienes suerte, volverán a estar juntos.

Scott le brindó una sonrisa suave, sus ojos se llenaron de lágrimas y negó

—No, madre, ella nunca volverá a mí, Valentina se ha ido, ahora tiene un nuevo amor, no me amará, otra vez.

Diana se quedó perpleja, bajó la mirada, tomó la mano de su hijo y de pronto pensó, ¿Acaso esa historia no le era familiar? Ella también había amado a un hombre que rompió su corazón, y cuando quiso recuperarla, ella ya estaba con otro amor, nunca volvió a él, miró a su hijo con compasión, y deseó en lo profundo de su corazón, que él tuviera mejor suerte que ella.

—Vamos, Scott, debemos volver a casa —dijo Diana

—No, madre, por favor, quiero quedarme aquí, quiero pensar.

Diana asintió despacio, decidió que debía dejarlo vivir su propio dolor.

Valentina no podía dormir, solo pensaba en todo lo que Lucius le dijo, pensó también en Scott, ella no conocía a Lucius, ¿Por qué le creería a un desconocido? ¿Y si solo era un hombre loco que trataba de atormentarla? ¿Por qué motivo estaba ahí? Ella nunca lo vio antes, se levantó y caminó hasta la mesa, observó los papeles que ese hombre había dejado, vio la foto de su padre al lado de Lucius; era su querido padre, quien le llevaría alrededor de una década o más de años a Lucius, en la foto eran más jóvenes, pero, ¿Por qué su padre nunca le habló de ese hombre?

Valentina tomó su móvil y marcó el número de teléfono, sintió que sus manos temblaban, que su corazón podía salir por su boca, contuvo el aliento, y escuchó su voz

—Hola —ella no pudo hablar, sintió que se quedó muda—. ¡Hola! ¿Quién habla? ¡¿Valentina?! ¿Eres Valentina? ¡Contesta, por favor! —dijo Scott desesperado, ella colgó tan rápido como pudo, hiperventiló sintiendo ansiedad, pero, ¿Qué había hecho? No debía llamarlo, tampoco quería, pero, no podía controlar sus impulsos, observó su móvil resonando con fuerza, era el número de Scott, ella apagó el móvil, no podía responderle, no con todos sus sentimientos a flor de piel, luego tomó aquel documento, lo observó bien, era un artículo de una revista de negocios, ahí decían con claridad, que en poco tiempo la empresa Brighton se declararía en bancarrota, su corazón latió tan fuerte y pensó en las palabras de Lucius, miró la foto de Diana saliendo de la mansión Dion, antes de que se incendiara, ¿Y si mataron a sus padres? Sintió un escalofrío en su interior.

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