Extinción de mates romance Capítulo 32

Instintivamente trate de tapar mi cuerpo semi desnudo pero no pude gracias al cuerpo de Matthew.

—¡maldito imbecil! —grito Leonardo caminando de prisa a mi lado, levanto a Matthew con destreza y lo golpeó con tanta fuerza que por un momento pensé que había quebrado alguna parte de su cuerpo.

—¡no la volverás a tocar nunca! —grito con rabia mientras lo golpeaba.

Pero Matthew no se quedó quieto, golpeó a Leonardo en la mandíbula. Me levante de prisa buscando algo que ponerme, fui al armario y me puse una camiseta holgada y un short flojo.

—¡Matthew déjalo, sueltalo! —gritaba con impotencia, pero ellos no se detenían al contrario peleaban con más intensidad, yo mordi mis uñas en un intento de calmarme.

—Natale en la cama esta la daga —me dijo mi loba esperanzada.

Me gire y efectivamente ahí estaba la daga, corrí y la tome con manos temblorosas, Leonardo no mostraba indicios de que iba a dejar de pelear así que dudosa me acerque y clave la daga en el abdomen de Matthew.

—¡maldito perra! —siseo Matthew cayendo al piso, cada vez iba cerrando más y más sus ojos hasta quedar totalmente inconsciente.

Se escuchaba como a lo lejos autos venían a toda velocidad.

—mierda los ayudantes de Matthew —dijo Leonardo furioso, tomo mi mano y me hizo correr hasta la salida, donde un auto deportivo nos esperaba.

—sube —me ordenó Leonardo abriendo la puerta del copiloto.

Leonardo tomo mi mentón y me hizo mirarlo fijamente, se acercó lentamente y unió sus labios con los míos, se sentía tan bien sentir sus labios sobre los míos. Se movía de manera experta y sensual despertando el deseo en mi cuerpo.

—te amo Natale, no sabes todo el calvario que tuve que pasar —dijo sobre mis labios, enrede mis dedos en su cabello y tire de el de manera suave profundizando nuestro beso.

—lo siento no sabía que hacer —murmure en tono culpable y es que lo estaba me siento culpable al imaginar todo lo que Leonardo tuvo que pasar gracias a mi.

—te amo y nunca más te dejaré ir, lo prometo —dijo seguro, posó su mano en mi nuca y pego su frente a la mía mientras me miraba aliviado.

—te amo Leonardo —dije con una sonrisa auténtica.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Extinción de mates