Extinción de mates romance Capítulo 39

Me pasaba de un lado a otro, jugando con mis uñas y cabello, deseando internamente que Elio estuviera bien.

—el estará bien preciosa —me dijo Leonardo tomando mi mano con cariño.

—eso espero, todo esto es culpa mía —dije estallando en llanto, ahora todo estaría bien, sin Matthew esperaba que todos los problemas cesarán y estuviéramos bien.

—no digas tonterías, esto no es tu culpa. —me dijo Leonardo mirándome con cariño, me dio un casto beso en los labios diciéndome que todo estaría bien.

Nina se encontraba dormida en brazos de mi hermano Matt, por un instante quise sonreír, decirle a Nina que sabía lo que sentía por mi hermano pero era un pésimo momento para hacer tal cosa.

—ven aquí —me ordenó Leonardo con una sonrisa, yo asentí y me senté a su lado con la esperanza de calmarme un poco.

—no me gusta verte así, no se que mas hacer —susurro en mi oído con voz desesperada.

—solo abrázame —dije con voz apagada.

Leonardo me estrecho en sus brazos más fuertemente dándome múltiples besos en mi cabello, inhalando el aroma de el.

—me encanta como hueles —dijo el con satisfacción.

—a mi también me encanta tu aroma, hueles a tierra mojada —dije con una sonrisa sincera.

—tu hueles a flores con lavanda —dijo tiernamente, acarició mi cabello lentamente hasta el punto que me quede dormida.

Estaba en el bosque observando lo que pasaba a mi alrededor. Pero todo era oscuridad y silencio.

—¿Nina? ¿Matt, Elio? —pregunte temerosa.

Mi voz hizo eco en todo el bosque causandome escalofríos.

Mis padres estaban frente a mi sonriendome con ternura.

—¿mamá? ¿papá? —pregunte incrédula con una sonrisa radiante.

Corrí a su encuentro cuando un gran lobo se abalanzó sobre ellos... Matandonlos cruelmente.

—¡no! —grite con horror.

—¡mama! —me levante bruscamente tratando de calmarme, solo fue una pesadilla me decía a mi misma.

Levante la mirada y Leonardo había tensado cada músculo de su cuerpo mirándome serio.

—¿una pesadilla? —pregunto frío.

—s...si —dije no muy segura.

Leonardo se miraba avergonzado pero quería ocultarlo con su semblante frío pero yo conocía esa parte de el muy bien.

—¿quieres comer algo? —pregunto suspirando.

—no tengo hambre —dije en susurro.

—tienes que comer y punto —dijo levantándose de su asiento, acarició mi Mejía mientras me dio un corto beso en los labios.

—te amo Natale —dijo con una mirada arrepentida y triste.

—te amo Leonardo y siempre lo haré —dije segura con una sonrisa.

Leonardo soltó un suspiro de alivio, como si mis palabras fueran una clase de salvación para el.

—vendré en unos minutos —dijo besando mis nudillos.

Yo asentí con una débil sonrisa y se marchó segundos después.

—¿estas bien? —me pregunto mi hermano en tono preocupado.

—la verdad no lose —dije sincera.

—calmate todo estará bien —dijo sonriendome.

Yo asentí con ojos culpables, culpa era todo lo que podía sentir.

—¿familia de Elio Astori? —pregunto el doctor entrando a la habitación.

Nina, Matt y yo nos levantamos de golpe al escuchar su nombre.

—nosotros —dije en tono triste.

El doctor nos dedico una sonrisa cortes pero no me consolaba en lo absoluto.

—Elio esta bien, terminamos la operación y el esta fuera de peligro —dijo el doctor con una sonrisa satisfecha.

Yo suspire al igual que los chicos al escuchar aquellas palabras..

—muchas gracias —dije aliviada.

—no es nada, lo podrán visitar en 2 horas —dijo serio y sin decir mas se fue.

Nina, Matt y yo nos abrazamos aliviados de que Elio estaba bien, ya no había peligro, preocupaciones esto quizás sería un nuevo comienzo para uno vida mejor.

Una vida sin problemas.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Extinción de mates