Extinción de mates romance Capítulo 40

—¡esta bien! —le dije a Leonardo aliviada y con una sonrisa.

—ves te lo dije. —dijo con una sonrisa tierna.

Me tomo de la mano y me hizo sentarme a comer mientras que Nina con Matt visitaban a Elio.

—Natale te amo. —dijo de repente con una mirada culpable.

—lamento haber asesinado a tu familia, si pudiera retroceder el tiempo... Yo. —hice un gesto con la mano para que ya no continuará hablando.

Era un tema duro para mi, pero se que Leonardo es diferente ahora y ya no haría algo así nunca más.

—te perdono Leonardo, esta bien si, yo también te amo demasiado. —dije segura, Leonardo suspiro aliviado para después darme un corto beso en los labios.

Seguí comiendo mi sándwich con jugo hasta acabar, cuando de repente un mareo me invadió completamente.

—ahorita vuelvo. —murmure apenas, salí corriendo a los baños para expulsar todo lo que mi estomago no quería, arcadas sacudían mi cuerpo hasta que finalmente termine.

—¿Natale estas bien? —pregunto Leonardo preocupado.

¯si claro, estoy perfecta. —dije con una sonrisa tratando de sonar convincente.

Leonardo asintió no muy convencido, llevandonme nuevamente a la sala de espera.

—ahí viene tu hermano, si quieres ve tu primero, te daré un momento a solas. —dijo Leonardo mirándome con su radiante sonrisa.

—pero recuerda que soy muy celoso. —susurro en mi oído en forma de advertencia.

Yo puse los ojos en blanco mientras asentia levemente, camine en dirección a la habitación de Elio cuando me encontré con Nina y mi hermano.

—Elio esta preguntando por ti. —me dijo mi hermano más alegre.

—si bueno voy para allá. —dije sonriente.

—nosotros iremos a comer, nos vemos después. —me dijo Nina dándome un abrazo.

—claro, vayan. —dije segura.

Ellos asistieron y se fueron, fuera de mi área de visión.

Toque la puerta donde Elio se encontraba, sonreía sin poder enviarlo. Quería ver como se encontraba.

—adelante. —murmuró.

Abrí la puerta y ahí estaba el mirándome con su tierna sonrisa.

—¡Elio! —grite emocionada acercándome a el para abrazarlo.

—hola.—dijo el con una sonrisa.

Lo abrace con cuidado, para después darle un beso en la mejilla.

—¿como estas? —pregunte ansiosa.

—estoy bien, ya sabes que sanamos rápido. —dijo encogiendose de hombros.

—si lose. —murmure sonriente.

Elio me miraba de manera diferente a como lo hacía todos los días.

—¿tengo algo? —dije mirando mi blusa de color azul, pero no tenia nada.

—no nada es solo que... —se detuvo mirándome triste.

—¿que pasa? —pregunte confundida.

Elio negó con la cabeza mientras suspiraba con pesadez.

—te quiero. —dice finalmente.

—tu sabes que también te quiero. —dije con una sonrisa.

Elio convirtió sus manos en puños y después cerro los ojos con fuerza.

—pero no como amiga Natale, ¡Te amo maldición! Siempre estuve enamorado de ti, se que somos incapaces de sentir amor, pero lo siento Natale yo siento amor por ti, cada vez que te veo quiero abrazarte y darte un beso en los labios... Decirte que eres la chica más hermosa del mundo, quiero yo ser el hombre que te haga feliz por el resto de tu vida, yo daría todo por ti ¡por tu amor! —dijo mirándome suplicante.

Mi boca era una perfecta O, mi mundo se había detenido, mi corazón se había congelado dejándome helada.

Y con sin fin de pensamientos.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Extinción de mates