Extinción de mates romance Capítulo 7

—bien, al fin solas ¡escupe la sopa! —dice Nina en tono divertido, yo pongo los ojos en blanco y río sin poder evitarlo.

—no lo se Nina, el es tan... Frío y calculador no quiero estar con alguien que me diga que hacer cada segundo de mi vida —me gusta mi vida la que tenía antes, bueno no era la vida perfecta pero me gustaba , pero ahora tengo que soportar a Leonardo.

—¡¿sabes cuantas chicas envidiarian tu lugar!? Son los últimos mates del mundo —dice alterada, eso me dejo en que pensar es cierto, somos los últimos mates,hace tanto tiempo que ya no hay mates y ahora aparece Leonardo mi suspuesto mate ¿sería verdad? Ahora todo a cambiado, ya no hay más vínculos, no más mates, no más lunas simplemente ya no hay más amor en nosotros y eso es muy frustrante, no poder amar a una persona es doloroso al menos para mi, envidio a los humanos, ellos pueden tener una vida normal, amar sin problemas.

—¿en que tanto piensas? —pregunta Nina frunciendo el ceño.

Me levanto de la cama con todo el esfuerzo del mundo y camino hacia la ventana.

—quisiera ser una humana Nina, ser normal, no tener a un posesivo mate detrás mio, quiero salir a las calles en las noches sin tener problemas con un vampiro —Nina suelta un suspiro de lamento y posa su mano en mi hombro, me mira con cariño como si viera a una niña pequeña.

—quisiera ser... —dice repitiendo mis palabras como queriendolas comprender.

—el quisiera ser no existe para ti en ese aspecto, eres una mujer lobo Natale, se que aveces puede ser difícil pero es lo que eres no puedes cambiarlo —dice como si hablará con una niña pequeña, yo suspiro resignada y abrazo a Nina, no se que hacer, ni que pensar ¡todo es tan difícil!

—Leonardo te quiere de eso estoy segura ¡casi se vuelve loco cuando perdiste la conciencia! Quería matar de nuevo al vampiro que te hirió —dice Nina entusiasmada.

—¿que? ¿enserio? —pregunto incrédula y siento felicidad por dentro al saber que le importo a Leonardo.

—¡si! Dios su cara era de película —dice divertida no puedo evitar sonreír también.

Escucho pasos por la escaleras, así que Nina y yo nos callamos pero reíamos en silencio.

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