Heredero de un multimillonario romance Capítulo 102

- Hola, Ilona. ¿Cómo estás?

- ¡Bien, bien! - Siguió arrullando suavemente y sonriendo casi hasta las orejas. - A veces es un poco aburrido, pero en general está bien.

- ¿Puede uno aburrirse con Emiratos?

- ¡Imagínate! - Hace un mohín con sus labios de manera caprichosa, lo que la hace desagradable para mí. Me recuerda a Regina. Aunque ahora todas las mujeres ricas se parecen, porque modelan sus rostros en las muñecas Barbie sin una sola arruga. Tal vez incluso se operen con los mismos cirujanos.

Damir le quitó la palma de la mano de la cintura. Sólo tocó la doncella durante un segundo, pero mi pecho seguía sintiéndose caliente. Odiaba verle tocar a otras chicas, y mucho menos besarlas.

Mi mente sabía que nunca tendríamos una relación seria, que Damir nunca sería legalmente mío, pero mi alma no lo soportaría.

- Oh, ¿quién es ese? - La rubia se dio la vuelta, mirándome fijamente.

Como si no se hubiera enterado.

- Esa es Jana, lleva a mis herederos.

- Ah, sí, ya veo... -dijo con un desdén oculto en sus ojos grises. - Ilona. Encantado de conocerte.

Le tendí la mano a cambio. Tocando ligeramente mi mano, la apartó rápidamente y continuó regañándome con una mirada arrogante.

- Y tú eres...

- Soy la esposa del señor Rinat Abramovich", dijo suavemente y levantó la nariz con orgullo. - Bienvenido a nuestra casa.

¿Qué?

¿Esposa?

¡Pero es tan joven!

¿Qué edad tiene?

¿Veinticinco, treinta?

¿Y el padre de Damir?

Tres veces eso...

Es lo suficientemente viejo como para ser su abuelo.

De todos modos, ¿qué diferencia hay? No se casó con Uvarov como su amante, sino por su dinero. ¡Estoy seguro de que lo hizo!

- Gracias.

Me comporté de forma tranquila y modesta. El padre de Damir me observó atentamente, examinándome con especial interés. Le vi relajarse un poco, abriendo las piernas en el banco. Le trajeron agua y pastillas.

- Janotchka, ven aquí", ordenó de repente, dando una palmada a su lado. - Siéntate.

Me senté cautelosamente en el borde del banco, manteniendo una pequeña distancia, como si temiera ser mordido. Era tal y como había dicho Damir. El anciano Uvarov inspiraba temor y una poderosa influencia a nivel energético. Había un hedor tan tangible de peligro en él. Los pelos de mi piel se erizaron.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Heredero de un multimillonario