Heredero de un multimillonario romance Capítulo 105

¿Perdón?

¡Vaya, era como la primera vez que oía al gran Damir Uvarov pedir perdón!

Siguió persiguiendo mis labios con su boca descarada de una manera que me hizo sentir instantáneamente caliente y buena más allá de lo imaginable.

Tenía tantas ganas de que fuera más allá, de que pasara su mano por debajo de mi falda y jugara con el duro nudo de nervios que, a causa de los besos, se había puesto dolorosamente tenso, pero Damir se apartó de repente porque llamaron a la puerta.

- Mierda...

Yo también suspiré con frustración.

- Y esperaba que tuviéramos tiempo para una corrida rápida.

Fijando el bulto en sus pantalones, se apresuró hacia la puerta. Empujó el pomo, dejando entrar al hombre.

- ¡Soy yo!

Ilona...

- Rinat pregunta por ti, Damir.

- Lo recuerdo.

- Ve, ayudaré a Yanochka a instalarse. Rinat me ordenó que la ayudara a empolvar su nariz para la cena.

- ¡Jana, ya me has oído! Me tengo que ir. Diviértanse, chicas.

- ¡Maravilloso! - Oí la estridente risa de Ilona.

Oí cerrarse la puerta, me arreglé el vestido y salí por la esquina. No tenía ganas de ir a ningún club de hermandad... especialmente con ella. Ilona se quedó allí, fingiendo ser una estatua orgullosa, dibujando una sonrisa en sus labios botox.

- Entonces, ¿qué tienes? ¿Qué tipo de cosas llevas?

Llamaron de nuevo a la puerta y los criados llevaron las maletas a la habitación.

- Bien, justo a tiempo, echemos un vistazo.

Ilona se sentó frente a uno de ellos, abrió la cremallera y escudriñó su contenido. Me llamó la atención este tipo de independencia.

Decidió que era su casa, tenía derecho a hacer lo que quisiera. Y no hace falta pedirle permiso a un plebeyo. ¡Eso debe ser lo que piensa la señora!

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Heredero de un multimillonario