Casi me caigo del asiento y me apresuro a acercarme a él, sacudiéndolo por los hombros.
- ¿Qué, qué has dicho? ¡Dilo otra vez!
No dice una palabra.
Mueve sus largas pestañas.
- ¡Vamos, Denis! ¡Dilo otra vez! ¡Dilo otra vez!
Y vuelve a guardar silencio.
Lo dejé ir, suspirando.
- No he oído eso, ¿verdad? ¡Ha dicho "papá"!
Vuelvo la cabeza hacia Damir.
- Sí. Dijo algo. No le he oído", frunció el ceño.
- "¡Es una locura! ¡Esa es su primera palabra! En cuatro años, ¿te imaginas? Todo gracias a ti...
Estoy abrumado por la emoción. Me lanzo hacia adelante y me arrojo sobre Damir, abrazándolo con fuerza.
- Gracias. Gracias.
Las lágrimas corren por mis mejillas y él me da unas palmaditas en la espalda.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Heredero de un multimillonario