Estoy obligada por contrato a entregar a los gemelos a su padre legal... Intento no pensar en estos pensamientos y hacer todo lo posible para que el embarazo sea feliz: es decir, no estar nerviosa y tener más emociones positivas.
Obtengo toda la información de los manuales, de internet, de las consultas a los médicos. Pero me gustaría tener una experiencia diferente. Me gustaría compartir mis preocupaciones con mi hermana o mi madre.
No tengo una persona cercana que me apoye, que me ilumine en todo esto... Los médicos son médicos, pero me gustaría tener un apoyo sincero de mi familiar.
- Disculpa, Marat, ¿hay algún lugar donde podamos pasar? ¿Sólo cinco minutos?
El conductor frunció el ceño. Unos ojos duros y oscuros me miraron con recelo desde el espejo retrovisor.
- ¿Adónde? Tengo instrucciones claras de Damir Rinatovich, que no tengo derecho a violar.
- ¡Y no me bajaré del coche! Voy a echar un vistazo. Quiero visitar a mis padres...
- No había órdenes al respecto. Damir Rinatovich me ha prohibido terminantemente organizar cualquier reunión sin su aprobación, especialmente con mis padres.
- Sólo tuve un vistazo...", repetí suplicante.
¿Por qué lo necesito?
Pero mi corazón no se detiene.
Duele...
- Tal vez deberíamos volver, ¿eh? - Marat conduce suavemente por las carreteras rotas, golpeando la basura. Y claramente nervioso, a juzgar por sus nudillos blanqueados sobre el volante, que agarra con fuerza.
Miro por la ventana frenéticamente, buscando caras conocidas... Mientras el coche pasa por delante de mi propia puerta, ¡mi corazón late con fuerza en el pecho! Los veo... mis padres.
Pero...
Una gran decepción me invade.
Marat tenía razón. Ojalá no hubieran venido.
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