—Gobernador Zha...
¿El gobernador también había ido? No sólo él, sino que lo seguían todos los ministros de Donghai. ¿Qué estaba sucediendo? Wu Ping no se atrevió a decir nada más. Ni siquiera tenía el derecho de saludar al gobernador Zhang.
—Lo siento, pero nuestra compañía está cerrada temporalmente.
El gobernador se había apurado y estaba a punto de subir cuando la recepcionista de la entrada le bloqueó el camino y le dijo eso con cortesía.
-¿Qué? -El gobernador sentía que iba a vomitar sangre pero no pudo, así que tragó saliva y dijo:- ¿Cerrada temporalmente?
-Así es.
Lin Yuzhen salió del elevador con su bolso en mano.
-Nuestro papeleo estaba incompleto y se nos ordenó que suspendiéramos operaciones, así que debemos obedecer la ley. —Miró a Wu Ping junto a ella y explicó con tranquilidad—: Este buen hombre nos acaba de informar.
Más de diez pares de ojos se volvieron para mirar a Wu Ping y a sus hombres, y él sintió que se le helaba el pecho.
—¿De qué departamento es usted? —preguntó enojado el gobernador Zhang.
-So... soy del Ministerio de Salud, señor gobernador.
—¡Ministro Li! —El gobernador no dejó que Wu Ping continuara hablando. Sólo se volteó y le gritó al ministro Li con una expresión de seriedad-. ¿Es uno de los suyos?
Un hombre de mediana edad ligeramente regordete se puso pálido mientras se apresuraba a ir al frente. Los ministros habían acompañado al gobernador a una ceremonia de corte de listón y en mitad del evento el gobernador se fue apurado, diciendo que había ocurrido algo importante, así que también se pudieron nerviosos. ¿Cuándo habían visto así al gobernador Zhang? Estaba
aterrorizado.
-¿De qué departamento es? -El ministro L¡ habló en voz alta-. ¡Es muy atrevido! ¿Qué está haciendo aquí?
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