La expresión de Lin Feng se volvió nerviosa y ya no parecía engreído. Antes de que pudiera escuchar que Lin Yuzhen y Jiang Ning estaban en problemas, él se había metido en problemas. Miró a Lin Qiang como rogándole con los ojos. Si las autoridades llevaban a cabo la investigación, estaría acabado. Lin Qiang comenzó a pensar con todas su fuerzas.
-De acuerdo, cooperaremos. Es lo único que deberíamos hacer.
Hizo que su personal llevara a los oficiales al departamento de finanzas, luego sacó su teléfono para dar instrucciones.
En ese mismo momento, Jiang Ning estaba sentado con aire de inocencia en la oficina de Lin Yuzhen.
-De verdad no tengo nada que ver en eso. -Levantó las manos-. Estuve sentado en la oficina del guardia de seguridad todo el día y ni siquiera sé lo que pasó.
-No te creo -resopló Lin Yuzhen-. Sé que hiciste algo.
Jiang Ning negó con la cabeza y se rehusó a admitirlo. Lin Wen llegó de prisa después de enterarse y estaba preocupado.
—¿Por qué vinieron?
Obviamente estaba muy sorprendido. Todas las personas de Donghai que podían mover multitudes con decir una palabra habían estado en el edificio del Grupo Lin.
-¿Quiénes eran? -preguntó Lin Yuzhen.
Lin Wen estaba un poco aturdido y sacudió la cabeza con impotencia. Su hija era muy ingenua e inocente, pero ¿qué no leía las noticias ni veía la televisión? Miró a Jiang Ning y este se rio.
—Los conocí por casualidad en el evento de caridad del día de hoy —explicó Lin Wen—. Mientras estemos bien. Escuché que están investigando a Lin Qiang.
-¿Qué? -Lin Yuzhen estaba sorprendida. Al principio pensó que Lin Qiang estaba detrás de todo. Pero a ellos también los estaban investigando-. ¡Se lo merecen! -bufó. No le quedaba ni una pizca de simpatía para Lin Qiang y su hijo.
Además, ella sabía que ellos no podrían aguantar una investigación. Tenían problemas por todos lados.
-Sólo que no les pasó nada. -Lin Wen sacudió la cabeza—. ¿Cómo puede ser posible?
Lin Wen asintió y respiró hondo.
-Lo sé.
El ataque llegó rápido y se fue de la misma manera. Se resolvió con facilidad sin causar ninguna interrupción. Por supuesto, Lin Yuzhen no creía que el gobernador Zhang hubiera ido por coincidencia a ver la oficina. Lin Wen tampoco lo creía.
-Por cierto, el doctor llegará pronto a Donghai. Así que descansa unos días y prepárate, papá -dijo Jiang Ning de repente—. Déjale los asuntos de la compañía a Lin Yuzhen, ella puede con ellos.
Luego le guiñó un ojo a Lin Yuzhen. Eso fue lo que Lin Yuzhen dijo esa mañana. Claro que Lin Yuzhen sabía que si algo le pasaba a la compañía, Jiang Ning sería el primero en salir y arreglarlo. Ella resopló y levantó sus puñitos para advertirle que no la provocara. Sin embargo, Lin Yuzhen no podía evitar sentirse emocionada al saber que el doctor vendría y que podría curar las piernas de Lin Wen.
-Claro. Haré caso a lo que tú digas -asintió Lin Wen con seriedad.
Después de que Lin Wen se fue, Jiang sintió de repente que una mano lo tomaba por la cintura...
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Héroe Retrasado