Lin Qiang llegó a la casa de los Jin en un abrir y cerrar de ojos. Jin Yang por fin respiró aliviado cuando escuchó que el famoso doctor había llegado.
-¿Por qué un doctor de tal renombre iría a la pequeña Donghai en vez de a Shengcheng? ¡Psk!
Sería mucho más conveniente si fuera a Shengcheng.
-Señor Lin, ¿seguro que no hay problema? -Jin Yang sólo tenía un hijo y no podía dejar que se quedara lisiado.
-No se preocupe, amo Jin, ya he arreglado todo -dijo Lin Qiang mientras se daba palmadas en el pecho-. Le prometo que todo estará bien cuando el joven amo Jin vuelva a casa.
No le molestaba tener que gastar un poco más. Si podía conseguir que los Jin le debieran una, incluso gastar unos cuantos millones de dólares sería una ganancia para él.
-Jin Long, ve con él. -Jin Yang seguía preocupado-.
Todavía tengo asuntos que atender aquí y no puedo ir. Ve y ayuda a cuidar de Jin Ran.
—Claro.
Jin Long apenas mantuvo un asomo de frialdad en su expresión. Ninguno perdió más tiempo. Jin Long siguió a Lin Qiang para llevar a Jin Ran a Donghai y prepararlo para la cirugía.
En Donghai.
Lin Wen estaba muy nervioso. Sus piernas habían sido inservibles por tantos años y no tenía mucha confianza en sí mismo.
-Jiang Ning, ¿de verdad es posible? -preguntó con nerviosismo—. Escuché que el doctor cobra extremadamente caro, nosotros...
En el Primer Hospital de Donghai, el estacionamiento estaba lleno. Una docena de guardias de seguridad sudaban profusamente mientras dirigían el tráfico hacia adentro y hacia afuera. La mayoría de los autos intentaban entrar y muy pocos salían. Todos estaba ahí por el famoso doctor.
El doctor John era un cirujano mundialmente famoso. A donde fuera, le esperaba la más cálida bienvenida. Muchos hospitales de primera clase alrededor del país estaban celosos de que hubiera ido a Donghai. Todos los cirujanos ortopédicos del hospital se habían reunido en el auditorio. Nadie quería perderse una conferencia de John aunque fueran profesores en escuelas de medicina.
El director del hospital también estaba sentado. En su rostro había orgullo y regocijo. Esta clase de experto era alguien a quien nunca podrían invitar aunque lo intentaran. Pero, de hecho, el doctor John había tomado la iniciativa de contactarlos y dijo que quería dar un tour por el Primer Hospital de Donghai y estaba dispuesto a operar a un paciente con propósitos educativos.
—Muchos miembros de las juntas directivas de los principales hospitales de Shengcheng me han llamado para preguntarme cómo logré que viniera el doctor John. -El director le presumía en voz baja a alguien-. ¿Pero cómo podría decirle un secreto de negocio como ese? Debemos atenderlo muy bien. Que el doctor John venga y enseñe en nuestro hospital es nuestro privilegio.
-Sí, sí, ya he hecho los arreglos. Además, ya que tenemos que escoger a alguien para que sea tratado, esa persona...
Al subdirector le brillaron los ojos. Era una oportunidad de negocio.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Héroe Retrasado