La noche en la ciudad no era menos agitada que el día, pero los faroles al final de la calle siempre daban tranquilidad. En las oficinas centrales del Grupo Lin, Lin Yuzhen todavía estaba trabajando, los documentos en su escritorio formaban una pila muy alta y estaban a punto de sepultarla. La empresa apenas había iniciado y Lin Wen estaba recuperándose así que todo recaía en Lin Yuzhen, no importaba si eran asuntos importantes o pequeños.
—¡Hermano Ning!
—El hermano Ning está aquí.
En la oficina había unos pocos empleados trabajando horas extras que vieron a Jiang Ning entrar y comenzaron a saludarlo en voz baja. Todos sabían que Jiang Ning se había integrado a la familia, pero nadie se atrevía a despreciarlo, eso era porque todos habían visto a su antiguo jefe, Huang Yuming, llamarlo «gran jefe» con respeto además eran testigos de cómo Jiang Ning había abofeteado a Lin Feng y a Jin Ran y los había echado de la empresa. Jiang Ning era un hombre competente y consentía a Lin Yuzhen, muchos hombres lo envidiaban mientras que las mujeres se sentían celosas.
—¿Trabajando horas extra? Deben estar hambrientos. — Jiang Ning sonrió y volteó a ver a la secretaria-. Llama al restaurante Golden Jade y diles que traigan algunos bocadillos para ustedes, diles que yo lo dije.
—Entendido hermano Ning.
La secretaria estaba muy emocionada, el restaurant Golden Jade pertenecía a su antiguo jefe, y por supuesto, Jiang Ning era el nuevo jefe ahora. Por lo regular no podrían soportar comer algo tan costoso, pero Jiang Ning los estaba consintiendo hoy, se sintieron aún más enérgicos para trabajar duro. Jiang Ning asintió con la cabeza y entró a la oficina de Lin Yuzhen.
-El hermano Jing es tan guapo, amable, carismático y de verdad sabe cómo consentir a su esposa. Tengo tanta envidia de la directora Lin.
-¿Viste las flores en sus manos? Si me las diera a mí, tendría hijos con él en ese mismo momento.
-Deja de soñar, el hermano Ning ya tiene a la directora Lin, ¿por qué te prestaría atención a ti? Ordena rápido, yo quiero ese pudín dorado.
Mientras tanto en la oficina, Lin Yuzhen escuchó a alguien entrar, pero no levantó la mirada.
Lin Yuzhen sintió que su corazón latía más rápido, con razón no lo había visto en toda la tarde. ¿Fue a Linhai solo a comprar lores para ella? ¿Podía consentirla aún más?
-Jiang Ning, ¿fuiste exclusivamente a comprarlas para mí?
-¿Acaso existe alguien más en este mundo para quien valga la pena comprar flores? —Jiang Ning colocó las flores en sus manos—. ¿Te gustan?
Lin Yuzhen asintió con la cabeza, tomó el ramo en brazos y apretó los labios. Su rostro se ruborizó y estaba tímida.
Podía sentir lo maravilloso que era Jiang Ning con ella, pero esta era la primera vez que le daba flores. Se quedó callada por mucho tiempo, solo miró las flores sin atreverse a mirar a Jiang Ning, no sabía que debía decir. ¿Tenía que agradecerle o recompensarlo?
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