-No te preocupes. -Zhou Hua la consoló mientras veía fijamente a Jiang Ning con una mirada asesina.
También sabía que como Jiang Ning sabía dónde escondía a su mujer y podía incluso colocar silenciosamente una bala en la ventana del dormitorio definitivamente venía totalmente preparado hoy.
-¿Qué es lo que quieres? -Zhou Hua preguntó con desprecio.
-Dije que estaba aquí para hablar de negocios. El contrato está en el suelo, recógelo tú mismo y después de que lo firmes me iré. -Jiang Ning miró el reloj—. No tengo mucho tiempo, así que tienes tres minutos para firmarlo. Tú también tienes tres minutos.
Zhou Hua respiró hondo, sabía lo que Jiang Ning quería decir; si no lo firmaba, entonces su mujer su hijo definitivamente morirían. Tres minutos. Sólo tres.
—Eres realmente despiadado.
Jiang Ning lo ignoró y sonrió con sutileza.
—Quedan dos minutos. —Jiang Ning se levantó y dijo—. La señal aquí no es muy buena y las llamadas telefónicas no se pueden enlazar. Tal vez tenga que salir a la calle para tener tono.
Zhou Hua apretó los dientes, quería matar a Jiang Ning en ese mismo instante, pero no se atrevió y ya no tenía la oportunidad de hacerlo en ese momento. Dos minutos, menos de dos minutos, no se atrevió a dudar más, tomó el contrato, firmó la última página y estampó su huella dactilar sin siquiera mirar el contenido y lo arrojó sobre el escritorio.
—¿Satisfecho?
Huang Yuming se acercó e inspeccionó el contrato, después de asegurarse que todo estaba bien, asintió con la cabeza.
-Bastante satisfecho -contestó Jiang Ning, se dio la media vuelta y se fue sin perder tiempo en absoluto.
Huang Yuming, el hermano Gou y el resto salieron tras él. Zhou Hua miró a Jiang Ning marcharse, tenía tantas ganas de matarlo. Le había hecho una gran ofensa y estaba determinado a terminar con este conflicto lo antes posible. Si no podía matar a Jiang Ning entonces Zhou Hua podía olvidarse de permanecer en el círculo.
-Zhou Hua...
-No tengas miedo, todo está bien.
La mujer estaba todavía nerviosa.
-No es sangre.
Huang Yuming pasó saliva al oírlo. Tan solo esa afirmación era suficiente para darle un susto de muerte, se preguntaba si el gran jefe siquiera se ponía a pensar si sus subordinados podían manejar ese tipo de estrés mental.
—Zhou Hua podría entrar a Donghai asesinando a diestra y siniestra, ¿debemos prepararnos para eso? —Huang Yuming no se atrevió a preguntar más acerca del norte, tenía miedo de no poder dormir por la noche.
-¿Quieres quedarte para esperar a que vaya a Donghai?
Jiang Ning le lanzó una mirada y la cara de Huang Yuming inmediatamente se enrojeció al entender lo que le quería decir.
-Entonces haré que Gou te lleve de vuelta.
—Gran Jefe, quiero quedarme. —El hermano Gou rápidamente interrumpió.
Nunca quería perderse este tipo de cosas, cada batalla hacía que le corriera la sangre y podía sentirse que mejoraba. El camino hacia la perfección era a través de las batallas, y Jiang Ning había encontrado ese camino para ellos. Cuanto más luchaban, más se daban cuenta de que no eran lo suficientemente fuertes y cuanto más se sentían así, más querían luchar.
—Conduciré yo mismo de vuelta y recogeré algo para Yuzhen. —A Jiang Ning no parecía importarle nada Zhou Hua—. Escuché que las rosas en Linhai son famosas, a Yuzhen definitivamente le gustarán.
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