Lin Wen se refería a Lin Xiao. Después de que Lin Qiang había malbaratado los activos de la familia a Zhou Hua, también había vendido el búngalo en el que Lin Xiao vivía y lo echó a un hogar de ancianos. Le había quedado un poco de dinero y ya no le importaba.
Lin Wen sólo podía imaginar la desesperación que sentiría un hombre mayor que había tenido un ataque y pasaba sus días en una residencia para ancianos. Tenía los ojos enrojecidos.
—Hizo muchas cosas malas y lo he culpado antes. Incluso llegué a odiarlo.
De no ser por Lin Xiao, Su Mei no habría sufrido tanto. Lin Yuzhen quizás habría podido seguir haciendo lo que le gustaba y seguir estudiando. Sin embargo, Lin Xiao era su padre a fin de cuentas. Se sentía terrible de ver a Lin Xiao esperando para morir solo.
-Sé que ha hecho muchas cosas terribles y las hizo sentir miserables. Yo también estoy enojado por eso. -Lin Wen
miró a Su Mei y a Lin Yuzhen-, Pero sigue siendo mi padre y no puedo soportar solamente verlo...
Su Mei no dijo nada. Tampoco movió sus palillos. Miró a Lin Wen y era difícil distinguir que sentía al ver su expresión. Si uno quería hablar sobre estar enojado, Su Mei podía enojarse. Podía enojarse mucho. Después de llegar a la familia Lin, había sufrido tanto y la habían despreciado y la habían hecho a un lado tantas veces. Nunca hablaba sobre eso pero Lin Wen lo sabía. Por fin su hogar se había vuelto mejor. Entonces, si traían a ese viejo de nuevo, ¿eso sería el inicio de otra guerra?
-Querida —comenzó a decir Lin Wen. Podía darse cuenta de que ella no estaba muy contenta con eso-. Sólo estoy sugiriéndolo y quiero hablarlo con todos ustedes. Si no quieren, está bien. Después de todo, él fue quien los decepcionó. —Respiró hondo y se exprimió una sonrisa—. Los que obran mal deben recibir su castigo.
Lin Yuzhen tampoco dijo nada. Sabía que quien más había sufrido era Su Mei. Si Su Mei no decía nada, ella no tenía derecho de hablar.
Jiang Ning no había pasado mucho tiempo en la familia y no estaba seguro de qué había ocurrido antes, así que tampoco iba a decir nada. Sin embargo, sabía que Lin Wen era un hijo fiel, antes y ahora. Para empezar, era un hombre bondadoso y eso era algo que no podía cambiar. De hecho, esa fue la razón de que Su Mei se enamorara de él y también de que se quedara a su lado a pesar de todo.
Toda la familia estaba llena de bondad. Lin Wen y Su Mei eran tan buenos y habían criado a Lin Yuzhen con mucha más bondad. Una familia de buen corazón.
-Querida, no te enojes, ¿sí? Lin Wen comenzó a ponerse nervioso al ver que Su Mei no decía nada.
Le echó unas miradas a Lin Yuzhen y a Jiang Ning para que le ayudaran a persuadirla. No para que aceptara, sino para que no se enojara.
—No estoy enojada. —Su Mei le volteó los ojos a Lin Wen antes de que Lin Yuzhen pudiera intervenir-. Sólo me pregunto dónde dormirá, ya que nuestra casa es tan pequeña. No puedes dejar que un hombre mayor que tuvo un ataque duerma en el sillón, ¿verdad?
En el hospital, Su Mei había estado con Lin Wen todos los días y sabía que no había dormido bien desde que se enteró de lo que le pasó a Lin Xiao. Como su esposa, claro que sabía lo que estaba pensando.
-¿Qué estás haciendo? Los niños están aquí.
Se volteó y vio que Jiang Ning y Lin Yuzhen se cubrían los ojos al mismo tiempo.
—¡No vimos nada!
Era ya tarde y Jiang Ning no dejaba de dar vueltas en el suelo. Estaba intentando que sus acciones le dijeran a Lin Yuzhen que el piso estaba un poco frío y esperaba que ella lo dejara dormir en la cama. Sin embargo, Lin Yuzhen no dijo nada.
—¿Jiang Ning?
"¿Sí?
Cuando escuchó la voz de Lin Yuzhen, Jiang Ning estaba listo para levantarse y doblar su cobija.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Héroe Retrasado