-Jefe Xu, no tiene mucha resistencia, ¿eh? ¿Terminó tan rápido?
-Tú...
-Vamos ¿seguro no abandonarás a tus propios hermanos?
Los dos sujetos no le dieron a Xu Feng oportunidad de hablar. Lo tomaron de un lado cada uno y se lo llevaron. Cubrieron la cabeza de Xu Feng con una bolsa negra y no tenía idea de a dónde lo llevaban.
Estaba entrando en pánico de verdad.
-Ah...
La bolsa negra sobre su cabeza fue removida de manera repentina y la luz cegadora hizo que Xu Feng gritara. Abrió los ojos y se acostumbró a la luz. Entonces se dio cuenta de que todos sus hombres estaban arrodillados en el suelo mirando hacia abajo y estaban completamente en
silencio.
-¿Jefe Xu?
Jiang Ning estaba sentado en frente mirando a Xu Feng.
-Es la primera vez que nos vemos, así que déjeme presentarme. Mi nombre es Jiang Ning. Donghai es mío.
Xu Feng no pudo evitar tragar saliva cuando escuchó la segunda oración. Si Donghai pertenecía a Jiang Ning, entonces, ¿quién era Huang Yuming? ¿Quién era este tipo de todos modos?
—Huang Yuming simplemente trabaja para mí.
Esa frase de hizo que Xu Feng entendiera de inmediato lo que estaba pasando. Su rostro se puso pálido de miedo.
-Jefe Xu, es bastante audaz y en realidad se atrevió a causar problemas en Donghai. Creo que lo he dicho antes, ¿no? Donghai es mi territorio y no permitiré que nadie cause problemas aquí. ¿No entiende? ¿O no le importa?"
-¡Deje de intentar amenazarme! -Xu Feng tomó una respiración profunda-. ¡Donghai no es suyo! ¡EH! Le digo, todos esos grandes jefes en Shengcheng tienen su ojo puesto en este lugar, ¡así que no dependerá de usted!
Zhang Cheng y el resto estaban en camino. Jiang Ning seguro perecería una vez que los grandes jefes de Shengcheng lo acorralaran. Donghai pronto se convertiría en un pedazo de carne grasosa para luchar y partir.
-Oh, ¿en serio? ¿Shengcheng tiene su ojo puesto en mí?
-Ochenta millones de dólares... - Xu Feng apretó los dientes. Todos sus activos valían alrededor de ochenta millones en total. Jiang Ning estaba tratando de dejarlo en quiebra.
—Mis reglas son así. Ahora son ochenta millones de dólares, después de un minuto se convertirán en ochenta y cinco millones, luego noventa millones. Agrego cinco millones cada minuto -Jiang Ning sacó su teléfono y miró la hora-. Han pasado treinta segundos.
Xu Feng casi vomitó sangre de la ira.
-¡Es demasiada osadía! -Xu Feng rugió.
¡PUM! El hermano Gou lo abofeteó y Xu Feng cayó al
suelo.
—¡Háblale bien al Gran Jefe!
-Tú...
-Cincuenta segundos -continuó Jiang Ning con calma.
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