Jiang Ning logró su objetivo al ir a Shengcheng, era obvio que no había ido solo a llevar a Su Yun a recorrer las universidades, esa era solo una excusa. Después de ir a ver al hombre que había controlado Tianhai por más de veinte años, Jiang Ning por fin entendió cómo lo había logrado; no solo era porque tenía a su lado a un asesino poderoso y despiadado en extremo como lo era Espada Rota, sino porque el maestro Fu era un viejo zorro astuto; era sigiloso, cruel y muy intrigante.
Los dos se habían reunido y apenas hablaron mientras tomaban el té, pero todo estaba claro para ellos; Jiang Ning sabía lo que el Maestro Fu estaba pensando, y el Maestro Fu también entendía que Jiang Ning no se enfrentaría a él por el momento. Pero el hecho de que Jiang Ning no fuera un enemigo no significaba que fuera un amigo y ya que no lo era, podía ser utilizado.
Jiang Ning entrecerró los ojos en el coche y pensó «no me extraña que esos tipos en el norte que mantienen la mirada en Tianhai no hayan entrado en los últimos veinte años». Por esta razón, había sido difícil mantener el orden en este lugar, pero ahora Jiang Ning estaba aquí.
Fei y Huang Yuming comenzaron a tomar medidas en el norte así que los efectos deberían ser evidentes muy pronto. Jiang Ning no se molestó en pensar mucho al respecto, mientras Fei estuviera a cargo, ni tenía de qué preocuparse.
—¿Cuñado? —Su Yun pensó que estaba molesto ya que no había dicho palabra alguna desde que subieron al coche, lo miró con curiosidad—. Solo estaba bromeando hace unos momentos, estudiaré muy duro y entraré a una buena universidad.
Jiang Ning la volteó a ver.
—Es tu decisión, no estas estudiando por mi bien.
Su Yun estaba un poco desconcertada pero después gimoteó y se quejó.
—¿Por qué guardas resentimiento tan fácil? Si Yuzhen bromea contigo, ¿te enfadarías tú también? —preguntó en voz baja.
—No es lo mismo —Jiang Ning respondió sin rodeos—. No me enfadaré sin importar lo que haga.
—¿Por qué? —Su Yun no pudo evitar preguntar.
—Yo no hago cosas infantiles como esas. —Jiang Ning la ignoró y cerró los ojos para descansar.
Una vez en Donghai, Jiang Ning envió a Su Yun a casa con el hermano Gou y después llamó a los otros lobos para reunirse en el curso de entrenamiento. Una gran tormenta estaba en camino, pero el hermano Gou y el resto no habían logrado alcanzar sus exigencias lo suficientemente rápido. Los treinta eran completamente diferentes de lo que eran hace unos meses, el aire alrededor de ellos se sentía diferente, sus ojos eran astutos y estaban llenos de deseos de sangre.
—Escuché que están alcanzando los seis minutos. —Jiang Ning examinó sus rostros y nadie se atrevió a lucir orgullosos de sí mismos, comparados con él todavía eran muy débiles—. Pero aún no estoy feliz. —Señaló al hermano Gou—. Pueden preguntarle a cuantos de los luchadores con más experiencia de Shengcheng puede matar.
El hermano Gou no se atrevió a decir nada, no le temía a cualquier hombre ordinario que pudiese pelear, aunque no los pudiera matar, no perdería contra ellos. Pero las exigencias de Jiang Ning no solo era que no perdieran, quería asegurarse de que ganaran.
—No crean que por que han mejorado un poco pueden estar satisfechos. —Su voz se tornó helada—. Les puedo decir que, si van a Shengcheng en este momento, ninguno de ustedes sobreviviría.
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