Esa frase fue suficiente para que el hermano Si sintiera que se le erizaba el pelo, con miedo agitó sus manos a prisa.
—No me atrevería. —Se dio la vuelta y gritó—. ¿Por qué siguen ahí de pie? La señorita Su está enfadada, Golpéenlos, golpéenlos con más fuerza.
Los aullidos se hicieron más fuertes y comenzaron a llamar la atención, Su Yun tenía miedo de tener problemas.
—Ya basta —dijo en voz baja—. Dejen de golpearlos, a ese ritmo van a morir.
—Alto.
El hermano Si apretó el puño de inmediato, vio que uno de sus hombres no se había detenido aún, así que corrió hacia él y lo pateó a un lado.
—La señorita Su dijo que pararan. ¿Acaso eres un maldito sordo?
Su Yun no tenía ni idea de lo que estaba pasando, pero esta gente parecía tenerle un miedo terrible. Ella era sólo una estudiante y ahora una docena de hombres estaban de pie frente a ella obedientes y nerviosos, como si fuesen niños en la escuela primaria que fueron sorprendidos haciendo algo malo, ni siquiera se atrevieron a respirar muy fuerte.
—Ah... —No sabía qué hacer, así que miró al Hermano Gou.
—Lárguense, Si los veo de nuevo, les garantizo que ninguno de ustedes podrá levantarse de nuevo.
—¡Sí! —El hermano Si asintió con rapidez e hizo una reverencia—. Gracias por perdonarnos señorita Su, gracias por ser tan generosa.
Con rapidez arrastró a los pandilleros y corrió por su vida. Les enseñaría una lección a esos idiotas o de lo contrario un día de esos ellos serían la razón de su muerte.
Su Yun los miró irse, todavía estaba muy confundida.
—Hermano Gou, ¿me veo muy aterradora?
El hermano Gou tenía una expresión seria mientras asentía con la cabeza.
—Me temo que ya te convertiste en una leyenda en el círculo ilegal de Shengcheng.
El hermano Gou la miró incrédulo, esa chica vaya que podía contar cuentos.
—¿Impresionante? —Jiang Ning miró al hermano Gou.
—Mmm, nunca creí tener un don en esta área. —Su Yun todavía estaba emocionada—. Cuñado, ¿crees que elegí el camino equivocado? Tal vez no debería ir a la universidad y debería unirme a una pandilla.
Jiang Ning la miró fijamente. ¿Así que esta chica sólo fingía ser tranquila y obediente? ¿Prefería unirse a una pandilla que ir a la escuela? A él no le importaba eso, pero Lin Yuzhen lo estrangularía.
—¿Unirte a una pandilla?, no lo permitiré. Te enseñaré una lección si no estudias de manera adecuada —dijo Jiang Ning con expresión seria.
Su Yun sacó la lengua y no se atrevió a bromear más, sonrió y corrió hacia el coche.
—Gran jefe, el maestro Fu es un viejo zorro astuto —el Hermano Gou habló al fin—. Había por lo menos diez hombres mirándonos desde lejos cuando acompañaba a Su Yun.
—Él no sabía cuáles eran mis intenciones, así que tenía un plan de respaldo —contestó Jiang Ning tranquilo—. Pero ahora ya lo sabe.
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