Héroe Retrasado romance Capítulo 264

Jiang Ning preguntó:

―¿Es un recordatorio?

No parecía nada preocupado. Sólo una persona en todo el mundo podía descubrir quién era en realidad. Esa gente del norte podía seguir soñando con descubrirlo.

―No necesitas que te lo recuerde ―respondió el maestro Fu―. En cuanto Linhai se vuelva un desastre, también lo hará Tianhai. Así que quiero pedirte un favor.

Este era el meollo del asunto. Esa era la verdadera razón por la que había invitado a Jiang Ning e incluso tomó la iniciativa de portarse amigable.

―¿Y por qué debería ayudarlo? ―Jiang Ning se rio.

No era de la misma clase que el maestro Fu, ni se habían conocido desde hace mucho. Si el maestro Fu tenía que pedir un favor, definitivamente no era algo sin importancia, sino un asunto de vida o muerte.

―Depende de ti si quieres ayudarme o no, pero tengo que pedirlo. ―El maestro Fu no se enojó y siguió haciendo el té en silencio―. Nunca le he rogado a alguien y esta será la primera y única vez que te lo suplique. Si puedes ayudar o si estás dispuesto a hacerlo o no, eso es tu decisión.

Jiang Ning no dijo nada. El maestro Fu se sirvió una taza de té, luego le sirvió a Jiang Ning. Tomó la taza con ambas manos y la expresión sonriente y amigable de su rostro desapareció. Ahora tenía una mirada seria y resuelta.

―Si es posible, quisiera que protejas a mi hija. ―El maestro Fu sostuvo la taza en sus manos―. Mientras siga viva y pueda tener una vida estable y tranquila, será suficiente.

Tenía los ojos un poco rojos y se le quebró la voz. Aún sostenía la taza y no se movió ni un centímetro.

―Yo, Fu Yu, te lo suplico.

Era la primera vez que usaba su nombre completo. Todos en Shengcheng lo llamaban maestro Fu, pero nadie sabía su nombre real.

El maestro Fu seguía sosteniendo la taza con los ojos ligeramente enrojecidos. Sabía que iba a morir. Ni quien apoyaba a Lu Qian ni quien lo apoyaba a él lo dejarían huir. Ahora no tenía opción. Sin embargo, había algunas cosas por las que debía luchar y algunas injusticias que debía enmendar. Aunque tuviera que morir, estaba dispuesto.

―¡Jiang Ning!

Lin Yuzhen llegó caminando y en su rostro había una expresión de alegría. Llevaba en las manos una muñeca bastante anticuada. Parecía que tenía al menos diez años de antigüedad. Sin embargo, ella no podía ocultar la felicidad en su rostro. Era el tipo de muñeca de trapo que más le gustaba cuando era niña. Siempre quiso comprar una pero su familia no tenía suficiente dinero, así que lo olvidó. Cuando había comenzado a ganar un sueldo, la muñeca ya no estaba a la venta. No esperaba que el maestro Fu supiese sobre eso y le comprara una.

―¡Mira! Esto es lo que el maestro Fu me regaló ―dijo con felicidad Lin Yuzhen―. Gracias, maestro Fu, qué considerado.

―A mi hija también le gustaban cuando era niña. Compré dos y me quedé una. Es un poco vieja, espero que no te moleste ―respondió el maestro Fu con una sonrisa después de que sus emociones volvieran a la normalidad.

―Ah, no, ¿por qué? ¡Estoy muy feliz!

Lin Yuzhen parecía un pequeño elfo alegre y no podía dejar de jugar con la muñeca. Jiang Ning no dijo nada. Sólo le echo una mirada al maestro Fu y lo maldijo por dentro. ¡Viejo zorro astuto!