Héroe Retrasado romance Capítulo 338

Yang Luolin se sobresaltó y giró la cabeza con rapidez.

—¿Quién está ahí?

—Yo.

Jiang Ning entró con Huang Yuming mientras los lobos se quedaron afuera, los ojos de Yang Luolin se entrecerraron y se aterrorizó cuando lo vio entrar.

—¿Por qué... por qué estás aquí?

Retrocedió de Inmediato y vio a su alrededor para ver si podía utilizar algo como arma, pero cuando vio a Huang Yuming y a los lobos de fuera, su expresión cambió.

—¿Qué estás tratando de hacer? Soy de la familia Yang, no te atreverías a ponerme un dedo encima.

Huang Yuming arrastró una silla y Jiang Ning se sentó en ella, lo miró y le hizo un gesto para que se acercara, pero Yang Luolin no se movió, así que Huang Yuming se acercó y lo abofeteó con tanta fuerza que cayó al suelo.

—¡Ay!

Yang Luolin chilló mientras se sujetaba la cara, Huang Yuming no dijo nada, sujetó a Yang Luolin por el cabello y lo arrastró hasta donde estaba Jiang Ning, luego le dio una patada en la parte trasera de las rodillas para que se hincara.

—Tú... te atreves a...

¡PAF! Jiang Ning no lo dejó terminar de hablar, le propinó una bofetada que le provocó que perdiera un diente.

—¿Acaso dije que puedes hablar?

Yang Luolin estaba furioso, pero no se atrevió a proferir palabra, su diente ensangrentado cayó al suelo y estaba asustado.

—Tú... no puedes matarme. —Su voz temblaba mientras sentía un gran temor—. ¡Soy de la familia Yang, así que, si me tocas, mi familia no te dejará libre!

—No puedo esperar —dijo con calma.

¡PUM!

Yang Luolin sintió como si le hubiera caído un rayo. ¿Jiang Ning acababa de decir que no podía esperar? ¿Quería que la familia Yang se encargara de él lo antes posible? En definitiva, estaba demente. Yang Luolin estaba ahora más aterrorizado que nunca y ya era demasiado tarde para lamentarse. Intentó zafarse, pero no había forma de salir de aquí. Estaba tan aterrorizado que se orinó en los pantalones y un olor asqueroso provenía del suelo. Su cuerpo se debilitó al instante y cayó al suelo, temblaba de manera violenta.

—Yo... me equivoqué, me equivoqué. Jiang Ning, perdóname por favor ¡perdóname! Saldré de Tianhai ahora mismo, ¡me iré enseguida! Golpéame o romperme las piernas si lo deseas, pero por favor... ¡por favor no me mates! ¡No me mates!

Yang Luolin continuó implorando piedad, ya no parecía aquel arrogante joven amo Yang, comenzó a reverenciar con gran ímpetu que enseguida se le llenó la frente de sangre. Sin embargo, Jiang Ning no se inmutó, se levantó y se fue.

—¡No quiero convertirme en fertilizante!

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