¿Sabían que el Grupo Lin trabajó con ustedes con pérdidas? ¿Saben cuánto dinero, recursos y mano de obra puso el Grupo Lin para expandir el mercado? No saben nada de esos datos porque sólo piensan en ustedes mismos y en su propio beneficio, y así es como terminaron traicionando al Grupo Lin. Y ahora vienen a buscarme después de traicionarnos, ¿no se avergüenzan de ustedes mismos?
Cada una de sus palabras era como un mazo que golpeaba con fuerza sus corazones, Todos los jefes se pusieron pálidos y sus expresiones se congelaron. Nunca se imaginaron que Lin Yuzhen se enfadaría tanto como para no tomarlos en cuenta.
—Ninguno de ustedes es apto para ser un empresario, me avergüenzo de todos —dijo esto con frialdad, se dio la media vuelta y se fue.
Todos se miraron entre sí, esto era lo opuesto al final que habían esperado. Aunque le suplicaron, Lin Yuzhen no los perdonó en absoluto, y a pesar de mostrarse tristes y arrepentidos, ni siquiera les dio una oportunidad.
—¡Directora Lin! ¡Directora Lin!
Empezaron a correr tras Lin Yuzhen a toda prisa, si no podían conseguir su perdón, entonces sus negocios en verdad iban a cerrar. No habría forma de que siguieran dirigiendo sus negocios en Shengcheng.
—Deténganse.
Los guardias de seguridad de la puerta extendieron sus brazos e impidieron que los jefes siguieran adelante, y les hablaron con frialdad.
—¿No entendieron lo que les dijimos antes?
Ninguno de ellos se atrevió a dar un paso adelante, sabían muy bien que estos guardias de seguridad en verdad les romperían las piernas.
—Nosotros... esperáremos aquí, esperáremos a que la directora Lin salga.
—No creo que la directora Lin quiera ver cómo se cierran nuestras empresas.
No se atrevieron a decir nada más y abandonaron el lugar en silencio. Si se quedaban allí más tiempo, esos guardias de seguridad, que respetaban tanto a Lin Yuzhen, podrían perder el control y darles una paliza.
En la oficina, Jiang Ning se sentó en el sofá con tranquilidad y comió frutas. Lin Yuzhen aún seguía en conflicto y se le notaba en el rostro, como si acabara de pasar por una vigorosa batalla mental. Se sentía muy incómoda al tomar la decisión, en especial cuando esos jefes utilizaban a sus trabajadores más humildes para amenazarla.
—¿Crees que tomé la decisión correcta? —No pudo evitar preguntarle a Jiang Ning.
Jiang Ning peló una uva y se la dio en la boca a Lin Yuzhen.
—¿Hay algún problema?
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Héroe Retrasado