―Cometieron un error, así que deben asumir las consecuencias. ¿Por qué deberías hacerlo tú en su lugar? ¿Qué pasa con sus empleados más humildes?
Lin Yuzhen seguía muy apesadumbrada por ellos. Jiang Ning suspiró:
―Querida, hay un límite de lo que una persona puede hacer, así que sólo hacemos lo que podemos. Además, tú ya diste tu mejor esfuerzo.
¿Cómo iba ella a empatizar con tantos trabajadores humildes? Sin mencionar que no todos merecían que les compadecieran. Eran diferentes asuntos y tenían que resolverse prudentemente. Lin Yuzhen asintió. De repente parecía habérsele ocurrido algo y se motivó de nuevo.
―¿Qué pasa? ¿Ya no comes uvas? Puedo pelar más para ti.
―No, ya no quiero.
Lin Yuzhen se levantó para irse, luego se volvió y besó a Jiang Ning en la mejilla.
―Gracias, queridito. Hay un límite de lo que una persona puede hacer y es difícil ayudar a mucha gente al mismo tiempo, así que me esforzaré y me haré más fuerte para ayudar a más gente.
Lin Yuzhen estaba llena de energía de nuevo y salió corriendo a trabajar. Jiang Ning se tocó la mejilla y se quedó en las nubes. Sólo había hecho un comentario casual pero hizo que Lin Yuzhen se emocionara tanto. Consideró no lavarse la cara cuando regresara a casa.
―Nah, mejor sí. ¿Y si la próxima vez me besa los labios? Obviamente no puedo ir por ahí sin lavarme los dientes.
Jiang Ning se rio mientras se echaba tranquilamente otra uva a la boca.
―Papá, Luolin ya es mayor, no tienes que preocuparte por él ―dijo con una sonrisa Yang Huang, el actual líder de la familia―. Tú fuiste quien lo crio y un día tendremos que entregarle la familia Yang, así que no te preocupes.
Yang Dong se mofó, apuntó a Yang Huang y gritó:
―¡Cómo te atreves a decir eso! Yo tuve que ayudarte a cuidar a tu propio hijo. Y no me hagas hablar de tu hija.
Yang Huang sólo sonrió. No podía discutir cuando se trataba de su hija. Sólo los tenía a ellos. Su hijo, Yang Luolin, había estado bajo la tutela de su padre y ya lo consideraban el heredero de la familia. Su hija, por otro lado, era totalmente incontrolable. Él sabía que ella era mucho más excepcional que su hijo y era más apta para ser la heredera, pero en la familia Yang la posición del hijo mayor era inamovible.
―Pudo haber sido una jovencita educada pero prefirió ser una loca. Prefirió ser una niña salvaje allá afuera. ¿Quién la querría así? ¿Cómo le hará la familia para arreglar su matrimonio con uno de nuestros socios? ¡AGH!
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