Héroe Retrasado romance Capítulo 356

―Hace tiempo que no voy a ver al viejo ese. Y casualmente tengo un regalo para él.

A Yang Huang no le gustaba cuando ella hablaba así. Le advirtió:

―Está bien si vienes a la casa. Pero no te pongas a decir tonterías cuando estés aquí, ¿entendiste?

¡TAC!

Yang Xiao colgó. Se bañó y se cambió de ropa como si no le importaran las heridas de su cara. Luego, se fue directo a la casa de los Yang.

La vieja mansión de la familia Yang tenía décadas de antigüedad. Cuando la primera generación se volvió exitosa, construyeron una pequeña finca que ocupaba más de tres mil metros cuadrados. Al llegar a la generación de Yang Huang, la familia avanzó mucho más, en especial porque Yang Xiao ayudó bastante a su padre.

Yang Dong estaba sentado en el salón principal de la casa. Aunque algo ansioso, estaba más enojado.

―Psk, ¿quiere darme un regalo? ―se mofó―. ¿Desde cuándo mi nieta es tan filial?

―Papá, rara vez lo es, así que ya no estés enojado ―dijo Yang Huang con una sonrisa―. Además, dijo que encontró a Luolin, entonces puedes relajarte.

Yang Dong asintió después de escuchar esas palabras. Lo que más le preocupaba era Yang Luolin. No le importaba para nada cómo se encontrara Yang Xiao ni que le llevara algo. Mientras encontraran a Yang Luolin y estuviera bien, con eso le bastaba.

¡Bip, bip!

Cuando Yang Huang escuchó el ruido afuera, supo que Yang Xiao había llegado. Estaba a punto de salir cuando Yang Dong resopló:

―¿Qué estás haciendo? ¿Tu hija tiene que venir y aparte quiere que su padre la reciba? ¿Qué tontería es esa? ¡Siéntate!

Yang Huang no se atrevía a oponerse a los deseos de su padre. Aunque él fuera oficialmente el líder de la familia Yang y era una persona importante, en realidad, Yang Dong seguía controlando todo. Todavía era él quien tenía la última palabra.

―Está bien.

Yang Huang se sentó y no se movió. Después de un rato, Yang Xiao entró con paso tranquilo. La manera en que caminaba hizo que Yang Dong quedara descontento. ¿Qué clase de muchacha caminaba así? ¡Qué atroz! Golpeó el suelo con su bastón y estaba a punto de comenzar a gritarle cuando notó que Yang Xiao tenía la cara hinchada y amoratada.

―¿Qué pasó? ―Yang Huang fue el primero en hablar. Estaba impactado por las heridas que ella tenía en el rostro y le preguntó furioso: ―¿Quién te golpeó? ¿Quién se atrevió a golpear a la mi hija? Eres hija de la familia Yang.

―Jo, jo, a algunas personas no les importa que sea hija de la familia Yang. ―Yang Xiao miró con desdén a Yang Dong y dijo―: Además, ¿qué valen las hijas de la familia Yang?

Yang Huang no dijo nada. Sabía que Yang Xiao había estado enojada por eso toda su vida. La expresión de Yang Dong se ensombreció de inmediato. Esa nieta era una vergüenza para su familia.

―Si crees que es vergonzoso ser una Yang, puedes cambiarte también el apellido. ―gritó Yang Dong con desagrado.

―Ojalá pudiera. ―Yang Xiao jaló una silla y cruzó las piernas como hombre―. Pero lo pensé detenidamente. Si lo hiciera, ¿quién heredaría este enorme negocio familiar?

―¿Quieres heredar los bienes de la familia? ―La expresión de Yang Dong cambió, luego se rio con frialdad―. ¡Sigue soñando! Una mujer como tú nunca heredará el negocio de la familia. ¡Olvídalo!

Se estaba enojando y el rostro comenzó a ponérsele rojo. Sabía que esa nieta suya no tramaba nada bueno. ¿Cómo se atrevía a codiciar el negocio de la familia? Tenía que encontrar una forma de correrla para quitarse problemas.

―¿Ah, sí? ―Yang Xiao se rio y miró a Yang Dong con malicia―. ¿Y si Yang Luolin estuviera muerto?

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