Jiang Ning se quedó allí, sin decir nada, mientras observaba a Su Mingquan.
—Liu Xiaodao, ¡maldito perro callejero! ¿Cómo puedes intentar dañarme de esa forma? —gritó con fuerza.
Repentinamente corrió hacia Liu Xiaodao, recogió un bate del suelo y lo golpeó con fuerza en la cabeza.
—¡Ay! ¡Ay! —Liu Xiaodao aulló de dolor en el acto.
Lo golpeó con el bate una y otra vez, era evidente que iba a matarlo.
—Estúpido perro callejero, ¿cómo te atreves a dañarme? Mi familia te alimentó durante tantos años y ¡así es como nos lo pagas!
Parecía que Su Mingquan había perdido la cabeza. Continuó agitando el bate como loco y estrellándolo violentamente contra Liu Xiaodao, quien solo podía rodar por el suelo mientras suplicaba piedad.
Jiang Ning no dijo nada y observó en silencio mientras la acción se desenvolvía. Todos los demás en el piso estaban terriblemente espantados al ver la escena desarrollarse. Liu Xiaodao había luchado duro en nombre de Su Mingquan durante muchos años, pero a él sólo le importaba salvar su propio pellejo, no le importaban sus años de lealtad. En su lugar, lo estaba golpeando. Además, si Su Mingquan no lo hubiese ordenado, Liu Xiaodao nunca habría ido a Donghai.
No sólo eso, sino que Liu Xiaodao intentó persuadirlo en dos ocasiones para que no se precipitase a la acción. Al final, sólo se ganó dos bofetadas en la cara, y ahora lo golpeaban con crueldad.
— ¡AYY! —Liu Xiaodao se llevó las manos a la cabeza y aulló intensamente mientras trataba de esquivar el bate. Pero Su Mingquan no se detuvo.
—¿Lo admites o no? ¿Fuiste tú? ¿Fuiste tú quien trató de meterme en problemas?
— Sí, ¡sí, fui yo! Yo lo decidí por mi propia cuenta, ¡AYY! —gritó porque no tenía más opción que admitirlo. Ni siquiera sabía cuántos huesos se había roto Su Mingquan.
En el momento en que Su Mingquan lo escuchó admitirlo, jadeó y se volteó para mirar a Jiang Ning con alegría.
—¿Lo escuchaste? ¡Fue él! Él fue a Donghai por su propia voluntad y no tiene nada que ver conmigo. —Su Mingquan señaló a Liu Xiaodao—. Si quieres matar a alguien, mátalo a él. Esto no tiene nada que ver conmigo.
—¿Qué están mirando todos? —Su Mingquan los regañó con enojo—. ¡No son más que unos inútiles! Tantos de ustedes y no pueden derribar a dos o tres hombres.
Se estremeció al pensar en lo que había pasado y seguía enojado. Se dio cuenta de que Liu Xiaodao aún no estaba muerto, por lo que se quejó.
—¿Por qué siguen sentados? ¡Llévenlo al hospital!
Su Mingquan era el único que seguía relativamente bien. Tenía la cara hinchada y había perdido varios dientes, pero al menos podía mantenerse en pie. Jiang Ning era demasiado aterrador. Los hombres que lo acompañaban eran igual de aterradores. Sus inútiles hombres no lograron matarlos. Tenía que conseguir a los luchadores que trabajaban para su familia. Ignoró a todos los hombres en el piso y regresó a la casa de Su cuando vio que Jiang Ning se había ido. Mientras tanto, algunos de los hombres cargaron a Liu Xiaodao con cuidado y se dirigieron al hospital. Vieron cómo Su Mingquan casi lo mató a golpes y sus corazones se enfriaron. Incluso si sólo eran subordinados, si sólo eran perros de la familia Su, al menos eran leales a Su Mingquan. ¿y cómo los trató? Ni siquiera le importaban sus vidas. Todos estaban furiosos, pero nadie se atrevía a decir nada. No eran capaces de ofender a la familia Su. Después de todo, era la familia Su, una de las familias más importantes en la ciudad de Shenghai. Sus antepasados se remontan unos cien años atrás y eran peces gordos. Se rumorea que el primer jefe de la familia Su también era el jefe de la legendaria Secta Qing.
La familia Su tenía un imperio comercial dentro de Shenghai y la mayor parte estaba en manos del hijo mayor, Su Mingwei. Con tan sólo treinta y cinco años aumentó los activos de la familia Su en más del doble en los últimos cinco años, y esto había causado un gran alboroto en la ciudad.
Eran muchos negocios bajo el poder de la familia Su. Empresas inmobiliarias, de entretenimiento, de logística y muchas otras. El movimiento más notable fue hace dos años, cuando la familia Su compró las principales empresas de logística en Shenghai para monopolizar la industria. Se decía que la familia Su logró hacerlo gracias al hijo de en medio, Su Mingchang. Era un personaje famoso en el círculo ilegal de Shenghai y todos lo conocían como el Segundo Maestro Su. Como el hijo menor de la familia Su, Su Mingquan era normal en comparación con sus dos hermanos mayores. No tenía nada en lo que fuera particularmente bueno y sólo sabía cómo disfrutar de la comida y las mujeres. Muy pocas artistas de la compañía de entretenimiento de su familia lograron escapar de él. Ahora también participaba en otras empresas. Hacia uso de la influencia que tenían sus hermanos para imponerse.
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