El maestro Han mantuvo sus ojos entrecerrados mientras contestaba con tranquilidad:
—Muay thai es sólo una manera bonita de pelear, pero no hará muchos daños.
Xu Rong asintió y se sintió mucho más seguro cuando vio lo confiado que estaba el maestro Han. Darle una lección a Huang Yuming era uno de sus objetivos de hoy. Su otro objetivo era pelear con sus oponentes. De otra manera no habría gastado tanto dinero en contratar a un luchador como el maestro Han.
—¿Ya llegó Huang Yuming? — Xu Rong volteó para preguntarle a este hombre.
-Aún no. Probablemente está intentando conseguir un luchador para él.
-Hum, ¿qué tipo de luchador podría encontrar? ¿Ese perro estúpido de Gou? El maestro Han podría lisiarlo con un dedo.
Xu Rong estaba lleno de desdén.
-Hay que beber nuestro té y esperar en silencio a que llegue Huang Yuming y se encuentre con su perdición.
Justo en este momento Huang Yuming había salido rumbo al salón de té y envió al hermano Gou a recoger a Jiang Ning.
-¿A dónde vas a estas horas? —Lin Yuzhen había tomado una ducha y se había vestido en su ropa de casa. La ropa le quedaba holgada pero aun así no escondía su figura ni su piel clara y suave que se asomaba de debajo de su ropa. Se sentó en el sofá y preguntó al ver salir a Jiang Ning.
—Tengo unos asuntos qué atender —Jiang Ning se acercó a Lin Yuzhen y la volteó a ver. Lin Yuzhen entró en pánico y se movió un poco hacia atrás mientras que se agarraba el pecho y su rostro se enrojeció de inmediato.
-Vuelve... vuelve temprano.
—Si quieres que te traiga algo de cenar, llámame.
Jiang Ning salió de la casa.
-¿A dónde va Jiang Ning a estas horas? -Su Mei acababa de salir de la cocina con un plato con fruta picada.
El rostro de Lin Yuzhen seguía un poco sonrojado cuando respondió con prisa:
-Fue... fue a comprar algo de cenar. Mamá, ¿qué quieres comer?
El hermano Gou esperó un rato en la puerta. Cuando vio que Jiang Ning salió de la casa le abrió la puerta del coche.
—¡Gran jefe!
Jiang Ning asintió.
—Vámonos.
El hermano Gou iba emocionado en el camino porque iba a poder ver a Jiang Ning pelear otra vez. No podía esperar, así que pisó más fuerte el acelerador.
Cuando llegaron al salón de té East Lake, Huang Yumlng los estaba esperando en el muelle.
-Cuando todos ustedes compraron mis activos a un precio tan bajo, no los vi infelices.
No se contuvo para nada. Jiang Ning estaba aquí, así que no tenía nada que temer.
Huang Yuming entró con grandes zancadas, sin miedo y con confianza, se veía bastante imponente.
Jiang Ning y el hermano Gou le siguieron de cerca. Podía ignorar al hermano Gou, pero sentía la confianza de Jiang Ning.
Se sentó y los dos que venían detrás de él también se sentaron.
—Director Huang, eres un verdadero mandamás. Muchos de nosotros aquí hemos estado esperándote -dijo sarcásticamente Xu Rong.
-No tenían que esperar. -Huang Yuming se burló-. Si creen que soy un monstruo, entonces me voy.
Pero ¿cómo alguno de ellos dejaría que Huang Yuming se fuera? Habían programado esta pelea el día de hoy para enseñarle una lección. Si no lo hacían hoy, entonces habían organizado todo esto para nada.
—Basta de tonterías.
-Director Huang, ¿dónde está su boxeador? -Wang Gao había perdido la paciencia. Había perdido sesenta millones en esta operación-. No me digas que es ese perro tuyo. Si se muere, entonces te quedas sin perro a quién mandar.
El hermano Gou sabía que Wang Gao estaba insultándolo, pero no dijo ni hizo nada. No había coraje en su cara y de hecho se veía algo contento de que todas esas personas se metieran en grandes problemas esta noche.
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