MOUNK Y ROBOS FALLIDOS
MONICA
Luego de un rato platicando, y de que la señorita se fuera, la por cierto estableció una muy buena platica con Josh el cual se veía muy feliz con su compañía mientras que yo solo hablaba poco y Berenice disfrutaba de su postre, Maxwell por fin llego del baño, en el cual se refugió por mucho tiempo, cuando por fin llego no me volvió a ver más que solo una vez en la que me sonrió, cuando ya estaba aburrida de que solo hablaban sin dar para más y pláticas sin sentido, termine el postre y decidí retirarme ya que se veía que su plática iba para largo y la verdad no me sentía cómoda.
-Bueno nosotras nos tenemos que retirar, tengo una junta muy importante en menos de una hora, es una lástima no poder quedarme más- sonreí parándome de mi asiento a lo que todos se pararon.
-Por supuesto a mi casi se me olvida que tengo aún asuntos que atender- dice Josh.
- Pues si esto era todo nos vamos- me fui despidiendo con la mano de todos, hasta que llegó el turno con Maxwell y este en vez de estrechar mi mano me jalo y abrazo acercando su cara a mi cuello, sentí su respiración.
- Lo que hiciste estuvo muy mal gatita, te portaste muy mal y eso amerita un castigo- termina de decir besando mi cuello, le di un pequeño golpe en las costillas disimuladamente para que me deje ir, me separo de él tosiendo falsamente, les sonrió, tomó la mano de la niña y me voy no sin antes darle una mala mirada a Maxwell que parecía de lo más complacido, solo me daba asco y más su comportamiento el cual deja mucho que desear.
En el camino a la empresa me la pase pensando en lo que dijo, en eso no ha cambiado, siempre ha sido un pervertido y eso era una de las cosas que más me encantaba de él, pero lo imaginaba como tiernamente pervertido y ahora solo lo logro imaginar como un pervertido acosador de jovencitas, hago una mueca imaginándolo.
-¿Qué es lo que pasa tía?- dice Berenice.
-No sucede nada, pero dime ¿te gusto la comida?- cambio de tema.
- Me encanto, para la próxima hay que venir de nuevo, me han agradado mucho esos señores y la señoritas roja, además son muy guapos pero el más guapo es el señor guapo- me rio, esta niña de grande va a hacer una enamoradiza.
- Que bueno que te agrado- digo y ella todo el camino ma pasa contando todo lo que le gusto y a veces nombra a el señor "guapo" que es el idiota de Maxwell pero el camino se me hizo corto, puede que suene triste pero con esa niña es de las únicas personas que no tengo que establecer una plática forzada o una sonrisa falsa, pero ese es el precio que debo de pagar por dedicarme a lo que me fascina.
Llegamos a mi empresa, veo por la ventana las grandes letras constructora MOUNK tal y como mi apellido o el de mi madre, pues es el que tengo o el que quiero ya que el de mi padre es como una deshonra, deje a Berenice con su abuela la cual me agradeció y me dirigí a mi oficina a sumergirme en el trabajo ya que hoy en día la demanda es muy fuerte.
Deje mi bolso y empecé a hacer mi trabajo el cual no era mucho ya que había término casi todo antes de irme, pero unas cuantas no me cuadraban del todo desde hace tiempo pero no me quería alertar hasta que viera el problema total, no daban algunas cifras, ese es mi trabajo de gestación ver estos percances, llame a el encargado de finanzas que viniera lo más rápido posible, cuando llegó lo hice pasar y me le quede viendo por un buen rato.
- Bueno señorita Mounk a que se debe que esté aquí- parecía calmado pero algunos de sus gestos eran de nerviosismo, troné mis dedos y hable.
- Esta más que claro que este problema se arreglara cuanto antes y se verá más a fondo pero eso se encargará la justicia, créame que aprenderá a no morder la mano que le da de comer señor y todos los implicados en esto también aprenderán que conmigo nadie juega y sale impune, y agradezca que a mí no me gusta ensuciarme las manos con sangre sucia si no en media hora no hubiera rastro ni de su nombre en la faz de la tierra señor- El señor se levanta de su silla y me viene a rogar de rodillas a mis piernas, lo cual hago una mueca.
- Se lo suplico perdóname, no tenía para las quimioterapias de mi amada esposa que tiene leucemia y para comer a mis hijos- dice llorando.
- Lo entiendo pero no era la forma, además está usando una falacia y conmigo no funcionan, y su auto deportivo difiere con usted- me paro de mi asiento rodeándolo, escucho que toca la policía y dejo que pasen.
-Muy buenas tardes y gracias por venir lo más rápido posible, se los agradezco- miro a la rata que está en el suelo- pues verán el inconveniente es que esta persona acaba de confesar que por meses estuvo robando a la empresa y a mis trabajadores, les pido que se lo lleven con ustedes y que les diga quienes lo ayudaron, si son tan amables, una señorita los está esperando que es la que declarara lo que ha pasado- asienten y se lo llevan forcejeando y el insultándome, cuando se fueron me senté estirándose en mi silla, pensando que como además de este hombre otras personas en el futuro van a querer dinero fácil y van a querer ganarlo a mi costa, este es un mundo muy cruel e injusto y por eso debo de pensar y ser más cautelosa que nunca para no causar este problema en un futuro.
Después de hacer todo mi trabajo me retire de la empresa para subirme a mi auto el cual como ya lo dije maneja un chofer y lo agradezco ya que ahorita tengo una jaqueca de muerte pero bueno es lo que obtengo por dedicarme a lo que me gusta.
Cuando llegue a mi casa ni cene solo me di un baño muy largo me puse mi hermosa pijama y me tiré a mi cama, ya casi me dormía cuando me llego un mensaje de un número desconocido.
-espero que tengas un buen sueño mi osita cariñosita, este es mi nuevo número- cuando lo vi me sorprendí ya que solo existe una persona sabe que es mi caricatura favorita y por ende siempre me decía así.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: incitame a pecar