BRAZALETE
Mónica
Ya ha pasado semanas desde que ando con Maxwell, ha sido muy bueno conmigo y siento que cada día más me enamoro más de él, siempre va a mi empresa a visitarme y desde hace una semana me muda con él, ya que el insistió mucho pero yo creía que era demasiado apresurado, pero ahora no es como hace tres años que cuando me mude con él se empezó a distanciar y el amor se fue apagando y talvez de eso tengo miedo, que se canse de mi pero el siempre que pienso eso es como si adivinara mi pensamiento ya que él me dice que nunca se cansaría de mí, que soy lo más importante que tiene y yo aunque suene tonto le creo.
Hoy es una Reunión de subastas para caridad en la cual van a ir varios inversionistas, socios y empresarios que tengo así que tengo que ir, estoy arreglándome ya que solo falta media hora, cuando me vestí con un vestido azul y maquille baje las escaleras donde estaba Maxwell con su celular, cuando me escucho bajar volteo y me vio de arriba abajo, sonrió con orgullo pero no con el orgullo de cuando ganas un trofeo sino con un orgullo de ser el mi novio.
-Y si mejor no vamos a esa estúpida subasta y nos quedamos, ¿a quién le importa que faltemos?- dijo acercándose a mí y besándome.
-Tenemos que ir- le di un beso en la barbilla.
-Todos te van a ver- dice poniendo sus brazos en mi cintura.
-¿Y?-
-Te van a desear tal y como yo lo hago y yo voy a querer romperles la cara- ruedo los ojos.
-Tu eres muy guapo y yo voy a querer romperles la cara a todas esas mujeres que te miren, así que estamos a mano, vamos no pongas más pretextos- el solo asintió derrotado y me tomo de la mano para dirigirnos a el carro el cual el chofer ya estaba esperando.
Cuando llegamos los paparazi se nos acercaron a tomarnos fotos.
-¿Ella es su novia señor Maxwell?-
-¿Ella es su nueva conquista?-
-¿Ya sentó cabeza?-
-¿señorita Mónica está en una relación con el magnate?- ahora se dirigen a mí y esa como mil preguntas nos hacen, pero todas referentes al tema.
-Ella es mi novia y muy pronto mi esposa y no, no es una más de mi lista, ella es mi mujer, pero por favor absténganse a llamarla la novia de maxwell ella tiene nombre propio- contesta Maxwell sosteniendo mi cintura para posterior ente besarme.
Sin más los guardaespaldas de Maxwell nos abrieron el paso para después entrar.
-Eso no estuvo tan mal como yo creía- dije.
-Solo dije la verdad- lo bese.
-lo sé- nos dirigimos con los demás.
Platicamos con los inversionistas y varios socios los cuales nos preguntaban por nuestra relación, cuando un hombre me saludaba con un beso en la mano, solo sentía como Maxwell apretaba su agarre en mi cintura y se tensaba, es un idiota celoso.
-Me alegra mucho que estén en una relación, ¿para cuándo es la boda?- pregunta un hombre a lo que yo me tenso.
-Para cuando la señorita Mónica me diga el si por supuesto- me ve a los ojos, y yo lo miro mal.
-Son una buena pareja, espero que sean muy felices- dijo una rubia que parece modelo con una sonrisa tan falsa.
-Gracias- dijo Maxwell mirándola incómodamente, a lo que yo fruncí el ceño.
Nos fueron saludando más personas, pero esa rubia no se iba y si lo hacía no dejaba de vernos a lo cual me incomoda, se me quedaba viendo a mí apretando sus manos, pero con una sonrisa malévola.
-Espérame aquí voy al baño- me dijo Maxwell al oído dándome un beso en la mejilla para luego irse.
-A sí que tú eres la "novia" de Maxwell- ay no, otra mujer rencorosa, estoy cansada de ellas, si hubiera sabido que había más de una hubiera golpeado a Maxwell desde hace tiempo por revolcarse con pura loca.
-Si esa soy yo, y ¿tú eres?- pregunte, sin dejarme intimidar por su tamaño.
-La modelo, accionista y empresaria Zara Michael- me tiende la mano orgullosa, que bueno por ella pienso.
-Yo soy Mónica Mounk, Ceo de las empresas Mounk- le estreche la mano pero ella me la apretó con demasiada fuerza para mi gusto enterrándome sus largas uñas. a lo que yo la solté.
-Tú no eres buena para Maxwell ¿lo sabes no?- estoy cansada que donde sea que voy me topo con "amigas" de el idiota de Maxwell, al parecer las embruja con su miembro mágico ya que se quedan encaprichadas, maldigo en mi mente.
-No lo sabía, y ¿tu si eres buena para el?- pregunte sin querer la respuesta la verdad.
-Pues soy más bonita y al parecer con más clase además apuesto que se aburrirá de ti como de todas las anteriores y me buscara- okey estamos bravas pensé.
-Pues cuando se aburra ojala y te llame, suerte con eso, yo sigo con mi vida- le doy una palmadita en el hombro y me dirijo a irme de su lado, pero ella me toma del brazo, clavándome sus uñas pero yo no hago mueca de dolor, solo pienso que ella que se cree, para hacer eso, nunca me había tocado una ex amante de maxwell que quiera pelea física, esto es nuevo.
-Suéltame ahora- digo entre dientes, cansada de esto.
-Cinco millones- dice la rubia pero yo sé que puede dar más, ella quiere ganarme, que pierda.
-Ocho millones- se queda callada pero le mando un beso guiñándole un ojo y ella dice.
-Diez millones-yo me callo.
-Diez millones a la una, a las dos y a las tres, vendido a la señorita del vestido morado- dicen a lo que ella sonríe orgullosa.
Así siguió las subastas pero yo no participe en ninguna porque no me interesaban, cuando nos estamos despidiendo de los socios me dieron ganas de ir por una última copa.
-Espérame aquí, ahora vengo- le susurro a Maxwell.
-Voy contigo- yo niego.
-No hace falta regreso rápido- el asiente no muy convencido.
Me dirijo a la mesa de tragos y tomo uno, me dirijo a donde esta Maxwell pero la rubia a la cual se e olvido el nombre o se acerca.
-¿Le gusta mi nuevo brazalete señorita Mónica?- yo asiento.
-Es hermoso- digo con simpleza, ella sonríe orgullosa.
-Lo sé y es todo mío, ahora ya vio quien es la que gana aquí, ¿verdad?- asiento.
-Sí, usted por supuesto pero a un precio muy alto, así que no se si eso sería ganar en realidad- ella me sonríe más arrogante.
-Así y ¿porque? -cruza sus brazos enseñando el brazalete.
-Por el simple hecho que ese brazalete- señalo su muñeca- su valor es de quinientos mil euros máximo un millón de euros pero usted lo inquirió en diez millones de euros solo por querer ganarme, debe de saber uno cuando pierde- se le borra la sonrisa.
-Por lo visto no es muy inteligente- me acerco a su oído- o tal vez no pero recuerde que yo siempre estoy un paso antes que todos, no se meta conmigo porque solo perderá- me alejo de ella y la miro con una sonrisa, ella está en shock pero luego se ve enojada.
-Hasta luego señorita, que tenga buena noche- me despido para dirigirme a Maxwell.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: incitame a pecar