V E I N T I O C H O
Sentir que algo se mueve dentro de tí es incómodo.
Es algo que está vivo y está dentro de tí, se mueve y mucho. No es lo mismo que tener un parásito aunque la comodidad de algo creciendo dentro de tí es diferente, es algo especial y crea un vínculo que va más allá del físico.
Día, noche. Se mueve diciéndome: recuerda que estoy adentro.
Arthur y Shadia siempre me llama. El aún no me ha dicho qué pasó con Aaron, se que tuvieron un enfrentamiento. Lógico, cuando me llamó hace meses atrás estaba molesto, muy molesto.
Tengo mi cuarto lleno de cosas para mi bebé.
Va ser un niño consentido.
Llegan regalos de Alemania y Canadá a cada rato.
Me he hecho miles de fotos. Mi barriga crece y crece. La doctora dice que es un embarazo sano.
Con peso ideal, con tamaño ideal.
La ropa no me queda. He mudado mucho de ropa. Los vestidos son mi nuevo uniforme diario. Me sienta mejor los vestidos.
Seis meses y ya lo quiero tener en mis brazos.
He conocido gentes increíbles. Mis compañeros, mis vecinos. Todos.
La vecina que me ha ayudado es un poco mayor. Me ha dicho que en el embarazo los cambios de humor son normales, aveces me provoca gritar o insultar a Aaron y luego lo amo... ella me dice que es una etapa.
Lloro, río, grito, me molesto, me fastidio. Todo es por culpa del embarazo.
La ingeniería y la arquitectura, son carreras que van de la mano.
La ingeniería arquitectónica me fascina.
Se dedica a la construcción de diseño a edificios y otras estructuras.
Dicho esto, sus conocimientos son aplicados con la finalidad de analizar y diseñar objetos físicos, tales como edificios, puentes, soportes de equipos, torres y murallas. Así como predice el consumo de energía de los edificios y verifica el cumplimiento de los objetivos de eficiencia energética y los esquemas de calificación. Administrando un equipo multidisciplinario de diseño y construcción.
He conocido gente talentosas, personas geniales tanto en la MIT como en Harvard, de hecho está muy cerca.
Me he conocido el lugar y es una maravilla. He paseado por Cambridge y Boston. Sus ríos me recuerdan a Toronto.
Todo me recuerda a Toronto y a quienes dejé allá.
«Mente y manos» es el lema de la universidad.
Dato importante: cómo se hincha los pies. Tener alojado un bebé es agotador.
—¿Lista? —pregunta Maricruz.
—Claro. Sólo que no me parece que haya tanta gente.
Digo viendo a las diez personas que están a mi alrededor para ver el trabajo de Maricruz.
—Son pasantes y desean ver el trabajo de sus manos...
Ella es prácticamente doctora, se ha inclinado en el área de ingeniería y están usandome como conejillo de indias para sus experimentos.
Han fabricado una máquina que muestra mi feto: mi bebito, lo han hecho con reciclajes de máquinas viejas y han usado sus piezas y heme aquí probando sus inventos.
No sólo éso, desde que empecé a estudiar aquí, han usado mi embarazo para su provecho. Y por supuesto han pagado todas mis citas médicas, han subsidiado parte de mis gastos.
Los temas del embarazo lo he conocido gracias a este equipo de biomédica.
Facultad de Ciencias de la Salud y Tecnología Whitaker
Dejo al descubierto mi gran barriga.
Me he cuidado, no tengo estrías. Mi madre me ha mandado una lista de productos para usar.
—Veamos... aquí está el galán —habla Mari.— escuchemos su corazón...
Mi sonido favorito empezó a sonar por el aparato que ella maneja. Como siempre salen mis lágrimas.
—¿Estas grabando todo? Quiero mandárselo a mi papá para que vea a su nieto.
—Como siempre... está grabándose, tienes seis meses, Raúl explícale que sucede en éste mes.
Hemos hecho este ejercicio cada vez que su equipo me revisan o simplemente los visito, me orientan que sucede con mi embarazo.
El comienzo del mes pasado, supe que la piel de mi bebé es rojiza, su aparato respiratorio y sistema nervioso central han madurado lo suficiente.
Es más activo con mayor desarrollo muscular. Por eso se siente tanto sus patadas.
—Pues de las veinticinco semanas a las veintiocho, su sistema nervioso está lo suficientemente desarrollado para controlar algunas funciones corporales.
—¿Manuel otra aportación?
—Sí, los párpados se abren y se cierran.
—¿Que te parece Nechi?
—Increíble... mi bebé puede abrir los ojos... y se mueve mucho. No me deja dormir. —me quejo.
—¿Segura que entraste en los seis? Es que tu barriga es grande.
Fulmino con la mirada a Raúl. El levanta sus manos en rendición.
—Al profesor le ha gustado el plano que has hecho, lo he escuchado, creo que lo elegirán para las prácticas. —comenta Rita, otra del grupo.
—El sabe que tengo pavor al tema de embarazados... me gusta el área de obstetricia pero no me veo como la paciente.
—Ya lo veremos...
Ahora tengo que llamar a mi papá para que me diga que cosas hay entre los Cox y la constructora.
Estaré más cerca de él de lo que pienso.
Dejamos a Rita en su casa y con Maricruz vamos al departamento, subo las escaleras en vez del ascensor, he leído que es bueno caminar en mi estado. Sólo son tres pisos.
—¿Crees que me aceptarán el crédito para abrir mi microempresa?
—Eres muy talentosa, claro que sí. Has arreglado la mayoría del equipo médico de los hospitales de la zona, y con este proyecto será una ganga. Te apoyaré y el equipo también. Además has fabricado esas máquinas, ten por seguro que serás la próxima en salir en los libros de historia como la científica que inventó un cacharro de esos —ella se ríe— es fabuloso... le superaras al que inventó la bombilla. O el ventilador... —está vez me río yo— y yo diseñaré tu pequeña grán empresa... —le guiño el ojo.
Abro la puerta de mi departamento dejándola atrás.
—Nechi... —volteo— ten, aquí está el vídeo de tu baby... —me pasa el pendrive.
—Gracias... papá estará felíz.
Camino con saltos hasta buscar mi laptop.
No he llegado muy bien y estoy buscando conectar por vía Skype con mi familia.
Ellos no le han dicho a Aaron que hablan conmigo. Si le dicen se limitan a contarles que estoy bien.
Berkeley y Beverley están felices porque tendrán un sobrinito. Se por boca de Shadia que su trato con Aaron ha cambiado, las chicas no lo tratan como antes.
—Hola familia... —saludo por la pantalla.
—Nechi... —escucho gritos y risas al fondo.
—Les enviaré el nuevo vídeo de mi príncipe.
—Ya quiero conocerlo. —grita una de las niñas.
Hablo con ellos pero no se como preguntarle a mi padre acerca de él.
Me propuse no nombrarlo. Dije: mientras menos lo nombres, menos lo recordaré y menos me pegará el no tenerlo cerca. Pero no, mientras menos lo nombró, más lo recuerdo y no sólo en mis pensamientos sino en mi corazón y deseo tenerlo cerca.
Me pregunto sí siguió con su vida, o si tiene novia o sí aún me extraña o si desea tenerme aún cerca.
Imagino que si estuviera con él en estos momentos, no querría ni tocarme, ni verme. Estoy gorda, redonda, con una enorme barriga y un humor diverso.
Y los pies... ¿qué puedo decir? el cuento de hadas de que tu príncipe viene y te masajea los pies no está en mi apreciada biblioteca de la vida real.
Sólo cambio mis pensamientos a imaginarme cómo será mi bebé, grande, rubio, ojos claros, igual a Stephen y a mí. Debo decir que el padre de mi hijo es atractivo, jamás le contaré su procedencia. Le inventare un cuento pero no dejaré que mi hijo sufra.
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