Jefe Atrevido: Amor Retardado romance Capítulo 169

Sin nada quejas sobre su ausencia por mucho tiempo, Vanesa dijo en un tono tranquilo,

—Salí porque me sentí aburrida.

Quitándole curita de sus manos, Santiago se arrodilló ante Vanesa levantando su larga falda para examinar sus pies. Apenas los tocó, Vanesa se retrocedió porque le picaba.

—No te muevas —dijo Santiago.

Santiago lo cubrió con una curita suavemente.

Vanesa levantó la cabeza y vio a Lidia que estaba no muy lejos. Bajo la luz parpadeante, Lidia estaba mirando a Santiago pero no se veía nada emoción porque el ambiente era tan oscura.

Con los ojos fijos en ella, Vanesa dijo,

—Con cuidado. Me duele.

Si fuera antes, Santiago no le habría hecho caso para tal cosa, pero Vanesa escuchó con claridad su voz bajita murmurando,

—Vale.

«No sé cuánto tiempo me buscaste pero lo seguro es que llevabas mucho tiempo charlando con Lidia. Tal vez ahora seas muy culpable por haberme abandonado durante mucho tiempo, pero lo mereces, ¿no?».

Vanesa lo miró con las miradas triunfantes.

Tras cubrir curita en un pie de Vanesa, Santiago revisó su otro pie y se lo cubrió con el otro que sostenía en bolsillo para evitar la rozadura de zapatos.

Terminado el trabajo, le puso los zapatos con suavidad.

Lidia estaba de pie allí con la mirada sorprendente, desalentada e incluso triste cuando vio que Santiago le puso los zapatos.

En este instante, Vanesa se quedó de pronto contenta sonriendo en silencio.

«La vuelvo a ganar».

se levantó Santiago después de ayudarla a ordenar la falda.

—Levántate y camina unos pasos, a ver si te hace daño el zapatos.

Agarrando su brazo, Vanesa se levantó lentamente,

—Mucho mejor, gracias.

Como lo que pensaba Vanesa, escuchando su agradecimiento, Santiago se quedó más culpable. Estaba contenta por haberle agravado aún más su culpabilidad.

Santiago no era una persona despiadada, sólo que no le ama

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Jefe Atrevido: Amor Retardado