Jefe Atrevido: Amor Retardado romance Capítulo 313

—Acabo de verle quedada con el señor Santiago, así que quiero preguntarle la relación entre usted y el señor Santiago—este de los medios rio y siguió su pregunta.

—Somos amigos. Además, hoy he venido con el señor Stefano. Es una casualidad encontrarme con Santiago. Pero, una cosa importante, no somos enemigos aunque nos hemos divorciado —ella mostró una risa y dijo.

—Es usted muy amable y generosa —ese también rio como si la creyera.

Pero en realidad, estas palabras significaban algo más.

—De hecho, no lo soy. Santiago no hizo nada malo y no tenía nada que disculpar. Creo que te has equivocado —Vanesa mantenía la risa.

En este momento, Santiago, Stefano y Lidia los tres volvieron aquí.

Vanesa no los miró en seguida. Tomó el vaso y bebió una chispa de café.

Muy pronto, Santiago llegó a su lado y miró a ella y al personal de los medios.

—¿Qué queréis hacer ? —dijo Santiago en voz fría.

—Señor Santiago, no te enfades. Viendo a la señorita Vanesa sentada sola, sólo estamos aquí para hacerle una entrevista —sin sentir ninguna vergüenza, el director de ellos mostró una risa a Santiago y explicó.

—Pues ¿puede decirme de qué se trata esta entrevista? —en este momento, Lidia se dirigió hacia ellos y preguntó suavemente.

Pero sin que ese la contestara, ella volvió la cabeza a Vanesa y fingió preocuparse por ella.

—Señorita Vanesa, ¿estás bien?

—Sí. Acaban de llegar y no han hecho nada malo a mí —Vanesa dijo.

Lidia sabía más bien arreglar los asuntos repentinos que Santiago.

Se sentó al lado de Vanesa, puso el brazo en lo suyo con cariño y se dirigió hacia la cámara.

—No sé qué quieren preguntar esta vez. Pero la relación entre la señorita Vanesa y yo no es así como dicen. Somos amigas. En cuanto al señor Santiago, actualmente somos los socios puros en negocio. Ojalá que los medios puedan publicar siguiendo las verdades.

Santiago, que estaba al lado de ellas, miró a Lidia y lanzó un suspiro.

En realidad sabía que lo que estaba haciendo ella era el mejor, por el instante.

Con esto, no sólo podría arreglar lo que estaba pasando, sino aclarar los rumores que se había difundido antes por el Internet.

Pensó un rato y se mantuvo callado.

Sin embargo, Stefano, que también estaba al lado, no podía quedarse silencio porque sabía que a Vanesa no le gustaba Lidia.

Viendo a ella cogerse el brazo por Lidia, lo creía un asco.

Además, Stefano siempre era un hombre que tenía tener una clara distinción entre el amor y el odio.

Se dirigió hacia Vanesa y la tenía con un tirón. Intentó amenazarlos con una cara afilada.

—Escuchad, ella es mi amiga. No intentéis jugar trucos y tened cuidado por las palabras. Más tarde iréis a publicar nuevas novedades, ¿verdad? ¿Y qué vais a decir? Ahora os advierto, que penséis bien antes de hablar. Mi hermana...

Parecía que creía una vergüenza mencionar a su hermana mayor, Eva Morillo. Así que cambió lo que quería decir.

—Si intentéis causar más rumores, esteráis jodidos, ¿entendidos? —hizo una tos y siguió cumpliendo la amenaza.

Los tres le echaron una ojeada y no lo contestó.

Realmente, los tres lo despreciaban. Así que no le respondió sino movieron la cámara hacia Santiago, y el micrófono también.

—Señor Santiago, dicen que la señorita Vanesa y usted se han divorciado por Lidia. Pero como lo hemos visto, que los tres están juntos de manera tan tranquila y armoniosa. ¿Podemos considerar que lo que ha publicado...?

—¿Qué quieres decir? —Santiago lo interrumpió directamente.

—Pues, perdóname. Quiero saber ¿se han divorciado por discusiones u otro? —ese hombre siguió las preguntas riendo y no se sintió embarazoso.

Todas las preguntas diferentes se trataban de solo un tema.

—Todo fue por mi culpa. La ignoré antes —Santiago inclinó la cabeza y pensó un rato y luego continuó—, fui yo que no podía arreglar la relación entre la familia y el trabajo.

—Pero la señora Lidia...

—Ya está, hombre. ¿Por qué siempre preguntas algo tan insignificante, ¿No os parecen molestos? Os doy una noticia. He oído hablar de un programa sobre los cantantes. Considero que esto podrá llamar a la atención del público. Puede ser que puedan descubrir algún tema más popular —Stefano comenzó a perder la paciencia y los hizo una burla para echarlos.

Después de escucharlo, Vanesa se rió

«¿Quién ha dicho que Stefano es un tontito? Mira esto, ha cambiado el tema tan naturalmente»

Santiago volvió el cuerpo y agitó la mano hacia el camarero para dar una orden. El camarero en seguida invitó a los tres de los medios a salir fuera para publicar más sobre el banquete de la señora Tatiana.

Y los tres mostraron risas hacia ellos. Luego salieron con sus instrumentos.

—Stefano, mira qué perfecto lo que has hecho. En mi opinión, tienes la pura capacidad de ser el representante del señor Erick. Créeme —Vanesa se libró de la mano de Stefano del hombro y volvió la cabeza para dirigirse hacia él.

—¿En serio? —Stefano se sintió contento.

—Por supuesto, perfectamente lo veo —terminando el elogio, Vanesa echó una ojeada a Lidia, que todavía estaba sentada ahí.

En este momento, Lidia se movió hacia el asiento que se había sentado antes.

Hacía un buen rato, se le quitó las risas de su cara.

Vanesa puso la falda en orden y también se sentó.

—Señorita Lidia, has actuado muy bien —Stefano miró a Lidia y dijo. No se sabía que eso era de elogio o solo la palabra irónica.

—Solo para nosotros —Lidia rio.

Evidentemente eso era verdad.

—Siéntate, Santiago, buen trabajo, toma un poquito de agua —Stefano se sentó, echó una ojeada a Santiago y dijo.

—Tú eres el mejor. Mira el susto que les has causado a los tres. No se atrevieron a hacer más preguntas —luego Santiago rio y contestó.

—Me molesta mucho el personal de los medios que siempre se dedica a provocar los rumores. Algunos siempre distorsionan los hechos para obtener atención. Y nunca piensan por los demás —Stefano se apoyaba en la silla y cruzaba las piernas.

—Pero, ¿todavía no ha terminado la cena? ¿Cuánto tiempo tenemos que quedarnos aquí esperando? —Vanesa preguntó.

—Pues, creo que está a punto de terminar. Por cierto, vi que alguien estaba bailando —Santiago contestó.

«¿Qué? ¿Baile?»

No sabía bailar.

Antes se lo había enseñado Erika. Dijo que tenía que saber bailar porque iría a acompañar a Santiago a presentarse a tales ocasiones.

Sin embargo,había tardado mucho tiempo en eso pero ella todavía no bailaba muy bien.Erika era muy enfadada, creía que Vanesa era estúpida, así que dejó de enseñarla

Al recordar esta experiencia, Vanesa rió.

«Quizá ella lo hizo para hacerme burla»

Fue Erika que la pidió a aprender mucho y también fue ella que la detuvo todo.

Vanesa no tenía ninguna ganas de participar en el baile, pero si Stefano lo tenía.

En su club también había una pista de baile.

De vez en cuando, se divertía mucho bailando solo. No le importaba si sabía bailar en absoluto, lo más importante era alegría.

—Pues venga, vámonos. Quiero bailar —Stefano dijo.

Vanesa se sorprendió por esto. Aunque Stefano no llevaba el gran collar de oro, todavía podía imaginar el telón en el que Stefano bailaban con el collar que agitaba mucho.

—Vamos, hoy te voy a mostrar qué es el genio del campo de baile —siendo un hombre que siempre haría lo que quería hacer, se levantó enseguida y intentó llevar a Vanesa.

—¿En serio? —ella rompió a reír.

—Pues yo también quiero ver cómo baile el genio —Santiago se levantó para acompañarlos.

—Yo también —Lidia miró Vanesa y Stefano diciendo

—Pero os advierto que no sé bailar. Sólo voy a ser la espectadora.

Después de escucharlo, Lidia se rió.

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