Jefe Atrevido: Amor Retardado romance Capítulo 355

—Quizás seas Lucky Star. En ese momento, también pensé que todo acabaría. Pero justamente hubo un repentino aguacero, además la policía y Stefano acudieron a tiempo. ¿Sabes? Stefano incluso vino en helicóptero para salvarte.

Vanesa se rio.

—Estilo de Stefano, ¿no?

Erick también se rio

—Sí, pero gracias a su estilo, Santiago y tú llegaron al hospital a tiempo. Sobre todo, para Santiago, caía en coma y la situación fue muy urgente, el médico dijo si tardara un poco más tarde, tal vez él se convertiría en vegetal.

—Sí, debemos agradecer a Stefano en persona. Pero no soy Lucky Star, sino Stefano y tú son. De verdad, es mi gran suerte conocerte.

Vanesa detuvo y miró a Erick.

—Pero Erick, lo que dijiste fuera del almacén...

—Lo sé —Erick la interrumpió—. No te preocupes. La firmeza de lanzarte al fuego me hizo entender cuánto lo amabas, y yo no tenía comparabilidad en absoluto.

Vanesa bajó la cabeza. Miando su mirada culpable, Erick continuó,

—Vanesa, no pasa nada. Somos amigos para siempre. Solo espero que puedas obtener la felicidad aunque tu opción no sea yo. Si Santiago te hace enojar en el futuro, dime y lo pegaré por ti.

—Vale, ¡muchas gracias! —respondió sonriendo Vanesa.

El siguiente día.

Vanesa acudió a comisaría para hacer una declaración. Vanesa contó todas las cosas que habían pasado, incluido el hecho de que Lidia le engañó. Aunque Lidia se fue obligado a hacerlo, fue ella quien dejó a Vanesa y Santiago caerse en peligro. Vanesa no sabía si el comportamiento de Lidia violó la ley o no, pero cada uno debería asumir la responsabilidad de lo que había hecho. Así que decidió decir todo el asunto.

Después de terminar de todos los tramites, regresó al hospital para cuidar a Santiago. Pero cuando estaba a punto de llegar a la puerta de sala de Santiago, vio una figura familiar: era Erika.

«¿Por qué ella solo para allí y no entra? Obviamente, viene a visitar a Santiago, ¿no?»

Al ver a Vanesa, Erika se fue rápidamente.

Vanesa se sintió confundida. Pensó un momento y luego abrió la puerta directamente.

Sin embargo, Diana y Alexander estaban adentro. Ahora Vanesa entendió por qué Erick no entró sino se quedó en el pasillo.

—Vanesa, ¿estás bien? —Diana preguntó acercándose.

Diana se veía pálida. Cuando escuchó la noticia que Santiago y Vanesa se asediaron en el fuego, casi desmayó. Hasta ahora, aún no recuperaba de pánico completamente. Caminó temblorosa.

—Sí, todo bien. No te preocupes —Vanesa respondió mientras se apresuraba a sostenerla.

Luego saludó a Alexander con la cabeza.

Diana preparó caminar hacia la cama de Santiago

—¿No se ha despertado Santiago? —Preguntó mirando a Alexander.

—No, pero el médico ha venido y ha dicho que los indicadores suyos son normales. Pronto despertará.

Vanesa se sintió aliviada.

—Vale.

En realidad, ella quería decir que vio a Erika a la puerta, pero tras de pensar, finalmente no dijo nada. Ya que Erika no quería ver a Alexander, ella no debería intervenir en ellos.

—Es hora de irnos. Tengo que regresar a la empresa y Diana debería descansar. Cuídate. Vendré mañana. ¿De acuerdo?

Vanesa asintió con la cabeza y les acompañaba a la puerta.

Después de limpiar el cuerpo de Santiago con toalla húmeda, Vanesa tenía un poco sueño, así que durmió a lado de Santiago.

El sol brillaba a través de la ventana en ambos, y Vanesa durmió bien.

De repente, el dedo de Santiago movió y poco a poco se abrieron los ojos. Cuando se dio cuenta de que Vanesa durmió a su lado, sonrio aliviado.

«Por suerte, estás bien».

Luego extendió la mano, acarició el pelo de Vanesa y luego su cara suavemente.

«¡Te prometo! Te protegeré, te amaré y compensaré todo lo que nos perdimos en el pasado».

Fijó las miradas ternuras en ella sonriendo.

En este momento, Adam entró en la sala y prepararé saludar a Santiago, pero este frunciendo las cejas puso su dedo delante de sus labios para hacerle señal quedarse en silencio.

Luego levantó con cuidado las sábanas, se levantó y la llevó a la cama. Vanesa no se despertó por sus suaves movimientos.

Y salió de la sala con Adam.

Después de unas dos horas, se despertó pero se encontró en la cama y no vio a Santiago. De repente se puso muy nerviosa y se levantó de la cama con ansiedad, entonces le llamó.

—Santi...Santiago. ¿Dónde estás?

Escuchó la voz de Vanesa, Santiago abrió la puerta de inmediato.

—Estoy aquí.

Vanesa no le dijo nada sino lo abrazó directamente.

—Ya acabó todo, estoy muy bien —dijo en voz muy tierna.

Ahora Vanesa se comportaba como una niña.

Pero eso fue la primera vez que Vanesa escuchó su voz tan suave. Este sentimiento era maravilloso. En realidad, temía mucho que todo eso era ilusión, pero el abrazo calor de Santiago le hizo saber que este sentimiento era verdad.

Un rato después.

—¿A dónde fuiste? —preguntó Vanesa.

—Le pedí a Adam que hiciera algo por mí —respondió Santiago.

—OK, ¿Tienes sed o tienes hambre? Voy a comprarte algunas comidas.

Vanesa dijo mientras preparó a salir. Pero Santiago la tiró.

—Nonono, no tengo hambre. Pero quiero comer Quiero comer los fideos que cocinas.

—Pero ahora estoy en hospital. Ah, espera, puedo regresar a casa, los cocinaré y te los llevo, ¿de acuerdo?

—Me han dado el alta y nos vamos a casa.

—¿Qué? ¿Cómo puede ser dado de alta tan pronto al despertarse? Debe permanecer en el hospital para observación.

—Vanesa, estoy bien y ya le pregunté al médico y me dijo que podía ser dado de alta. Sólo necesito ir a casa y descansar un poco y volveré a estar sano.

—¿En serio? —Ella lo miró inquisidoramente.

—Por supuesto —respondió con cariño y le acarició la cabeza con la mano.

—Será mejor que vaya a preguntarle al médico de nuevo —Vanesa insistió.

—No, no te dejo ir.

Luego comenzó a abrazarla fuertemente y a hacerle cosquillas, lo que a ella le daba más miedo, se reía a carcajadas,

—Para, Santi... para..no puedo soportarlo más.

Toda la sala se llenó de risas.

De repente, Santiago se puso serio y acarició su cara dijo cariñosamente.

—De verdad, Nunca te dejaré otra vez.

Luego la besó profundamente.

***

Unos meses después.

Erick se convirtió en uno de los cantantes más populares del país. Lo más feliz era su madre volvió con su novio. De vez en cuando invitaba a su madre a inventar canciones juntos. Por fin Erick había dejado de estar solo pero ahora era más difícil de reunirse con él porque estaba muy ocupado. Siempre había muchas actividades esperándolo.

Y Santiago, para agradecer a Erick, compró la mitad de acción de la empresa Covarrubis y se la regaló a Erick.

En cuanto a Stefano y Fabiana, ya estaba enamorados y Stefano se pegaba a Fabiana como un chicle cada día.

Santiago y Vanesa habían decidido recientemente irse de vacaciones al extranjero, pero Vanesa aún no habían decidido dónde ir.

Finalmente eligió Sanya. Porque Santiago creía que allí era donde empezó el amor, así que también era el mejor lugar para visitarlo.

Antes de salir de viaje, Erika invitó a Vanesa a cenar. Esta quería negarse, después de todo, había demasiado conflicto entre ellos antes. Sin embargo, Erika dijo que ella tenía algo que decir a Vanesa, así que ella aceptó.

En restaurante.

Erika se veía diferente de antes, incluso su tono.

—Siempre te he debido una disculpa formal y siento haberte hecho pasar por tanta tortura a causa de mis prejuicios. No espero que me perdones, pero aún así tengo que pedirte perdón dijo en tono tranquilo

Ellas nunca habían sentado juntos tan quietas.

—Olvídalo. No quiero meterme más en esto. Además, eres la madre de Santiago y espero que podamos vivir en paz.

—Gracias. Pero preparo salir de aquí, para buscar un nuevo comienzo. Me he estado ahogando en esa falsa felicidad, pero ahora me doy cuenta de que no es la vida que quiero en absoluto.

Vanesa se sorprendió.

—¿Tú y Alexander no os vais a casar de nuevo?

Erika suspiró menando la cabeza.

—Vanesa, tú y yo sabemos que hay cosas que no se pueden volver a empezar. Tenéis suerte porque aún os queréis. Pero Alexander ya no puede soportarme. Pero me lo merezco. Eres diferente. Sabes cómo apreciar a las personas que te rodean. ahora solo espero que mi hijo sea feliz.

Fue cuando Vanesa escuchó estas palabras que realmente creyó que Erika había cambiado.

—Seremos felices y cuídate.

Tras tres horas de vuelo, Santiago y Vanesa llegaron a Sanya, en el mismo hotel y habitación.

En cuanto bajaron a la habitación del hotel, Vanesa estaba tumbada en la cama

—¡Qué cansada! Por fin puedo dormir cómodamente —dijo Vanesa.

—Estaba demasiado ocupado hablando contigo. Al escucharte hablar sobre ese algo de las finanzas y los planes de tu empresa.

Aunque no entendía lo que decía Santiago, aprendía a escuchar todo lo que dijo y Santiago también la escuchaba sobre cosas triviales, como lo que había pasado hoy en la tienda, o lo que había sucedido con Stefano y Erick. Santiago escuchaba siempre que ella hablaba. No era para nada lo mismo que antes. Porque ambos son muy conscientes de la importancia de la comunicación. Incluso cuando Santiago está cansado y con sueño por el trabajo, después del trabajo también se toma media hora para hablar con Vanea.

Después de ducharse, Vanesa dio cuenta de que Santiago desapareció. estaba un poco preocupada, así que lo llamó, pero nadie cogió. Se preguntó si había vuelto a pasar algo.

De repente, entró una extraña llamada telefónica.

—Tu hombre está en mi mano, ven a la playa si quieres salvarlo

Vanesa se puso muy nerviosa.

—¿Quién eres? No le hagas daño, ya voy.

Ni siquiera tuvo tiempo de cambiarse de ropa antes de salir a la playa donde solía estar muy concurrida por la noche. Vanesa entró en pánico cuando llegó a la playa, vio que estaba oscuro y nadie estaba en la playa entonces llamó al hombre.

Antes de que se pudiera responder a la llamada, toda la playa se iluminó de repente y se colocaron muchas luces de colores.

Antes de que Vanesa se diera cuenta, Santiago apareció lentamente frente a ella, sonriendo muy suavemente y sosteniendo un ramo de flores.

Vanesa se quedó atónita y no sabía qué decir

En el momento el que Santiago se arrodilló, Vanesa derramó las lagrimas. Ya sabía qué iba a hacer Santiago.

Santiago sacó un anillo y dijo,

—Vanesa, ¿quieres casarte conmigo? Esta vez te apreciaré y te amaré.

Vanesa secó sus lagrimas mientras asintió con la cabeza.

—Sí. Claro...

Los dos se abrazaron emocionados.

Al cabo de un rato estaban sentados en la tienda, mirando el cielo estrellado, cuando de repente Vanesa preguntó:

—¿Quién me llamó?¿Adam?

—Sí, es él.

—Y la última cosa. ¿por qué te enamoraste de repente de mí? Recuerdo que cuando me casé contigo no querías ni verme, pero ¿por qué de repente estabas enamorado de mí después del divorcio?

—Porque me guata tu verdadero, ríes cuando estás feliz, lloras cuando está triste. Solías ser como una chica con el alma en vilo en la casa Icaza, siempre actuando como la gente quería que actuaras, pero esa no era la verdadera tú, sé que no estabas alegre. Aunque a veces eres terca y espontanea, pero eres tú.

Mirándolo, Vanea sonrió, y esta vez, lo besó.

Sí. El verdadero amor no necesita fingir, porque el amor saca a relucir tu verdadero.

—Gracias, gracias por amarme —dijo Vanesa

—Gracias, gracias por aceptarme de nuevo —dijo Santiago.

El cielo está lleno de estrellas, sólo ellos dos acurrucados el uno con el otro...

(El final)

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