Jefe Atrevido: Amor Retardado romance Capítulo 46

Vanesa se sorprendió y miró a Adam,

—¿Ha venido?

Adam asintió con la cabeza, muy serio.

—Exacto. ¿Recuerdas la vez que respondí a la llamada de tu exmarido? En ese momento, esa mujer estaba de pie frente a su puerta y vestida con ropa muy ligera. Eso indica con claridad que se estaba ofreciendo a él. Sin embargo, tu exmarido estaba bastante tranquilo en esa situación: no perdió la calma. Entonces, adivina lo que pasó... Adam hizo un poco de suspensión, y miró a Vanesa.

Vanesa lo pensó un rato y le siguió la corriente.

—¿Qué pasó?

Adam la miró fijamente.

—Esa mujer directamente se declaró a tu ex, diciéndole que le gustaba desde hace mucho tiempo. Pero tu ex marido no se conmovió en absoluto y le dijo que tenía una buena relación con su esposa.

Por supuesto, esa declaración era algo que se había inventado

—La mujer se irritó cuando lo escuchó y dijo que seguro que tu exmarido había tenido sexo con otra mujer. Si esto se hacía público, la reputación de tu exmarido se arruinaría —Adam continuó hilando su disparatada historia con expresión seria—. Tu ex marido se rio en el acto, diciendo que sí estaba drogado, pero que estaba con su esposa. Escucha, escucha lo que dijo, su esposa...

«¿Qué?».

Pero ante la expresión ligeramente exagerada de Adam, se la tragó la pregunta.

Adam miró a Vanesa.

—Te digo la verdad, cuando un hombre está drogado, no importa quién fuera la otra persona. Bastaba con que haya una mujer al lado. No somos exigentes, pero mira a tu exmarido —continuó— hilando su disparatada historia con expresión seria, ¡Él soportó todo el calvario solo con la fuerza de voluntad! Eso no es fácil de lograr. ¿No?

Vanesa hizo una pausa, se bajó de la cama y se acercó a la ventana para ver cómo estaba el tiempo. Afuera hacía mucho calor y el sol brillaba con fuerza. Pero sin saber por qué, tenía un poco de frío. Tampoco sabía de dónde venía ese frío que sentía.

No descartaba que había exageraciones en las palabras de Adam. Pero debería ser cierto lo de que la mujer llamó a la puerta.

Vanesa no respondió a las palabras de Adam, sino que esperó un rato hasta que dijo,

—Tengo un poco de hambre, quiero bajar a comer.

—¿Todavía te sientes mal del estómago? ¿No has comido esta mañana? —Adam se puso de pie y cambió de tema.

Que ella cambiara de tema, seguro significaba que se había tomado a pecho lo que él había dicho Bastaba con que le hubiera escuchado, Adam sentía que ya estaba cerca de la victoria.

Vanesa cerró los ojos, realmente no comió ni tuvo apetito por la mañana.

Adam dijo rápidamente,

—Entonces bajemos a comer, iré contigo.

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