¡Jefe, pronto seremos tres! romance Capítulo 106

El día de ayer, llevamos a mis suegros a cenar, el restaurante era elegante y discreto, conversamos sobre sus días en el crucero, de lo bien que la pasaron y por supuesto, compramos el pastel combinado para celebrar, estoy complaciendo a mi chica, el sabor del pastel es delicioso, creo que su antojo valió la pena.

Estoy arreglándome para la ocasión, me pongo el pantalón, vigilo que Olivia no se quede dormida en la bañera que le preparé, con agua no tan caliente, sales cítricas y vainilla. Los malestares se han generalizado, siente bochornos y más en las noches, su cuerpo se calienta y se descubre aun estando el clima frío. Toda la información es buscada en sitios médicos, afirman que todos los cambios son debidos a la aceleración del metabolismo que causa la gestación. Eso me alivia, pero no deja de preocuparme.

La fiesta de compromiso está aquí, los padres de Olivia se quedaron con nosotros en casa, por el día de hoy, es más fácil llegar a casa de mis padres desde aquí, así que mañana los llevaremos a primera hora, en cuanto Olivia se haya recuperado de sus nauseas matutinas. Entro al cuarto de baño y la veo en la tina. Lleva quince minutos en total relax. Me acuclillo a su lado y le toco la punta de la nariz con el dedo índice.

– ¿No te has quedado dormida, verdad?

No quiero que permanezca mucho tiempo en el agua, si bien investigamos sobre que temperatura debía tener el agua, me digo que es tiempo suficiente, no quiero que mi bebé sufra si llegar a permanecer más del tiempo recomendado. Veo que tiene un cronometro al lado de la bañera, eso me alegra, muy bien pensado señorita.

–No – abre los ojos y los cierra de nuevo.

–La cita es en dos horas.

–Ya lo sé amor, solo faltan cinco minutos.

–Lo digo porque te puedes acostar si lo prefieres.

–Aquí estoy a gusto, nene.

Mantiene el nivel del agua hasta tapar sus picos sonrosados, tengo la leve sospecha de que lo hace para aligerar la inflamación de los pezones, ha estado muy sensible en especial en esa parte del cuerpo. Pensar en ellos manda una leve señal a mi ingle, si ella está sensible al tacto, yo lo estoy mucho más.

– ¿Necesitas que te ayude en algo?

–Un masaje en el cuello, antes de salir, por favor.

–A sus órdenes, señorita.

Tomo el recipiente con gel de baño y vierto una pequeña cantidad en la palma de mi mano. Hago espuma y procedo a efectuar movimientos circulares en su espalda. Paso por el frente de su cuello y doy masaje en sus sensibles senos, gime. El proceso manda una leve señal a mi ingle, si ella está sensible al tacto, yo lo estoy aún más. Me gustaría llevar sus pezones a mi boca y mimarlos con la lengua para que no le duelan. Dobla sus rodillas y mi respiración se hace lenta.

– ¿Te duele aquí?

Acaricio su piel de arriba abajo y en círculos, bajo una mano por su cintura, vientre, toco a mi bebé, descanso mi mano en ese punto, es más que un granito de arroz, es mi todo, bajo hacia un lado y recaigo mis movimientos en su cadera.

–Un poco – mantiene los ojos cerrados.

El agua empieza a querer salir de bañera por sus sensuales movimientos, sino fuera porque ya me bañé y estoy por terminar de vestirme, me metería con ella para darle un masaje en forma y quien sabe que más pueda surgir.

–Deberías hacernos compañía – abre sus ojos y me parece la mujer más hermosa de la tierra.

Sí, definitivamente estamos conectados. Bajo mis labios hacia los suyos, están suaves y algo calientes. Tocan a la puerta y me sobresalto, estaba muy concentrado en sus gemidos y el toque de sus caderas.

–Un momento, por favor.

Me seco las manos y busco algo con que cubrir la parte superior de mi cuerpo, opto por una playera, me la pongo con rapidez y voy a abrir la puerta, es mi suegra, viene con un cofre en las manos y un par de vestidos colgados del brazo. Salvados por la campana, literal.

–Owen, cariño ¿Oli está ocupada?

–Estoy en el cuarto de baño, ya casi acabo mamá, pasa.

Olivia no me deja contestar, está bien porque no sé cómo hubiera salido mi voz en ese momento.

–Gracias, amor.

Le hago espacio para que pase y me meto al vestidor, de suerte que mi erección no estaba en su máxima expresión de lo contrario hubiera sido algo bastante vergonzoso. Ya estaba a punto de querer zambullirse en su entrepierna húmeda y resbaladiza.

Escucho el murmullo que proviene del cuarto de baño, sus risas y me emociona ver que Helena, es muy cariñosa con su hija, me imagino que cuando sepa del embarazo la consentirá mucho más y recibirá todo el apoyo por su parte. No dedo perder la fe de que nuestro bebé será recibido de la mejor manera y de que en los brazos de sus abuelas encontrará todo el amor.

Terminamos de vestirnos, ya todos estamos listos, salimos rumbo a la cita. Llegamos a casa de mis padres, se pueden ver varios autos estacionados en la explanada de al lado, ayudamos a nuestras respectivas parejas a bajar del auto, subimos las escaleras del porche, las dos mujeres que me acompañan están deslumbrantes, y su padre fue a comprar un traje nuevo, porque la ocasión lo ameritaba, con bombos y platillos sería la publicación,

Mi hermana acaparó a mi mujer en cuanto la vio. Sé que tienen mucho de qué hablar, pero no la quiero perder de vista, nuestros familiares y amigos están reunidos en el salón que usamos para las reuniones, algunos conversan de pie y otros ocupan los sillones del salón, veo que mi padre y mi suegro se paran al frente de la mesa principal. Llaman la atención de los presentes tocando con una cuchara la copa de cristal. Las voces se acallan y les dedican toda su atención. Toma aire e hincha el pecho con orgullo. .

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