La doctora se inclina entre las piernas de mi mujer, mira con una gran sonrisa en su rostro, es algo que me llena de alivio. Parece que todo va bien.
‒El primero ya está casi coronando, solo falta que pujes un poco más, abras más las piernas y te inclines hacia adelante, con esto ayudas a que salga su cabeza.
Todo esto lo dice la doctora sin cambiar de posición, las piernas de Olivia están separadas y la ayudo a que se coloque un poco hacia adelante, se apoya en sus brazos levantado su torso. Se viene una nueva contracción, Olivia empieza a pujar, a la señal de la doctora, pone las manos en los barrotes tal como le indicó anteriormente, mi hermano no ha dejado de filmar, desde que salimos de la habitación, no ha dicho ni una palabra y esto lo tiene impresionado.
‒La puedes dejar un momento para que veas como sale a la superficie tu primer bebé.
Me dice la doctora y por un momento no estoy seguro de querer presenciar eso, sé que son mis hijos y no voy a tener otra oportunidad de verlo. Olivia me mira y hace un movimiento afirmativo con la cabeza, le doy un beso en la frente, camino hacia el lugar para ver mejor. La cabeza de mi primer bebé está a punto de salir. Tiene mucho pelo y de color negro o creo que se debe a que está húmedo.
‒Cuando llegue la próxima contracción vas a empujar todo lo más que puedas, este bebé tiene que sacar su cabeza.
Casi terminando de hablar la doctora, Olivia se agarra de la orilla de la cama y puja al conteo de la enfermera, mi bebé saca la cabeza y estoy llorando, succionan su boca y nariz, estoy viendo a la criatura más hermosa de la tierra. La doctora hace un movimiento para que puedan salir sus hombros.
‒Solo falta un último empujón.
Hace lo que le indican y el bebé sale por completo, es una cosita pequeñita, mis lágrimas no dejan de fluir, las seco para poder hacer lo que me indica la doctora.
‒Puedes cortar el cordón umbilical ‒ pasado unos veinte segundos oigo que me dicen.
‒Es hermoso, Olivia.
Me dan las tijeras y me indica donde debo efectuar el corte, el bebé lanza un potente grito sin necesidad de la acostumbrada nalgada, acercan al bebé al pecho de Olivia, este mira alrededor si dejar de llorar, como buscando el origen del sonido. Me coloco a pocos centímetros de su cara y le doy un beso en los labios.
‒Te amo.
‒Y yo a ti.
‒ ¿Tienen el nombre de este primer bebé?
Nos interrumpe mi hermano, haciendo la pregunta, hace una toma en primer plano del bebé. Nosotros contemplamos a este pedacito de los dos.
‒Pon tu el primer nombre ‒ Dice Olivia.
Le doy un beso en la cabeza a nuestro bebé.
‒Bienvenido, Aaron.
‒Te voy a amar más que a la vida misma, bebé, a ti y a tus hermanos.
Estoy en la misma postura que mi mujer, necesito saber qué es lo que está pasando con nuestro bebé.
‒Todo está bien, solo es una revisión rutinaria.
El bebé no ha llorado, pero yo vi claramente cuando abrió la boca y los ojos, la doctora lo pone bocabajo y da masajes circulares en la espalda, de un momento a otro escuchamos unos alaridos con mucha potencia, demostrándonos que tiene buenos pulmones y no hay nada de qué preocuparse.
‒Se va a ser escuchar.
Mientras realiza la limpieza pertinente, coloca al bebé en el pecho de Olivia, no se ha dado cuenta del sexo del bebé ya que la doctora lo ha envuelto en una sábana blanca. También busca para comer.
‒ ¿Qué sexo es? ‒ pregunta Olivia.
Los únicos que hemos visto el sexo del bebé somos Jeremy, la doctora y yo, mi hermano y yo nos miramos, nos reímos, sabemos que esto no se lo esperaban y es una dicha tener la primicia, filma la expresión de Olivia.
‒Es una sorpresa.
‒ ¿Es una niña?
Nota: ¿te está gustando la historia?, deja tu reseña, dale mucho amor, ya estamos cerca del final..
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Jefe, pronto seremos tres!