¡Jefe, pronto seremos tres! romance Capítulo 81

–Me gusta lo que estás vistiendo.

–Exclusivo para tu deleite.

–No sigas mujer, sino nunca vamos a comer.

–Vamos antes de que me arrepienta.

–Después voy a disfrutar del postre.

Sus palabras me hacen reír. Da una nalgada que me hace brincar de lo inesperado. Me toma de la mano y nos encaminamos a la cocina. La mesa estaba puesta, los platos servidos, me imagino que lo preparó todo mientras yo dormía. Es el hombre más considerado que se pudo haber cruzado en mi camino. Tomamos los alimentos y platicábamos de todo y de nada en particular.

Entre los dos lavamos y secamos los utensilios que ocupamos. Hacíamos un buen equipo, más adelante le sugerí que pidiéramos pizza ya estaba bueno de que lo tuviera de ceniciento. Pasamos un buen tiempo en el sofá viendo un programa de humor en la televisión, Nos dirigimos a la habitación, es el recorrido que se está haciendo habitual. Me gusta. No puedo negar que me gusta que estemos follando como changos locos.

Regresamos a la habitación, no tenía nunca nada planeado, las cosas se van dando conforme nos acercamos el uno al otro. Nos besamos para ir calentando los motores. Quiere quitar mi bata y lo detengo. Esta vez iba a ser yo la tomara la iniciativa. Tomo la parte baja de su camiseta y la levanto, se la quito por la cabeza y dejo al desnudo su musculoso pecho. Paso las manos de arriba abajo acariciándolo.

–Ahora me toca a mí darte placer – digo acercando mis labios a los suyos.

– ¿Qué tienes en mente?

–Tú déjamelo todo a mí, déjate convencer.

–Hmmm, eso suena muy bien.

Nos tumbamos en la cama, lo acuesto boca arriba y me voy montando en medio de su cintura. El hombre está duro. Mis labios ronzan los de él, su lengua busca la mía y le hago eco, los besos se van haciendo más posesivo por ambas partes. Mis labios bajaron por su cuello, mordí su hombro y eso provocó que se le rizara la piel. Descendí por su pecho, me entretuve en uno de sus pezones. Pasé la lengua y succioné. Su piel alrededor se puso de punta.

Me gustaba hacerlo disfrutar.

Fui bajando por su marcado abdomen, me encantaba lo duro que se sentía su piel al tacto con mi lengua. Lamí, besé y mordí. Levanté la vista haciendo contacto con sus ardientes ojos, sus pupilas estaban dilatadas, me felicitaba por ser yo la que provocaba todo esto en él. Metí la mano entre sus muslos, subí tocando su erección. Me lo quería comer. Y eso iba a hacer. Abrí la bragueta, metí la mano por la parte superior de su bóxer, palpitaba en mi mano.

No lo pensé dos veces y bajé su bermuda con toda y su ropa interior, lo dejé desnudo por completo. Estaba a mi merced. Mi mano acarició su polla, su punta ya rebosaba un líquido transparente, el mismo que me llamaba a ser lamido por mi lengua habida de deseo. La agarro con fuerza empezando a mover de arriba abajo, llevando un ritmo que yo le impuse. Se retorció en su sitio.

– ¡Me gusta!

Le va a encantar lo que tengo en mente. Se pone más duro en mi mano, las glándulas salivales se me activan de solo pensar que lo voy a llevar a mi boca. Bajé mi cabeza y pasé mi lengua por su glande brillante. Siseó.

–Nena, que me estás haciendo.

–Shhh.

– ¡Sigue!

Lo envuelvo con más presión y lo voy metiendo de a poco en mi boca, es grande y gruesa. Mientras lo voy chupando, lamiendo y succionando, su punta está palpitante, su líquido mojaba mi lengua. Su mano busca mi pelo, dejo que lo tome en un puño. No ejerce presión sobre mi cabeza, levanto la vista haciendo contacto con sus ojos, le gusta ver lo que le hago.

Consigo un buen ritmo y lo saco de mi boca, lo vuelo a meter, logrando que choque en mi garganta. Toma mi cabeza con ambas manos y la mueve de adentro hacia afuera. Estoy gozando. Es una delicia el placer que reflejan sus ojos. Lo tomo del tallo y lo masturbo con más fuerza. Deseaba darle todo el placer que tuviera a mi alcance. Empecé a utilizar toda mi imaginación, no era una espeta en sexo oral.

– ¡Nena, me vas a matar de placer, no voy a aguantar!

–No aguantes, quiero sentirte hasta que te derrames en mi boca.

–Sigue, sigue.

Doy pequeños besos en la punta de su miembro y paso la lengua por alrededor de esta.

–Ven.

– ¡Ya voy! ¡Olivia!

Sus gemidos se fueron haciendo cada vez más fuertes y su cuerpo tembló con mis labios en su punto de ebullición.

– ¡Sí!

Al escuchar sus palabras, moví mi mano con más rapidez, de arriba abajo sin sacarlo de mi boca. Mis labios lo succionan. Agarra con más fuerza mi cabeza y me folla la boca. Sus caderas suben y bajan al compás de mi cabeza. Que placer tan indescriptible al sentir su esencia en mi garganta, como crece el caudal. Tomo cada gota de su semen. Se derrama y recojo todo, no dejo que se escape nada. Era todo mío. Cuando ha vaciado todo su elixir en mi boca, abre los ojos, lo recibo con una sonrisa de satisfacción en mis labios. Le regalo un momento especial, solo para él.

–Eso fue inesperado, espectacular. Eres increíble.

Voy subiendo mi cuerpo hasta quedar a su lado, me toma entre sus brazos y me aprieta. Hace que recueste la cabeza en su pecho, sus latidos son arrítmico debido al esfuerzo de su orgasmo. Me gustó su sabor, era dulzura pura. Le paso la mano por su abundante pelo, sedoso y brillante. Le doy un dulce beso en sus labios aun abiertos de la impresión. A fin de cuentas yo fui la que se comió el postre.

–Ya era hora de que te diera todo el placer que pudiera.

–Lo has logrado.

Lo dejo descansar por un buen rato. Estábamos hibernando, no nos habíamos movido de la cama después del satisfactorio orgasmo de Owen.

– ¿No le has marcado a Jillie?

–Qué bueno que me lo recuerdas.

–También hay un correo de parte de la secretaria de Matt Morgan, está catalogado como urgente.

–Me pongo en ello.

Me levanto de la cama y voy por el celular, lo prendo y veo que no tiene la suficiente carga como para hacer la llamada. Lo conecto, solo esperaré unos diez minutos para que cargue lo suficiente, lo del correo lo puedo hacer desde la computadora portátil. La conecto, la prendo y la pongo en la mesita de noche. Me decido y mejor le mando un mensaje a Jillie, así nos ponemos de acuerdo para la salida del fin de semana próximo.

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