Viendo cómo se alejaba Selena decididamente con su la figura delgada, David permaneció inmóvil. De repente, la abuela le dio una palmada en el trasero. Su estatura alta se quedó rígida al instante. A David, que siempre odió que lo tocaran, ya tenía veintiocho años, y fue golpeado en el trasero por la abuela en este momento. Lola no pudo evitar reírse en voz baja detrás de él.
"¡Anda ya! ¿Quieres matarme de rabia?" La abuela obviamente no le importó su reacción y lo apuró otra vez. David levantó sus dedos delgados, con cara de dolor de cabeza, se frotó la frente, pareciendo impotente. "Está bien, abuela."
Cuando Selena entró sola a su habitación del hospital, Héctor ya estaba allí. Estaba de pie junto a la ventana, de espaldas a la puerta, vestido con un traje gris de alta calidad, solo que ahora ya no tenía chaqueta, solo quedaba una camisa blanca. Su imagen fresca y radiante, hizo a Selena recordar a aquel chico educado y respetuoso de la universidad. Lamentablemente, el tiempo ha pasado, y ese joven ya no es el joven de antes.
Selena no lo miró, simplemente caminó hasta la cama y se sentó. Héctor, que sintió que alguien entraba en la sala, se dio la vuelta. "¿Dónde estabas?" Selena no respondió, simplemente se sentó en el borde de la cama. Héctor continuó, "Antes me precipité y te empujé, lo siento." Su voz era suave, como si su frialdad anterior hacia ella hubiera sido solo un sueño. Selena respondió, "Nada de lo que pasó antes fue mi culpa." De cualquier manera, ella necesitaba defenderse.
Héctor la miró, en sus ojos había una mezcla de remordimiento y lucha, pero ahora había un toque de burla. "¿Sabes lo que dijo Rosa?" Su mirada cayó en la cabeza de Selena, que levantó la vista, solo para ver la decepción en los ojos de Héctor. "Dijo que ella fue la que no sujetó bien la taza, que todo era su culpa, ella estaba defendiéndote. Y tú, ahora estás aquí eludiendo la responsabilidad. Selena, no deberías ser así."
Selena lo miró durante mucho tiempo, su mirada pasó de la sorpresa a la decepción, y finalmente a la indiferencia. Ella miró por la ventana, una sonrisa fría en su rostro. Esta sonrisa etérea llena de ironía. "Héctor, ¿cuántos años nos conocemos?" Héctor dudó un momento, pero finalmente respondió, "Ocho años." "Ja..." Selena comenzó a reírse. Ocho años, nunca pensó que la confianza de Héctor en ella sería tan frágil. ¡Este tipo de hombre, ella no lo quiere!
"¿Para proteger a Rosa? Héctor, ¿acaso toda la confianza que me diste antes era falsa?"
La mirada de Héctor estaba llena de emociones contradictorias. "Rosa es demasiado inocente y frágil, y tú, Selena... eres demasiado fría y fuerte."
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Caída y el Rescate del Amor